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El SN, el sistema endocrino y el sistema inmune constituyen un único e integrado sistema de defensa, cuyo objetivo es lograr la adaptación del individuo a su entorno, lo que en definitiva, garantiza su supervivencia y reproducción.

Aunque cada uno de los componentes de este sistema integrado desempeña funciones especializadas, recibe y responde a la información procedente de los demás componentes del sistema a través de las diferentes vías de comunicación que, de forma bidireccional, se establecen entre ellos.

Por un lado, el SN puede modular la actividad del sistema inmune mediante diferentes mecanismos que implican la liberación de neurotransmisores, neurohormonas, hormonas y neuropéptidos. Entre estas vías de comunicación hay que destacar las vías mediadas por el SN autónomo y el sistema endocrino, de forma que el SN puede modular la función inmune a través de la inervación simpática de los tejidos linfoides y mediante la liberación de hormonas. Ambas vías generan señales químicas que son reconocidas por los receptores presentes en las células inmunitarias, de forma que la activación o interrupción de estas señales químicas altera la actividad de las células inmunitarias y, por tanto, la función inmune. Además, también se han descubierto receptores para otros neurotransmisores y neuropéptidos en las células inmunitarias, lo que indica la gran diversidad de mecanismos por los que el SN puede modular la actividad del sistema inmune.

Por otro lado, el sistema inmune también es capaz de afectar al funcionamiento del SN y del sistema endocrino. Cuando las células inmunitarias detectan la presencia de agentes extraños, liberan sustancias químicas denominadas citocinas que son fundamentales no sólo para que las respuestas inmunitarias se produzcan de forma coordinada, sino también par informar al SN que el sistema inmune ha sido activado. Gracias a esta información, el SN puede coordinar las respuestas metabólicas, endocrinas y conductuales necesarias para restaurar la homeostasis que el agente extraño ha puesto en peligro.

Las citocinas, principales mensajeros químicos liberados por el sistema inmune, pueden producir cambios en la actividad del SN y del sistema endocrino, afectando complejos circuitos neurales encargados de la regulación de las funciones fisiológicas y de diversos aspectos de la conducta.

La presencia de receptores para citocinas en diferentes componentes de estos sistemas proporciona el medio por el que estas sustancias pueden modular la actividad nerviosa y hormonal.

La liberación de neuropéptidos, hormonas y neurotransmisores por las células del sistema inmune proporciona otra vía de comunicación más, mediante la que el sistema inmune puede modular la actividad del SN y del sistema endocrino, utilizando el mismo lenguaje químico.

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