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Desde una perspectiva psicosocial, se relaciona el mundo de las aplicaciones con el trabajo teórico y aplicado que realizan los psicólogos sociales. Se han propuesto muchos modelos, pero en este caso se expondrán los tres que han conseguido mayor difusión y aceptación dentro de la disciplina.

Modelo de la investigación-acción de Lewin

Kurt Lewin, que realizó decisivas aportaciones teóricas a la psicología de la motivación y a la psicología social, es más conocido, a pesar de ello, como el teórico práctico, etiqueta utilizada por su biógrafo Alfred J. Marrow para describirlo (1969). De hecho, la psicología social debe a Lewin la creación de la llamada investigación-acción, un modelo de aplicación todavía influyente en la actualidad.

Investigación social, según Lewin

Lewin diseccionó su modelo de investigación-acción en un artículo publicado en 1946 (versión en castellano de 1988). El punto de partida es la creencia de que la investigación social, además de dedicarse al estudio de las leyes generales del comportamiento social, debe incluir diagnósticos de situaciones específicas (Lewin, 1988). Ello implica que una de las tareas de la ciencia social sea construir el conocimiento de la realidad cotidiana.

Las leyes generales son el resultado de la teorización e investigación realizadas por las ciencias sociales (1988). Sin embargo, para actuar correctamente, señala Lewin, no basta con conocer las leyes generales. Hay que conocer también el carácter especifico de la situación presente, es decir, esas situaciones concretas a las cuales se enfrentan grupos o colectivos de personas que desean que esas situaciones cambien o desaparezcan.

Ciclos de planificación, ejecución y reconocimiento (o evaluación)

Ese conocimiento se obtiene mediante el diagnóstico o recogida científica de los datos relativos a estas situaciones. Existen muchas formas posibles de realizarlo. La más habitual es la encuesta, pero Lewin recomienda ir más allá y realizar estudios comparativos de la eficacia de diversas técnicas de cambio.

Cuando ya se conocen las leyes generales y el carácter de la situación presente, hay que pasar a la acción. Lewin propone una actuación ordenada que concreta en ciclos de planificación, ejecución y reconocimiento (o evaluación) que, a su vez, conforman la espiral de la acción social.

A su vez, cada ciclo se desarrolla, a grandes rasgos, siguiendo estos pasos: en la planificación (primer paso) se traza el plan general.

Es la base que guía la acción que se considere más adecuada. La ejecución de esta acción es el segundo paso del ciclo. Dado que es necesario saber si la ejecución está siendo eficaz y si se está avanzando en la dirección correcta, se realiza el reconocimiento o evaluación (tercer paso del ciclo).

De esta forma se cierra un ciclo y se abre el siguiente, también compuesto por planificación, ejecución y reconocimiento, en una espiral que llevará a ciclos posteriores siempre con la idea de ir sentando las bases para futuras planificaciones y, si se considera necesario, para modificar el plan general a la luz de los resultados que se van obteniendo.

Como señala Carmen Huici, en el influyente trabajo de Lewin titulado Problemas psicosociológicos de un grupo minoritario, se aprecia la integración de teoría e investigación y acción, tan característica del planteamiento lewiniano.

En esta obra hace un detallado recorrido por los pasos que la psicología organizacional ha dado para asegurar una correcta gestión de los recursos humanos en lo que se refiere a la cuestión de la expatriación. Estos pasos son similares a la concepción lewiniana de los ciclos.

Modelo de la psicología social de ciclo completo de Cialdini

La psicología social de ciclo completo es un modelo elaborado por Cialdini (1980; 1989) para abordar la cuestión de las aplicaciones psicosociales. En él se parte de la contraposición entre la investigación experimental de laboratorio, predominante en la disciplina, y los sucesos de la vida cotidiana en que habitualmente están inmersas las personas.

