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La memoria no es un proceso aislado e independiente del resto de los procesos psicológicos. Por el contrario, en el aprendizaje y la memoria influyen otros procesos psicológicos como la atención, la emoción y la motivación.

Influencia de la atención en el control de la memoria 

La atención selectiva desempeña un papel primordial para la codificación de la información en la MLP y para su recuperación voluntaria y consciente posterior. Cuando se pone a prueba mediante pruebas de recuerdo se comprueba que la información no atendida no se recuerda o se reconoce como presentada previamente. Por contra, aquella información a la que se ha atendido, se recuerda o reconoce bien mientras la memoria a largo plazo de aquellos contenidos a los que no se ha atendido prácticamente no existe. La atención es necesaria para que se puedan formar trazas de memoria duradera en la MLP.

Los niños con déficit de atención a pesar de que sean niños inteligentes, suelen presentar bajo rendimiento escolar. Este bajo rendimiento puede explicarse si tenemos en cuenta que para aprender es necesario atender selectivamente y centrarse en la tarea escolar y en las explicaciones del profesor. El aprendizaje y la retención requieren más esfuerzo cuanto más complejo sea el contenido de lo que se ha de aprender.

A nivel neural, la red del control ejecutivo o red de la atención anterior, es la encargada de la coordinación de un número de procesos neurales especializados para que el individuo pueda dirigir su conducta hacia un objetivo previamente marcado. La red se encuentra activada cuando se procesa información semántica o cuando se busca activamente en el campo visual un cambio producido en el color, la forma o el movimiento de un objeto.

Memoria y emoción

Parece que lo que hace ciertos eventos más fáciles de recordar son las emociones que producen, no el significado personal del evento en cuestión. Los contenidos en nuestra memoria son tratados de forma diferente según si están asociados con emociones positivas y placenteras que si lo están con emociones desagradables y negativas. Las emociones agradables se borraran más despacio de nuestro cerebro que las emociones desagradables.

Por otro lado, los recuerdos positivos parece que están rodeados de más información sensorial y contextual que los recuerdos neutros o negativos.

La región del cerebro que está más implicada en la memoria emocional es la amígdala. De la amígdala depende la apreciación del significado emocional de los eventos. También estaría relacionada con la percepción, altertándonos para que prestemos atención a eventos emocionales.

Otras regiones del cerebro y en especial la corteza prefrontal, están también implicadas en el procesamiento de la emoción. La emoción actúa sobre la memoria durante la codificación de la información, la consolidación de dicha información en la huella de memoria y su recuperación posterior.

Memoria y motivación

La función de la motivación es doble. Por un lado, proporciona al organismo la energía necesaria para la acción; por otro, dirige el comportamiento y la actuación del individuo hacia la consecución de sus fines. Los objetivos deben ser específicos, importantes, medibles y factibles.

Las personas que son capaces de marcarse unos objetivos que, aunque difíciles, pueden llegar a conseguir, van a aprender y retener mucha información; y van a llegar a lograr objetivos de aprendizaje mucho más elevados y deseables.

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