Logo de Psikipedia

Las situaciones simples, en las que un solo estímulo causa una determinada conducta, son fáciles de replicar en un laboratorio, pero no son habituales en contextos fuera del mismo. Las causas que determinan que realicemos una conducta u otra son complejas, es decir, dependen de más de una variable (sin contar factores motivaciones, de historia, genéticos...) y, lo que lo hace más complejo aún, de la interacción de esas variables entre sí.

Cuando el control que ejercen ciertos estímulos sobre nuestra conducta está matizado, o depende de la presencia de otros eventos consideramos que estamos ante un caso de control condicional. Es importante señalar que estos eventos no afectan directamente a la conducta sino que lo hacen a través de los estímulos de control simple (modificando su función), de hecho, su presencia en solitario no ejerce ningún control específico sobre el comportamiento.El control condicional implica la adición de un nuevo término a la contingencia mínima. En el CC o pavloviano la contingencia simple de EC y el EI requiere un evento diferente, denominado modulador para convertirse en contingencia de control condicional. En el CO, la contingencia mínima está formada por Ed-R-Er, y el nuevo evento de control, denominado estímulo condicional, aumentaría el número de elementos de la contingencia a cuatro.

Modulación

Los pioneros del estudio del control condicional en el CC fueron Rescorla y Holland, que empezaron a estudiarlo casi simultáneamente y de forma paralela a mediados de los 80. Por eso existe cierta duplicidad de términos para referirse al estímulo de control condicional, porque Holland lo denominó “Establecedor de la ocasión” y Rescorla “Facilitado” y desde entonces se han utilizado ambos indistintamente. De hecho también pueden usarse tanto “establecimiento de la ocasión” y “facilitación” como “modulación” para referirse al control condicional pavloviano.

En una situación de modulación la contingencia que mantienen el EC y el EI depende de la aparición de un estímulo anterior. Por ejemplo, si tras una luz, la aparición de un sonido va seguida de comida, pero en ausencia de la luz, el mismo sonido no va seguido de comida, la luz terminará modulando la función del sonido como EC excitatorio apetitivo. El esquema sería:

Luz – sonido (EC) - comida (EI) // no luz – sonido (EC) – no comida (EI)

Luz – no sonido (EC) – no comida (EI) // no luz – no sonido (EC) – comida (EI)

Se pueden observar en este hipotético experimento dos cuestiones importantes:

  1. La contingencia EC-EI es positiva tras la presentación de la luz, (luz EC-EI // luz noEC – noEI) pero es negativa cuando no ha aparecido la luz. En términos de control de respuesta, tras la presentación de la luz el EC elicita una respuesta condicionada excitatoria apetitiva, mientras que en ausencia de la luz la respuesta elicitada por el mismo EC es inhibitoria apetitiva.
  2. La luz (el modulador) no mantiene ninguna relación de contingencia con la aparición del EI, ni negativa ni positiva. Si ignoramos del esquema anterior el EC, es decir el sonido, vemos que la luz predice la presentación comida con un 50% de probabilidad, y la no presentación también con un 50%. Vamos, que no predice en absoluto, ya que no hay una contingencia, no es informativa.

Esto confirma que los estímulos que adquieren propiedades moduladoras no elicitan por si mismos respuestas, ni excitatorias ni inhibitorias, sino que modifican la función de los EC con los que se asocian. La exposición frecuente de un modulador en solitario no hace que pierda su efecto, es decir no hay extinción siempre que no se quiebre la conexión que mantuvo con la relación EC-EI en la adquisición.

Discriminación condicional

Lashley es considerado el pionero en definir este fenómeno, así como en indicar las propiedades físicas de los estímulos controladores. En su experimento expuso a tres ratas en cajas de salto a una tarea en la que los Eds eran siempre un par de triángulos equiláteros, uno hacia arriba, y el otro invertido. Los dos aparecían en cada ensayo, aunque variaba el fondo cada vez que las ratas conseguían 20 ensayos sucesivos sin error. Cuando el fondo era negro, se les forzaba a saltar hacia el triángulo que apuntaba arriba, y cuando el fondo era blanco se las requería saltar hacia el que estaba invertido. Con este experimento se estableció una clase de control de estímulo sobre los sujetos, de manera que la dirección o sentido de la reacción era condicional con respecto a un estímulo adicional de la situación, lo que el autor denominó “reacción condicional”. Más tarde él mismo demostró que se podía alterar aleatoriamente el fondo de un ensayo a otro sin perjudicar la ejecución de los sujetos, es decir que mantenían el control adquirido.