Una aproximación al contexto de la investigación experimental

En opinión de Cialdini, la experimentación de laboratorio fomenta la investigación con rigor metodológico. Aunque la cita hace hincapié en aspectos deseables, Cialdini reconoce que eso no es todo: ... hay un problema ...(este tipo de investigación) nos lleva a capturar los fenómenos sin fijarnos en la importancia que tienen en la ocurrencia natural de la conducta humana. La implicación consiste en el hecho de que si la psicología social se limitase a realizar única y exclusivamente investigación experimental de laboratorio, no estaría a la altura de su meta y objetivo fundamental, ya que si aceptamos que la tarea del psicólogo social es estudiar la conducta humana cotidiana, resulta extraño que apenas una parte significativa de la corriente actual en psicología social comience con la observación de dicha conducta cotidiana.

Mantener a rajatabla la pauta de trabajo de la experimentación de laboratorio impide llevar a cabo la tarea aludida ya que dicha pauta consiste en comenzar la investigación desde alguna teoría psicosocial ya existente o desde alguna otra investigación experimental anterior.

En principio no hay nada en la teoría que informe de si los fenómenos que aborda son importantes en la descripción de la conducta humana como normalmente ocurre.Y algo parecido habría que afirmar de la investigación experimental de laboratorio, que intenta mantener constantes todas las fuentes de influencia sobre la situación de estudio.

Una nueva hoja de ruta

Los riesgos que amenazan a la investigación experimental de laboratorio llevan a plantear la pregunta: ¿cómo decidimos lo que vale la pena estudiar? Cialdini responde que lo más aconsejable, al parecer, es comenzar con la observación sistemática de los sucesos naturales fuertes y que ocurren regularmente a nuestro alrededor. Quizá podamos reducir el problema de la dudosa importancia ecológica de nuestros efectos derivados, comenzando con aquellos efectos que ya han mostrado por sí mismos que son potentes en el medio ambiente social natural.

No debe entenderse toda esta argumentación como una crítica global a la experimentación, sino más bien como una advertencia sobre los riesgos de su utilización exclusiva y excluyente de otras avenidas de investigación.

Buena prueba de ello es el hecho de que, como el mismo autor reconoce, hay líneas de investigación experimental que han generado conocimientos relevantes sobre fenómenos de gran interés para la mejora de las condiciones de vida de las personas.

Ciclo completo

Robert B. Cialdini no se limitó a proponer una nueva hoja de ruta, sino que la puso en práctica en muchos de sus trabajos.

Como se puede comprobar en todos ellos, el autor predica con el ejemplo y muestra en qué consiste el ciclo completo. Se trata, en esencia, de una secuencia de actividades de investigación articuladas entre sí de forma que cada una de ellas se refiera a las demás y permita una apertura a una investigación en continuo avance y progreso. En palabras del autor: los investigadores deben comenzar el trabajo, con mucha mayor frecuencia de lo que ahora lo hacen, partiendo de ejemplos de fenómenos sociales de ocurrencia natural. Con todo, la observación de los fenómenos naturales es solo el comienzo. Hay que continuar dando pasos para completar el ciclo. Como señala el autor: a continuación deben darse pasos progresivos para establecer el poder, la generalidad y los soportes teóricos y conceptuales del fenómeno de interés, es decir, del fenómeno que se ha sometido a observación en el primer paso.

Queda todavía un tercer paso, ya que ...la observación natural no debe restringirse a los comienzos de la aventura de investigar. Debe usarse también para completar el arco fin al del círculo, es decir, las instancias de ocurrencia natural deben emplearse no solo para identificar los efectos adecuados para el estudio experimental, sino también para comprobar la validez de los resultados de la experimentación. ...De no ser así habríamos tenido que dudar de la validez ecológica de nuestros resultados de laboratorio.

De esta forma se cierra el ciclo propuesto por el autor, que comienza con la observación natural de fenómenos sociales de importancia, avanza luego hacia el estudio de su naturaleza psicosocial y su generalidad y finaliza con la observación natural de la validez de los resultados obtenidos. Como es de esperar que estas nuevas observaciones naturales desvelen fenómenos similares, aunque con variaciones respecto a los últimos resultados, ello se va a traducir en la apertura de un nuevo ciclo.

