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Existen situaciones en las cuáles, específicamente, las personas realizan esfuerzos individuales para participar en tareas colectivas. Para esta cuestión, es importante comparar lo que las personas pueden llegar a hacer cuando están en un grupo, con lo que realmente hacen.

En general, la productividad real de un grupo nunca es igual a la productividad potencial. Dicha productividad es inferior porque hay dos procesos que llevan a esta desigualdad y que pueden reducir la productividad del grupo. Dichos procesos son la pérdida de motivación y/o la pérdida de coordinación.

Efectos de la coordinación y la motivación en la productividad grupal

Ringelmann (1913) llevó a cabo un estudio donde un hombre sólo, o bien en grupo de 2, 3, u 8 miembros, debían tirar horizontalmente de una soga fijada a un instrumento que medía la fuerza ejercida. Encontró que cuanto mayor era el número de personas en el grupo, menor era la fuerza ejercida por cada una de ellas. A esto se le pasó a denominar como efecto Ringelmann.

Latané, Williams y Harkins (1979) replicaron el estudio de Ringelmann mostrando que las personas no aplaudían tan fuerte cuando lo hacían en grupo que cuando lo hacían solos.

¿Por qué se produce esta reducción en el esfuerzo individual al realizar la tarea colectiva? Existen al menos dos explicaciones:

  1. Pérdida de coordinación: Si seguimos el estudio de Ringelmann, y para todos aquellos que alguna vez hayan jugado a la sogatira (en lugar de fijar la cuerda a un dinamómetro, hay el mismo número de personas al otro lado de la cuerda tirando de esta), es lógico pensar que el amontonamiento de las personas haga que no se consiga el máximo rendimiento. La pérdida de coordinación se produce cuando los miembros del grupo no combinan sus contribuciones potenciales de una manera óptima para conseguir el mejor rendimiento en una tarea grupal.
    • Si vamos a la figura donde se representa el modelo de Nijstad, la pérdida de coordinación afectaría al paso que va de los procesos de interacción grupal a los productos del grupo (Flecha 4).
  2. Pérdida de motivación: mientras que en el ejemplo de la sogatira se está compitiendo contra otro equipo, en el caso del estudio de Ringelmann la competición no es saliente. Según esto, es posible que los individuos del estudio de Ringelmann no tirasen de la cuerda con todas sus fuerzas. La pérdida de motivación se produce cuando uno o varios miembros del grupo emplean menos esfuerzo del que les sería posible para conseguir un rendimiento óptimo.
    • Si vamos a la figura donde se representa el modelo de Nijstad, la pérdida de motivación influye directamente en el paso de las características del individuo a los procesos de interacción (Flecha 2).

Cuando hemos afirmado que el rendimiento individual en tareas colectivas puede ser inferior que cuando se hace en solitario por pérdida de motivación y/o pérdida de coordinación, hay que destacar ese «y», dado que ambas pérdidas se pueden producir a la vez.

Hogg y Vaughan (2008) resumen una investigación que ejemplifica muy claramente este caso. Se trata del trabajo de Ingham, Levinger, Graves y Peckham (1974), quienes replicaron el estudio de Ringelmann, pero planteando dos condiciones experimentales:

  1. Replicaron el estudio de Ringelmann y lo que hacían simplemente era medir el rendimiento según se iban añadiendo personas que tiraban de la cuerda.
  2. Las personas que se iban añadiendo al primer sujeto y que se colocaban detrás de este, eran realmente cómplices del experimentador que hacían ruidos y movimientos como si se estuvieran esforzando, pero realmente no tiraban de la cuerda.

La línea ‘‘Azul claro’’ indica que en la segunda condición experimental el desempeño individual era cada vez menor. Sin embargo, en este caso no había coordinación ninguna, por lo que la reducción del rendimiento sólo se puede atribuir a la pérdida de la motivación. Este estudio apoya que en el caso de los grupos reales, como sucedía en el estudio de Ringelmann, la reducción del rendimiento según aumenta el número de sujetos implicados en la tarea se debería a un efecto de pérdida de coordinación y de motivación a la vez.

