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El grupo no es más que el contexto o el escenario donde se producen determinados efectos, como la influencia, el conflicto o la polarización. Sin embargo, los grupos van cambiando, atraviesan distintas fases de desarrollo, y su evolución interactúa con esos efectos que ocurren dentro de ellos, produciendo consecuencias diferentes según el momento en el que se encuentre el grupo.

El estudio sistemático del desarrollo del grupo se remonta a los años 50 del siglo pasado y se llevó a cabo en dos contextos diferentes:

  • Los grupos de solución de problemas
  • Los grupos de formación (T groups: grupos experienciales caracterizados por carecer de estructura y de un líder que oriente a los miembros sobre cómo actuar o qué metas perseguir).

Ambos tipos de grupo proporcionaban buenas condiciones para el estudio de su evolución temporal, ya sea a lo largo de una sesión de discusión o a través de diversas sesiones.

Tenían en común, entre otras cosas:

  • El ser más prescriptivos que descriptivos (decían cómo debe ser el proceso más que cómo es realmente, ya que no contaban con un apoyo empírico suficiente)
  • El referirse a tipos de grupos bastante específicos (experienciales, terapéuticos o de tarea, es decir, formados artificialmente para un fin concreto)
  • El ser lineales, en el sentido de que las distintas fases de desarrollo grupal propuestas se seguían unas a otras de acuerdo con un patrón secuencial y progresivo de principio a fin (Huici, 1985).

En los 80 surgió un nuevo interés por los aspectos dinámicos del grupo, debido a la necesidad de crear equipos de trabajo eficaces en las organizaciones; así, aparecieron algunos modelos interesantes, como:

  • Wheelan (1994), que pretende ser una integración de los modelos anteriores aplicable a cualquier tipo de grupo
  • Morgan, Salas y Glickman (1994), con su énfasis en la cooperación entre los miembros para alcanzar las metas propuestas
  • Modelo del equilibrio puntuado de Gersick (1988), que sostiene que el desarrollo de los grupos no es un proceso uniforme, sino que se caracteriza por periodos de estabilidad interrumpidos por breves periodos de cambio brusco.

El modelo cíclico de Worchel

Las características más importantes de este modelo de desarrollo de grupo son:

  • Es un modelo cíclico, no lineal, ya que considera que muchos grupos continúan existiendo después de que sus miembros originales se hayan ido.

  • No se circunscribe sólo al grupo sino que lo considera en relación con otros grupos.

  • Presta especial atención al conflicto entre el deseo de pertenecer al grupo e identificarse con él y la necesidad de independencia y distintividad de los miembros.

  • Considera el grupo como una entidad fuera del individuo que ejerce una presión real sobre sus miembros.

El modelo cíclico de Worchel en su primera versión distingue seis estadios en la vida del grupo: dos de formación y cuatro de desarrollo. Los estadios representan cuestiones dominantes para el grupo durante periodos temporales concretos. Aunque no se especifica la duración de los periodos, los estadios transcurren en un orden predecible que se repite muchas veces a lo largo de la vida del grupo.

El primer estadio (que puede ser también uno de los últimos porque el proceso es circular) es la fase de descontento. El grupo al que se pertenece ha dejado de satisfacer las necesidades de sus miembros. Éstos se vuelven pasivos o violentos y lo frecuente es que sean expulsados o que abandonen voluntariamente el grupo. Esto suele ocurrir a raíz de un acontecimiento desencadenante que da comienzo al segundo estadio. El acontecimiento provoca una división en el grupo original entre los que permanecen leales y los que se apartan o son apartados de él.

En ese momento comienza el tercer estadio o fase de identificación grupal en la que los individuos que han salido del grupo anterior desarrollan un sentido de identidad como grupo separado. Las características de este estadio son:

  • Se delimitan las fronteras entre el propio grupo y los exogrupos, acentuándose las diferencias con respecto a otros grupos y se fomenta el conflicto con ellos.

  • Se acentúan las semejanzas intragrupales, anulando los rasgos individualizadores de los miembros. Esto produce un efecto de cohesión dentro del grupo.

  • Las actitudes sobre temas importantes para el grupo son extremas. Se bloquea la entrada de nuevos miembros, no se toleran las posiciones minoritarias y hay una fuerte presión para que los miembros se conformen a las normas del grupo.