Modelo de la psicología social aplicable de Mayo y LaFrance

El trabajo de Mayo y LaFrance (1980) se esfuerza por presentar un modelo de psicología social que denominan aplicable para dar a en tender que no debería haber separación o distancia entre la experimentación y la aplicación.

El modelo es cíclico, como el de Cialdini, pero hace algunas aportaciones específicas dignas de tenerse en cuenta.

Según estas autoras, hay tres grandes preocupaciones de la investigación o, si se prefiere, ejes, en torno a los cuales gira la psicología social aplicable. Dos de ellos ya estaban presentes en las aproximaciones de Lewin y de Cialdini: son la construcción del conocimiento y la utilización e intervención. En cierta medida, son dos preocupaciones exigidas por la lógica ya que, si no hay conocimiento, no existe nada para aplicar y, si no se utiliza ese conocimiento para intervenir sobre la realidad, no se producirá la aplicación.

Sin embargo, la otra preocupación de la investigación añade una novedad interesante.

Se trata de la calidad de vida. Es algo que tanto en Lewin como en Cialdini estaba implícito.

Es mérito de estas autoras traerlo a un primer plano y convertirlo en el auténtico motor de la psicología social aplicable.

En su afán de explicitación y concreción, estas autoras dan un paso más y acuñan un nuevo concepto, el de adaptadores. Con él quieren referirse a una serie de actividades que cabría considerar como complementarias de las tres preocupaciones centrales de la psicología social aplicable. Los adaptadores adquieren pleno sentido cuando se reflexiona sobre la forma de conectar entre sí la calidad de vida, la construcción del conocimiento y la utilización e intervención.

Ahora bien, esa conexión no se va a producir de manera automática, sino más bien por una actuación orientada y deliberada del psicólogo social interesado en la aplicación. La preocupación por la mejora de la calidad de vida estimulará dos actividades, la definición del problema y la elección del método apropiado, actividades que se consideran necesarias para abordar la construcción del conocimiento con las garantías necesarias.

De forma parecida, una vez que se ha construido el conocimiento necesario para la utilización e intervención, no es posible ponerla en marcha sin otras dos actividades, el análisis del sistema concreto y la definición del rol o papel que va a desempeñar el psicólogo social.

Lo primero, es decir, el análisis del sistema concreto proporcionará el imprescindible conocimiento de la realidad local y cotidiana de las personas cuya calidad de vida se pretende mejorar. Lo segundo apunta a la forma en que el psicólogo social se va a involucrar a la hora de intervenir, como asesor, experto, dinamizador, activista, entre otros.

Aunque el ciclo se cierra precisamente con la utilización e intervención, todavía es posible conectar esta con la mejora de la calidad de vida.Y otras dos actividades resultan cruciales en esta última conexión: la evaluación y la interpretación. Ellas permitirán, en definitiva, contestar a la gran pregunta: ¿se ha conseguido mejorar realmente la calidad de vida después de todo el esfuerzo realizado en la aplicación en el seguimiento de los pasos del modelo? Uno de los adaptadores es el análisis del sistema, que según Nouvilas hace hincapié en la necesidad de ampliar el estudio de las variables de carácter individual e interpersonal a los sistemas sociales. Es una llamada a centrarse en las variables macro, en vez de centrarse en las micro, lo que no siempre se ha tenido en cuenta en la psicología social dominante.

A diferencia de lo que sucedía con Lewin y Cialdini, no se poseen ejemplos de aplicaciones concretas del modelo de estas autoras.

Ello no le resta interés y, de hecho, el modelo ha servido y sirve de inspiración a muchos psicólogos sociales interesados en la aplicación.

Lo más importante es haber traído a un primer plano la idea de la complejidad del mundo de las aplicaciones, haber puesto de manifiesto el elevado grado de interdependencia de las operaciones y procedimientos a los cuales es preciso recurrir y la necesidad de atender de una manera primordial a la mejora de la calidad de vida de las personas. Por todo ello, el modelo de Mayo y LaFrance permanece como guía y orientación relevante en este ámbito.

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