¿Qué es lo que lleva a este tipo de pérdidas de motivación y coordinación? es la holgazanería o haraganeo social (social loafing). Consiste en la reducción de las contribuciones individuales (trabajar «menos duro») cuando las personas trabajan en un grupo (y creen que los demás también están trabajando) respecto a cuando trabajan solos. La holgazanería o haraganeo social se produce porque el rendimiento individual no puede ser evaluado (en la tarea en la que varios miembros tiran de una cuerda, es muy difícil medir exactamente el esfuerzo individual que está realizando cada sujeto). Consiste en una «reducción del esfuerzo individual cuando se trabaja en una tarea colectiva (en la que la producción de uno se acumula con la de otros miembros del grupo) en comparación a cuando se trabaja solo...» Lo que los diferentes trabajos han mostrado es que cuando al grupo se han añadido 3 ó 4 personas, ya no se produce más reducción del esfuerzo individual y se mantiene constante aunque se sumen muchos otros a la tarea. El efecto de la reducción del esfuerzo individual cuando se trabaja en una tarea colectiva es muy consistente y se ha encontrado en todo tipo de tareas (físicas, cognitivas, evaluativas y perceptivas), y en diferentes culturas.

En un metanálisis de 68 estudios se ha encontrado que se produce en el 80% de los casos en los que se compara el rendimiento individual en una tarea con el realizado en la misma tarea pero realizada en grupo.

El fenómeno (1) existe, y (2) es en gran medida generalizable. Entonces cobra especial relevancia averiguar por qué se produce. Geen (1991) sugirió tres posibles razones:

  1. Equidad en la producción. Es posible que las personas reduzcan su rendimiento (es decir, holgazaneen) cuando están en un grupo porque piensan que todos los demás miembros del grupo también lo harán. Para no «parecer tontos» trabajando más que otros, reducen su esfuerzo para hacerlo similar a lo que esperan que harán los demás.
  2. Aprensión por la evaluación. Cuando hay varias personas trabajando en una misma tarea, esto proporciona una sensación de anonimato, lo cual hace difícil o imposible identificar a aquellos que no están motivados para hacer la tarea. Es como si los individuos pensaran: «Nadie sabe lo que yo hago», y al no tener que estar preocupados por la evaluación de los demás, reducen su esfuerzo por realizar la tarea.
  3. Compatibilizar con el estándar. Es posible que las personas reduzcan su rendimiento porque no tienen con qué o con quién comparar su desempeño (un «estándar»). En esta ocasión, es cómo si los individuos pensaran: «Pero... ¿cómo debo hacerlo ahora?».

¿Se puede evitar que se produzca la holgazanería social o, al menos, se pueden reducir sus consecuencias negativas? existen una serie de estrategias que se pueden utilizar para tal fin, es posible que con ello las personas lleguen a trabajar más duro cuando realizan una tarea en grupo que cuando lo hacen en solitario:

  • Identificar claramente a la persona que está reduciendo el rendimiento hará que esta modifique su comportamiento (Williams, Harkings y Latané, 1981).
  • Hacer saliente la participación personal que cada uno de los miembros del grupo debe tener en la tarea colectiva (Brickner, Harkins y Ostrom, 1986).
  • Señalar el esfuerzo que los compañeros del individuo en cuestión están poniendo en el desempeño de la tarea (Jackson y Harkins, 1985).
  • Aludir a la comparación intergrupal (comparando la tarea que realiza el grupo con la de otros grupos), (Harkins y Szymanski, 1989).
  • Hacer saliente que la tarea a realizar es muy importante y que es posible que el desempeño del resto de los miembros del grupo sea bajo (Williams y Karau, 1991; Zaccaro, 1984).

Es posible que se reduzca la motivación en tareas en las que el rendimiento individual no puede ser evaluado. Nos referimos a el problema del polizón (o parasitismo). Esto sucede cuando alguno de los miembros del grupo se esfuerza menos porque considera que su contribución es dispensable, es decir, porque piensa que su esfuerzo individual no contribuirá a un mayor rendimiento grupal. Este fenómeno es más probable que ocurra cuanto más grande sea el grupo.

Las perdidas motivacionales y de coordinación en general, y el fenómeno de la holgazanería social en particular existen, son bastante generalizables, y tienen unas consecuencias negativas para el rendimiento grupal.

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