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La orientación interpersonal del bebé es crucial en la construcción de un puente comunicativo y afectivo con el adulto.

En los siguientes epígrafes abordaremos algunos estudios clásicos que nos ayudarán a entender el papel de las emociones en la interacción social temprana.

Apuntes sobre las expresiones emocionales

Darwin (1872) en su libro “La expresión de las emociones en los animales y en el hombre” planteó que la expresión de sentimientos básicos (ira, alegría, enfado...) mantienen un vínculo biológico con dichos estados emocionales. Esto explicaría porque en culturas diferentes hay similitud expresiva.

Uno de los trabajos que corroboró esta teoría fue el de Ekman y Friesen, realizado con adultos fore de Nueva Guinea. El trabajo consistía en identificar fotografías con historias con gran carga emocional. Los resultados fueron idénticos en los fore y en los europeos.

Eibl-Eibesfeldt (1973;1979) comprobó que los niños afectados de ceguera congénita tenían las mismas expresiones básicas que los niños videntes.

La producción y comprensión de emociones básicas en el bebé

Es muy fácil identificar en un bebé expresiones faciales similares a las de los adultos. Sin embargo, para exteriorizar una emoción es necesario estar en disposición de experimentarla y esto no aparece desde el nacimiento, sino que se adquieren progresivamente.

Según el modelo evolutivo de Lewis (2000), en el momento del nacimiento el bebé mostraría una vida emocional bipolar. Hacia el tercer mes el bebé comienza a desplegar emociones de carácter más social. Por ejemplo, la sonrisa se produce por estímulos sociales, la separación del bebé con la madre provoca tristeza y el llanto empieza a ser una forma de reclamar atención. La expresión de cólera o enfado aparece entre el cuarto y el sexto mes de vida y la expresión de sorpresa aparece a partir de lo seis meses. La emoción de miedo es propia de los siete meses.

Los datos sobre comprensión emocional en bebés también refuerzan la posición innatista de Darwin. Estudios basados en el paradigma de habituación demuestran que los bebés distinguen y reaccionan con aumentos de atención, a los rasgos de las diferentes expresiones emocionales.

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