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La Psicología Comunitaria es una disciplina que surgió inicialmente como un movimiento social y político con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas y en la que el concepto de salud fue un elemento central. Posteriormente, se constituyó formalmente como disciplina con una peculiar forma de tratar los problemas. Para los psicólogos comunitarios, existen un conjunto de valores fundamentales que impregnan su actividad, desde cómo se analiza a cómo se interviene en la realidad social, y entre los que destaca el de la igualdad, es decir, el estar siempre en consonancia con la comunidad con la que se está trabajando. Cuestiones tan relevantes como la crítica al modelo médico tradicional en el ámbito de la salud mental, la incorporación del rol del ambiente en los diferentes desarrollos teóricos de la Psicología, el desarrollo de la tradición grupal en la Psicología Social, la crisis de relevancia de los conocimientos desarrollados en esta misma disciplina y la apuesta por la indisolubilidad de lo teórico y lo aplicado fueron antecedentes que condujeron al nacimiento de la Psicología Comunitaria (para una revisión ver Blanco, 1987).

Con estos precedentes, a mediados de los años 60, un grupo de psicólogos, en su mayoría de procedencia clínica, se reunieron en Swampscott (Boston) con la preocupación de mejorar la formación y el desempeño de los psicólogos en el área de la salud mental, y con el objetivo de ampliar el papel del psicólogo en la comunidad. En esta conferencia se fraguó el origen de la Psicología Comunitaria alrededor de una serie de ideas clave:

  • Crítica y rechazo al modelo médico: éste se centra en el concepto de enfermedaddéficit y favorece una relación diádica, autoridad-activa/enfermo-pasivo, que es insuficiente para fomentar el desarrollo de una mejor calidad de vida.
  • Importancia del modelo de desarrollo: frente a lo anterior, se impulsa el desarrollo de una visión positiva de la salud, centrada en el desarrollo de capacidades y competencias en las personas mediante la acción social planificada.
  • Necesidad de conjugar teoría y praxis: ambas son indisolubles y deben analizarse desde una perspectiva ecológica que incorpore la interacción entre personas y ambientes.
  • Promover una Psicología de interés público: se deben tratar cuestiones socialmente relevantes y promover el uso del conocimiento científico en pro del bienestar social.
  • Formación del psicólogo comunitario: generalista e interdisciplinar, con un entrenamiento en escenarios comunitarios como participante directo.

En una conferencia posterior, celebrada en Austin en 1975, los académicos y profesionales allí reunidos se esforzaron por perfilar la formación y entrenamiento de los psicólogos comunitarios. Entre ellos, destaca julián Rappaport quien, además de elaborar el primer programa de formación en Psicología Comunitaria, afianza la conceptualización de la disciplina en su libro Community Psychology. Values, Research and Action (1977) y, años más tarde, en el primer Handbook of Community Psychology publicado en el año 2000. El interés de la figura de Rappaport reside en su preocupación por dotar a la disciplina de una teoría válida que explique su campo de conocimiento y que sirva de guía a la investigación y actuación científicas.

Implicado activamente en el intento de establecer las bases para el desarrollo de este cuerpo teórico, formuló el concepto de empowerment como meta integradora del desarrollo teórico de la Psicología Comunitaria puesto que en él se integran, de forma complementaria, la potenciación de recursos, la intervención y los principios ecológicos.

Si ningún modelo puede ser calificado de "neutral" en las Ciencias Sociales, el modelo del empowerment lo es aún menos. En efecto, el concepto de empowerment presenta dos ejes principales: es al mismo tiempo elemento vertebrador de la teoría y orientador explícito de los valores en la práctica. En relación con esta última cuestión, para Rappaport la noción de empowerment incluye un conjunto devalores que, asumidos por los psicólogos comunitarios en su hacer profesional y académico, constituyen una guía hacia un mismo objetivo investigador y aplicado que es el bienestar social. Como veremos a lo largo de los siguientes párrafos, el concepto de empowerment refleja el interés por proporcionar protagonismo a personas, grupos y comunidades en la consecución de mayor control y dominio sobre sus vidas. En última instancia, el empowerment persigue el cambio social, entendido éste como una modificación significativa en la estructura (normativa, relacional y teleológica) de un sistema social que afecta a la vida y relaciones (horizontales y verticales) de sus miembros. De esta idea se derivan los siguientes valores de la Psicología Comunitaria:

  • Distribución equitativa de los recursos materiales y psicológicos: el bienestar, la salud y la calidad de vida son un bien social que debe ser accesible a todas las personas. El origen de la mayoría de los problemas sociales está en la distribución desigual de los recursos materiales, sociales o psicológicos, que mina el bienestar, la salud y calidad de vida de los más desfavorecidos. La Psicología Comunitaria es una disciplina socialmente comprometida y con vocación aplicada que pretende superar esas situaciones de desigualdad; es proactiva, positiva y preventiva.
  • Diversidad y relatividad cultural: el reconocimiento de la importancia de las condiciones ambientales y socioculturales en el comportamiento implica reconocer el derecho de las personas a ser diferentes. Fomentar el protagonismo de personas, grupos y comunidades significa buscar conjuntamente espacios de reflexión y de acción desde sus propios marcos de referencia y asumiendo el propio etnocentrismo de los profesionales.
  • Modelo de colaboración entre profesional y comunidad: consecuencia de las dos ideas anteriores es la necesidad de desarrollar un modelo de colaboración en la práctica profesional que, en contraposición con un modelo de experto o paternalista, desarrolle un diálogo horizontal con la comunidad a modo de colaborador o facilitador de procesos de cambio.

Paralelamente, Rappaport (1987) reúne una serie de planteamientos teóricos de la Psicología Comunitaria bajo el concepto de empowerment y que serán desarrollados posteriormente por Marc A. Zimmerman en su Teoría Multinivel del Empowerment. Según Zimmerman (2000), por un lado, la orientación hacia los valores del empowerment sugiere las metas, objetivos y estrategias para implementar cambios. Por otro lado, el empowerment como teoría provee de una serie de principios y de un marco para organizar nuestro conocimiento. La relevancia que tienen Rappaport y Zimmerman para la Psicología Comunitaria es que ambos sintetizan y visibilizan las aportaciones de la disciplina que se habían desarrollado hasta el momento. Así, la formulación de la teoría del empowerment se presenta como una síntesis que aglutina de forma coherente los planteamientos que hasta el momento se venían haciendo desde la Psicología Comunitaria. En suma, la teoría del empowerment se presentaba como una respuesta a muchos años previos de discusión en la joven disciplina y en el ámbito de la salud.

Rappaport señalaba con contundencia en 1987 que, "el objetivo propio de la teoría en Psicología Comunitaria puede ser resumido en una palabra, empowerment". El empowerment es, según este autor, el fin último de la disciplina. Es un concepto que estimula el desarrollo de la teoría y que capta la "visión del mundo" de los psicólogos comunitarios, sus valores y objeto de interés. Estas afirmaciones dan cuenta del interés de Rappaport por dotar a la disciplina de una teoría válida que explique su campo de conocimiento y que sirva de guía a la investigación y actuación científica. El empowerment es lo que se intenta definir, comprender, explicar, predecir, crear o facilitar a través de las intervenciones y actuaciones de los científicos, mientras que la prevención es la forma de acercamiento al fenómeno de interés, una forma compartida por la comunidad científica de solucionar los problemas concretos (Buelga, Musitu, Vera, Avila y Arango, 2009; Hombradas, 1996).

Pero este planteamiento no es restrictivo en el sentido de limitar el objeto de la Psicología Comunitaria a este constructo. Muy al contrario, el estudio del empowerment se relaciona con un amplio abanico de variables de estudio y de intervención comunitaria muy sugerentes tales como la salud mental, la intervención educativa, la competencia social, la participación social, el apoyo social, las redes sociales, la justicia social, los grupos de ayuda mutua, etc. (Buelga y cols., 2009), siendo éstos algunos de los tópicos de interés que convergen en la Psicología Comunitaria.

Tras ubicar el concepto de empowerment en el desarrollo de la Psicología Comunitaria y como objeto fundamental de interés de la disciplina, es el momento de responder a la pregunta ¿qué se entiende por empowerment?

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