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La búsqueda de sensaciones placenteras es solamente un componente de los motivos para el consumo de drogas, el mantenimiento requiere de otras fuentes de reforzamiento. Desde un punto de vista puramente motivacional, la adicción es un proceso en el que se ha desarrollado un estado afectivo negativo, en el sentido de que toda dependencia requiere experimentar sentimientos de carencia afectiva, en ausencia de aquello de lo que se depende.

Diversos neurotransmisores pueden participar en el desarrollo de este estado afectivo negativo, es como si hubiese un cambio en el procesamiento del hedonismo que hay implícito en muchos aspectos de la vida. Dicho cambio en la capacidad hedonística se llama anhedonia o disforia, de manera que lo único importante en la vida es solamente volver a sentir las sensaciones placenteras de las drogas.

La búsqueda compulsiva de la droga y el intenso deseo son estados cognitivos y motivacionales difíciles de estudiar en laboratorio, en sujetos humanos solamente se tiene los informes objetivos de los pacientes y en animales la inferencia de estos estados es muy indirecta. No obstante, se pueden reproducir en parte con la experimentación animal algunos los componentes más importantes, uno de los mejores modelos es el de extinción.

En este sentido hay sobre todo tres tipos de factores que reinicien la búsqueda de la droga en animales, los estímulos condicionados, el estrés y las dosis bajas de la droga que los sujetos se autoadministra antes de la extinción.

El efecto de dosis bajas de droga sobre las recaídas

Existen personas que después de muchos meses de abstinencia de nicotina han recaído en el tabaquismo simplemente por fumar un solo cigarrillo en una reunión social. El efecto de esa única dosis de nicotina es tan reforzante que es capaz de reiniciar por sí sola la conducta adictiva. A este fenómeno se le llama priming y se ha demostrado que ocurre tanto en opiáceos como en psicoestimulantes. Ademas existen un priming cruzado de estas drogas (morfina que es capaz de reactivar el consumo de cocaína y viceversa), se cree que esta capacidad para producir una preparación cruzada refleja la activación de sustratos murales comunes, posiblemente el sistema mesocorticolímbico dopaminérgico. Así, microinyecciones de anfetamina directamente en el NACC reinician la conducta de autoadministración de heroína previamente extinguida.

Todos estos datos indican que posiblemente la liberación de dopamina en el NACC sea un mecanismo necesario y suficiente para la recaída en la adicción opiáceos y psicoestimulantes.

El efecto de los estímulos condicionados en las recaídas

Se piensa que los estímulos condicionados reinician el consumo por mecanismos de condicionamiento clásico. Una región cerebral importante en las recaídas es la amígdala, lesiones en esta estructura, disminuyen la capacidad de los estímulos condicionados para producir una recaída.

Estrés

El efecto estrés en la reanudación del consumo, se conoce tanto humanos como en animales, así el estés desencadena el inicio de la búsqueda de drogas, y al igual que en el caso de los factores anteriores, la influencia del estrés puede estar mediada por la activación del sistema mesocorticolímbico dopaminérgico.

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