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Las hormonas tienen efectos organizadores y activadores sobre los órganos sexuales internos, los genitales y los caracteres sexuales secundarios. Todo estos efectos influyen en la conducta de una persona: tener el físico y los genitales de un hombre o una mujer ejerce un poderoso efecto. Las hormonas también afectan a nuestra conducta interactuando directamente con el sistema nervioso.

Control hormonal de los ciclos reproductores femeninos

El ciclo reproductor de los primates hembra se denomina ciclo menstrual. Las hembras de otras especies de mamíferos también tienen ciclos reproductores denominados ciclos de estro. La diferencia principal que distingue los ciclos menstruales de los ciclos de estro es el crecimiento y la pérdida mensual de la mucosa uterina. La conducta sexual de los mamíferos hembra con ciclos de estro está ligada a la ovulación mientras que la mayoría de los primates hembra pueden aparearse en cualquier momento a lo largo del ciclo menstrual.

Ambos ciclos consisten en acontecimientos controlados por las secreciones hormonales de la adenohipófisis y de los ovarios. El ciclo comienza con la secreción de gonadotropinas que estimulan el crecimiento de los folículos ováricos. A medida que maduran, segregan estradiol que causa el crecimiento de la mucosa uterina, preparándose para la implantación del óvulo en caso de que sea fertilizado. Un nivel creciente de estradiol provoca la liberación masiva de HL. Este aumento da lugar a la ovulación: el folículo se rompe y libera al óvulo. Bajo la influencia de la HL el folículo ovárico abierto se convierte en el cuerpo lúteo que produce estradiol y progesterona.

Mientras tanto, el óvulo se introduce en una de las trompas de Falopio y comienza su avance hasta el útero. Si encuentra espermatozoides y es fertilizado, se dividirá y días después se fijará a la pared uterina. Si por contra no es fertilizado, el cuerpo lúteo dejará de producir estradiol y progesterona y entonces la mucosa de la pared uterina se desprenderá iniciándose la menstruac.

Control hormonal de la conducta sexual de animales de laboratorio

Machos

La conducta sexual es muy diversa aunque las características esenciales de penetración, empuje de pelvis y eyaculación son propias de todos los mamíferos machos. Los humanos han inventado conductas sexuales con penetración y sin ella. La conducta sexual de las ratas ha sido muy estudiada. Cuando una rata macho se encuentra a una hembra receptiva, dedica cierto tiempo a acariciar con el hocico, olfatear su cara y sus genitales, luego la monta y realiza rápidos movimientos pélvicos. Si encuentra la vagina hace un movimiento de mayor profundidad y termina desmontando. Después de la eyaculación el macho refrena su actividad sexual durante un cierto tiempo. La mayoría de los mamíferos vuelven a copular varias veces y por último presentan una pausa más prolongada llamada periodo refractario.

En algunos mamíferos se observa un fenómeno interesante: si a un macho “exhausto” de copular repetidas veces con la misma hembra, se le presentan sucesivas nuevas hembras, se puede mantener alta su actividad sexual durante un periodo de tiempo prolongado.

La conducta sexual de los roedores macho depende de la testosterona, hay otras hormonas que intervienen en el control de la conducta sexual masculina como la oxitocina: que provoca la contracción de los conductos de leche de las mamas causando la secreción de ésta en las hembras de periodo lactante. Esta oxitocina también la liberan los machos: se libera en el momento del orgasmo para ambos sexos y contribuye a las contracciones de la musculatura lisa de la vagina y el útero así como del sistema de eyaculación masculino.

Hembras

En algunas especies el papel de la hembra en la cópula se limita a asumir la postura de exposición de los genitales. Esta conducta se conoce como lordosis. Sin embargo a menudo la conducta de los roedores hembra para iniciar la cópula es muy activa si se encuentra en un estado receptivo. La conducta de las hembras depende de las hormonas gonadales presentes durante el estro: estradiol y progesterona. Las ratas a las que se les ha extirpado los ovarios no son sexualmente activas; aunque la receptividad sexual se puede producir con la administración de dosis de estradiol. El tratamiento más efectivo es una cantidad de estradiol seguido de progesterona. Ésta por sí sola no es eficaz, es el estradiol quien prepara su eficacia.

