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El discurso escrito o texto tiene, un carácter más formal y cuidado que el discurso oral.

El lector no dispone de información contextual directa, mientras que el oyente suele compartir situación con quien produce el discurso.

Hay una gran variedad de textos, que implican géneros y funciones muy diversas. Sin embargo, los psicólogos del lenguaje suelen hacer una distinción gruesa entre textos narrativos y textos expositivos, que corresponden a dos formas típicas del pensamiento y de la comunicación humana.

Por una parte, los textos expositivos son productos culturales, asociados a la exposición de conocimientos técnicos, científicos o de otro tipo (manuales, tratados, artículos, ensayos, etc.), que suelen utilizarse como herramientas de aprendizaje.

Los textos narrativos están próximos a la comunicación humana más básica.

Así, al igual que en los relatos orales, en los textos narrativos la información se organiza temporal, espacial y casualmente.

  Textos narrativos Textos expositivos
Descripción Situaciones y episodios Ideas, argumentos, demostraciones, datos, etc.
Contenidos Personales: personajes, acciones, intenciones, emociones, conflictos y relaciones Impersonales
Organización Espacial, temporal, causal y motivacional Conceptual o lógica
Finalidad Entretener, emocionar, divertir, etc. Instruir, enseñar, informar, persuadir, etc.

Las narraciones literarias son demasiado extensas y complejas como para estudiarlas en el laboratorio por lo que, los investigadores suelen construir microtextos o “textoides”, en los que manipulan una o unas pocas variables para estudiar aspectos concretos de la comprensión.

En un estudio clásico por Bransford y Johnson utilizaron micro textos donde el lector podía encontrar algo desconcertado al leerlo. El texto incluía palabras familiares, y oraciones gramaticalmente bien construidas, sin embargo, no estaba claro a qué se refería.

Sin embargo, al poner un título y releer el texto, todo encajaba y su comprensión resultaba más fácil.

Así, se observó que los que conocían el título antes de cada historia recordaron significativamente más contenidos, en una prueba de memoria, que los que no lo conocían y que aquellos que lo recibieron después de la historia.

La comprensión del discurso requiere que el lector sea capaz de entender el sentido general del texto, de construir modelos de situación apropiados.

La mayoría de las investigaciones actuales utilizan medidas en línea tratando de capturar los procesos de comprensión sobre la marcha.

Un procedimiento es analizar los tiempos de lectura de las palabras u otras unidades del texto (sintagmas, cláusulas), mediante el registro de los movimientos oculares o la técnica de ventana móvil. Se sabe que se dedica más tiempo a la última palabra de cada cláusula, oración o párrafo, indicando que el lector realiza operaciones adicionales de “empaquetado” de información al final de cada segmento gramatical.

También se utilizan medidas de activación intercaladas durante la lectura de un texto o bien al final de éste. Entre ellas destacan la identificación de palabras, la tarea de decisión léxica o el nombrado de una palabra en voz alta. En la tarea de identificación se presenta una palabra de prueba, que el lector debe juzgar si estaba o no presente en el texto recién leído.

Los tiempos de respuesta y la precisión de la respuesta indican el grado de activación o accesibilidad en la memoria a corto plazo de esa palabra o del concepto relacionado.

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