Las discriminaciones condicionales se definen como aquellas situaciones de control operante en las que la función de los Eds (como positivos o negativos) depende de la presencia de otro evento, el estímulo condicional. En muchas ocasiones a los estímulos condicionales se les etiqueta como Muestras y a los Eds como Comparaciones.

Por tanto la contingencia operante en este tipo de situaciones aumenta de tres (Eds – respuesta – consecuencia) a cuatro términos (Eds – R – C – E. condicional) lo que se podría esquematizar así:

E. condicional1 – Ed1 – R – C // E. condicional1 – Ed1 – no R – no C

E. condicional1 – Ed2 – R – no C // E. condicional1 – Ed2 – no R – C

E. condicional2 – Ed1 – R – no C // E. condicional2 – Ed1 – no R – C

E. condicional2 – Ed2 – R – C E. condicional2 – Ed2 – no R – no C //

En este ejemplo, la presencia del estímulo condicional 1 convierte al Ed1 en un discriminativo positivo para la conducta R, y al Ed2 en un discriminativo negativo para la misma conducta. Sin embargo el estímulo condicional 2 convierte al Ed1 en un discriminativo negativo, y al Ed2 en discriminativo positivo. La presencia de un estímulo condicional u otro determina la función del Ed y por tanto su control sobre la conducta. El estímulo condicional por sí solo no controla ninguna respuesta, sino la interacción entre el condicional y el discriminativo.

Ejemplo: podemos considerar que el interruptor de la luz es un Ed para la conducta de pulsar, pero su función depende de otros eventos, como que la luz ya esté encendida o que sea de día. En presencia de la luz (EC1) el interruptor (Ed1) cumple funciones de Ed- para la conducta de pulsar, en presencia de la oscuridad (EC2) sus funciones serían de Ed+.

Aunque los estudios de las discriminaciones condicionales son muy extensos y diversos, la mayoría de ellos son modificaciones de un procedimiento pragmático con estímulos visuales y palomas como sujetos, que es el procedimiento de tres teclas. En este procedimiento el e. condicional es presentado en la tecla central de una cámara operante, y los Eds aparecen en las teclas laterales, equidistantes de la tecla central y del comedero dónde se dispensa el reforzador.

Las medidas típicas de ejecución en una discriminación condicional son la velocidad de adquisición (n1 de ensayos hasta un determinado criterio de aprendizaje) y la precisión (porcentaje de ensayos con respuesta correcta). Otra medida que se relaciona con la precisión es la latencia. La manipulación de diversas variables puede facilitar o dificultar la ejecución de los sujetos expuestos al aprendizaje de discriminaciones condicionales. Por lo general estas variables afectan simultáneamente a la velocidad de adquisición de aprendizaje y también al nivel asintótico que los sujetos llegan a alcanzar.

Hemos visto que la presencia de un e. condicional u otro modifica la función del Ed (como positivo o negativo). Esta relación de control estimular puede seguir extendiéndose añadiendo un nuevo estímulo que, en este caso, cambie la función del e condicional, que a su vez modifica la del Ed. Es una cadena de control estimular, y al nuevo estímulo se le denomina de “segundo orden”, “selectores” o “informativos”.

En un procedimiento típico de discriminación condicional de segundo orden (Figura 4) se presenta un estímulo complejo «informativo» que ejemplifica el criterio de igualación que debe cumplirse al seleccionar un estímulo de comparación respecto al estímulo de muestra.

El criterio de igualación que determina el estímulo de segundo orden puede ser de igualdad (cuándo se muestran dos estímulos físicamente idénticos); de semejanza (cuando los elementos que forman el estímulo de «segundo orden» comparten ciertos rasgos pero difieren en otros); o de diferencia (cuando no comparten ningún rasgo significativo).

Este procedimiento es diferente a las discriminaciones condicionales de primer orden. en una igualación a la muestra de segundo orden es necesario que el sujeto sea capaz de describir verbalmente la relación entre los estímulos de «segundo orden», ya que en caso contrario su presencia podría interferir:

  1. la presentación visual gana en complejidad al haber una mayor cantidad de estímulos presentes,
  2. los estímulos de «segundo orden» pueden ser incluidos como parte del arreglo de comparación de primer orden.

Compartir

 

Contenido relacionado