La administración de estas hormonas tiene tres efectos: aumenta la receptividad (disposición para copular), su proceptividad (el deseo de la hembra por copular) y la atracción que ejercen sobre el macho (cambios fisiológicos y comportamentales en los machos). Los estímulos que incitan el interés de las ratas macho incluyen el olor y la conducta de la hembra. En algunas especies también influyen los cambios visibles como la turgencia de la piel de la región genital.

Aunque en las mujeres no se observan cambios fisiológicos obvios, presentan ciertos cambios sutiles. Tomaron fotos de la cara de varias mujeres durante su periodo fértil y el no fértil; encontraron que eran más atractivas las fotografías tomadas durante el periodo fértil.

Efectos organizadores de los andrógenos sobre la conducta: masculinización y desfeminización

Si el cerebro de un roedor no es expuesto a andrógenos durante un periodo crítico del desarrollo, el animal presentará conductas sexuales femeninas de adulto (si entonces se le administran estradiol y progesterona). Por contra, si se expone el cerebro de un roedor a andrógenos durante el desarrollo, ocurren dos fenómenos: la desfeminización comportamental (efectos organizadores de los andrógenos que impiden que el animal muestre una conducta sexual femenina) y la masculinización comportamental (efecto organizador de los andrógenos que permite a los animales mostrar de adultos una conducta sexual masculina).

Efectos de las feromonas

Las hormonas transmiten mensajes de una parte del cuerpo a otra. Las feromonas transmiten mensajes de un animal a otro. Algunas de estas sustancias afectan a la conducta reproductora: las feromonas liberadas por un animal afectan directamente a la conducta o a la fisiología de otro. En los mamíferos, la mayoría de las feromonas se detectan mediante el olfato.

Efectos en la fisiología son cuando los ciclos de estro de un grupo de ratas hembra se ralentizan y acaban por detenerse (efecto Lee-Boot). Si se expone a estas hembras al olor de un macho, sus ciclos de estro vuelven a aparecer y se sincronizan (efecto Whitten).

El efecto Vandenbergh consiste en la aceleración de la pubertad en un roedor hembra provocado por el olor del macho. Tanto el efecto Whitten como el Vandenbergh están provocados por un conjunto de componentes sólo presentes en la orina de machos adultos sanos (la orina de un macho joven o castrado no produce este efecto).

El efecto Bruce es muy interesante: cuando una hembra recién preñada se encuentra con un macho normal distinto con el que se apareó, es muy probable que la gestación se malogre. Es decir, la presencia de un ratón macho ante una hembra preñada puede impedir el nacimiento de crías que llevan los genes de otro macho.

La detección de olores se logra por los bulbos olfativos, pero alguno de estos efectos está mediado por otro órgano sensitivo llamado órgano vomeronasal (OVN). El OVN proyecta al bulbo olfativo accesorio situado detrás del bulbo olfativo. La extirpación del bulbo accesorio altera los efectos Lee-Boot, Vandenbergh, Whitten y Bruce, así que el sistema vomeronasal es esencial para estos fenómenos. Los investigadores encontraron que las neuronas de este sistema responden cuando los ratones están explorando la boca o la región anogenital del otro animal. Igualmente tienen características de respuesta sintonizadas distinguiendo así entre cepas de ratones y entre machos o hembras. Juega el OVN un papel fundamental, si se impide la transducción de la información química el ratón ya no podrá distinguir entre los sexos e intentará aparearse con ambos sexos.

Algunos de los fenómenos relacionados con las feromonas ocurren también en los humanos, las mujeres que pasan mucho tiempo juntas suelen tener ciclos sincronizados de la misma forma que si pasan regularmente cierto tiempo con varones suelen tener ciclos más cortos.

Otros estudios demuestran los efectos de dos componentes del sudor humano en varones y mujeres. Dieron a oler a varones camisetas usadas por mujeres durante varios días. Los hombre encontraban más agradables las camisetas usadas por mujeres durante la fase fértil.