  • El liderazgo está centralizado.

  • El objetivo es centrar a los miembros en su identidad social frente a su identidad personal y establecer la identidad del grupo como tal. El grupo se convierte en parte importante de la identidad del individuo.

Una vez establecida la identidad, los miembros del grupo empiezan a ocuparse de los objetivos grupales: comienza el estadio de productividad grupal. Aunque la orientación sigue siendo hacia el endogrupo, el centro de interés ya no es la identificación sino la productividad:

  • El antagonismo hacia los exogrupos se debilita y se utiliza la comparación con ellos para determinar lo productivo que es el grupo.

  • Las fronteras del grupo se abren de forma selectiva y se reclutan nuevos miembros para tareas concretas.

  • Las minorías pueden influir en cuestiones relacionadas con la tarea, pero se las sigue rechazando si amenazan la identidad grupal.

  • El liderazgo está más orientado a la tarea que a los aspectos socioemocionales del grupo.

  • Los fracasos del grupo se atribuyen a fuentes externas. Los éxitos se atribuyen a factores grupales internos. La norma imperante en el grupo es la igualdad.

  • Se permite a los miembros centrarse en su identidad como elementos buscando en ellos habilidades específicas que puedan ser útiles, pero sólo en relación con la productividad del grupo.

Una vez que se ha permitido a los miembros dejar de centrarse exclusivamente en su identidad social comienza el estadio de individuación que consiste en:

  • Los individuos comienzan un proceso de comparación social con los miembros del endogrupo, evaluando sus contribuciones al grupo y lo que obtienen a cambio y exigen equidad en función de esas contribuciones en lugar de la igualdad basada en la simple pertenencia grupal.

  • Se establecen comparaciones con los exogrupos. Se da una tendencia a exagerar la calidad de vida y el éxito de éstos, que se utiliza como evidencia de que el endogrupo no satisface las necesidades individuales y de que es necesario introducir cambios para mejorar. Los individuos empiezan a negociar con el grupo la mejora de su posición personal.

  • Comienzan a aparecer subgrupos, primero en relación con roles semejantes y después en función de semejanzas en actitudes y otros aspectos no relacionados con la productividad. Las interacciones entre los miembros se hacen más selectivas e íntimas.

  • Se anima la participación de los miembros minoritarios.

  • Se trabaja menos para las metas grupales y más para las personales.

  • Los fracasos del grupo se empiezan a atribuir a la ineficacia del líder.

  • Se ponen en duda las normas del grupo y se exige una mayor libertad personal.

Este desplazamiento hacia la individualidad desemboca en el estadio de declive. Algunos miembros empiezan a explorar la posibilidad de pasarse a otros grupos y poco a poco se van marchando, y los que se quedan exigen cambios en el grupo. Existe un estado general de disconformidad como modo de demostrar el malestar personal. Los exogrupos perciben la vulnerabilidad del grupo e intentan desde fuera fomentar el abandono.

Tras la decadencia del grupo, los individuos que se sienten más a disgusto en él lo abandonan, con lo que vuelve a producirse la fase de identificación y todas las demás. Los miembros que quedan en el grupo original prestan atención al grupo original y a su reconstrucción. Se consideran los abandonos como una depuración del grupo y se mantienen actitudes muy negativas hacia los desertores, lo que favorece la cohesión grupal. En definitiva, comienza un nuevo estadio de identificación. Esta es la característica más distintiva de este modelo, dar cuenta de lo que ocurre tras la decadencia de un grupo.

Cada estadio puede ser identificado por el tema de discusión y por la conducta que domina en el grupo. La duración de cada estadio puede diferir mucho según los grupos. Aunque la progresión natural es la descrita, algún suceso inusual puede alterarla. P.ej., la aparición de una amenaza externa puede hacer que el grupo avance o retroceda a la fase de identificación para protegerse del peligro potencial. No obstante, cuando esto ocurre y el grupo es impulsado a algún estadio anterior o posterior, el desarrollo continúa a partir de ese nuevo estadio.

La determinación del estadio concreto en que se encuentra un grupo debe hacerse a posteriori tras observaciones cuidadosas. No podemos basarnos sólo en el tiempo de existencia del grupo para determinar en qué estadio se encuentra debido al distinto ritmo de desarrollo de cada uno.

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