Intervengan o no las feromonas en la atracción sexual en los humanos, el olor conocido de una pareja ejerce un efecto positivo en la activación sexual, al igual que verla o escuchar su voz.

Aunque los humanos cuentan con sistema vomeronasal, en los humanos es un órgano residual no funcional; así que las feromonas pueden ser detectadas por el sistema olfativo estandar.

Conducta sexual humana

Está influída por los efectos activadores de las hormonas gonadales y casi seguro, también por sus efectos organizadores. Si las hormonas tienen efectos organizadores sobre la conducta sexual humana, tienen que ejercer estos efectos alterando el desarrollo del cerebro. No obstante, no podemos estar seguros de que esta exposición tenga efectos comportamentales.

Efectos activadores de las hormonas sexuales en mujeres

Las hormonas ováricas no solo controlan la disposición de una hembra en estro para copular sino también su capacidad para ello. El proceso evolutivo ha seleccionado animales que solo se aparean en el periodo en el que la hembra puede quedarse preñada. En los primates superiores y nuestra especie, la capacidad para copular no está controlada por las hormonas ováricas. Aunque éstas no controlan la actividad sexual de las mujeres, sí pueden tener influencia sobre su interés sexual.

La actividad sexual iniciada por hombres y mujeres tiene una relación diferente con el ciclo menstrual de la mujer. La frecuencia con la que los hombres iniciaban la actividad sexual era la misma a lo largo de todo el ciclo de la mujer, mientras que la actividad iniciada por ellas tenía un punto máximo alrededor del tiempo de ovulación.

Las hormonas ováricas pueden afectar al interés sexual, pero también la conducta de la mujer puede estar influenciada por otros factores: si la mujer no quiere embarazarse puede evitar las relaciones a mitad del ciclo, alrededor del momento de ovulación.

Los esteroides sexuales ováricos son el estradiol y la progesterona, aunque éstas glándulas también producen testosterona. Los datos indican que los andrógenos por sí mismos no estimulan el interés sexual de las mujeres pero sí parecen intensificar los efectos del estradiol.

Efectos activadores de las hormonas sexuales en varones

Los hombres se parecen a otros mamíferos en su reactividad comportamental a la testosterona. Con niveles normales pueden ser potentes y fértiles pero, sin testosterona la producción de espermatozoides cesa y también lo hace su potencia sexual. La disminución de la actividad sexual después de la castración es variable: algunos hombres pierden la potencia inmediatamente mientras que otros muestran una disminución más gradual y lenta. Quizá parte de la variabilidad se deba a la experiencia previa: la práctica no solo puede perfeccionar sino también impedir la disminución de la función.

Orientación sexual

Si la homosexualidad tiene una causa fisiológica, esa no consiste en las variaciones en los niveles de hormonas sexuales durante la vida adulta. Una causa biológica más probable de la homosexualidad podría ser la existencia de diferencias sutiles en la estructura cerebral, causadas por diferencias en el grado de exposición prenatal a los andrógenos.

Androgenización prenatal de mujeres genéticas

Los andrógenos prenatales pueden afectar a la conducta social humana y a la orientación sexual así como a su anatomía. El trastorno de hiperplasia suprarrenal congénita (HSC) se basa en que las glándulas suprarrenales segregan cantidades anómalas de andrógenos; por lo que el síndrome provoca masculinización prenatal. Los niños se desarrollan normalmente pero una niña con HSC nacerá con clítoris de gran tamaño y sus labios vaginales pueden estar parcialmente fusionados. Como grupo, las mujeres HSC tienden a sentirse atraídas sexualmente por otras mujeres.

La posible explicación es que los andrógenos afecten al desarrollo del cerebro de estas mujeres con alta incidencia de orientación masculina. Los estudios apoyan la hipótesis de que la orientación sexual masculina está determinada (en parte) por los efectos masculinizantes (y desfeminizantes) de los andrógenos sobre el cerebro humano.

Los niños muestran diferencias en los juguetes que prefieren según su sexo. Los varones prefieren juguetes que puedan usarse de forma activa, que se mueven y las niñas prefieren aquellos que proporcionan la oportunidad de prestar cuidados. Es innegable la influencia de la sociedad en la elección de juguetes “típica del sexo”, pero aun así los datos de estudios sugieren que los factores biológicos tienen su influencia en la naturaleza de las elecciones.

Algunos clínicos sugieren a los padres de niñas HSC que los eduquen como chicos y no les sometan a procedimientos quirúrgicos dado que la conducta social y la orientación sexual va a ser probablemente masculina en cualquier caso.

Fracaso de la androgenización en varones genéticos

Los varones genéticos con insensibilidad a los andrógenos se desarrollan como mujeres con genitales externos femeninos pero también con testículos y sin útero ni trompas de Falopio. En la edad adulta, esta persona se comportará exclusivamente como mujer aunque puede ser necesario un agrandamiento quirúrgico de la vagina. No hay datos de bisexualidad ni homosexualidad en mujeres XY. La falta de receptores de andrógenos impide los efectos masculinizantes y los desfeminizantes. También es posible que criar a un niño XY con este síndrome como una niña, influya en su orientación sexual.

Efectos de la crianza en la identidad y orientación sexuales de machos genéticos androgenizados prenatalmente

La identidad sexual de una persona y su orientación sexual están marcadamente influidas por factores biológicos que no pueden cambiarse fácilmente por el modo en que se cría al niño.

La anomalía “extrofia de cloaca” supone niños con testículos normales pero con alteraciones urogenitales que a menudo incluyen la falta de pene. Antes se les criaba como mujeres porque es más fácil construir quirúrgicamente una vagina; sin embargo el 50% de esas personas manifestaron en la edad adulta no sentirse satisfechas con el sexo asignado y comenzaron a vivir como hombres. Estas personas se inclinan sexualmente casi siempre por las mujeres. Por contra no se tienen datos de niños con extrofia criados como varones que no estén conformes con el sexo asignado. Por ello, los varones genéticos con efectos andrógenos prenatales del sexo masculino deberían ser criados como varones.

Orientación sexual y cerebro

El cerebro humano es un órgano sexualmente dimorfo. El cerebro de los varones es, por término medio, algo mayor debido a que el cuerpo de los varones es más grande que el de las mujeres. Además, el tamaño y forma de ciertas regiones también difiere en cuanto al sexo del individuo. Los investigadores creen que este dimorfismo cerebral es consecuencia de diferencias en la exposición a los andrógenos en la etapa prenatal y el inicio postnatal. También puede ocurrir cambios en la pubertad que es cuando se produce otra descarga de andrógenos. El dimorfismo sexual del cerebro humano podría incluso deberse al diferente contexto social de varones y mujeres.

Por el momento no existen pruebas sólidas de que diferencias en la estructura cerebral puedan ocasionar diferencias en la orientación sexual.

Hay otra característica sexual que se relaciona con diferencias estructurales del cerebro, una región del prosencéfalo (NLET) es tan pequeño en varones transexuales (de varon a mujer) como lo es en mujeres normales y que su tamaño es igual de grande en varones homosexuales que en varones heterosexuales. Por lo tanto su tamaño se relaciona con la identidad sexual no con la orientación sexual.

Herencia y orientación sexual

Un factor importante en la orientación es la herencia.

Los estudios con gemelos se benefician del hecho de que los gemelos monocigóticos tienen genes idénticos. Estudiaron parejas de gemelos varones en los que al menos uno de los miembros se identificaba a sí mismo como homosexual. Si ambos gemelos son homosexuales se dice que son concordantes en ese rasgo. Si solo uno de ellos es homosexual, los gemelos son discordantes.

Por lo tanto, si la homosexualidad tiene una base genética, el porcentaje de gemelos monocigóticos concordantes debería ser más alto que el de los gemelos dicigóticos.

Los factores genéticos también parecen afectar a la homosexualidad femenina. En resumen, los datos sugieren que dos factores biológicos (la exposición prenatal a hormonas y la herencia) pueden influir en la orientación sexual de una persona. Por tanto, es poco probable que la orientación sexual de una persona se deba a una simple cuestión de elección.

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