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En la práctica clínica, los datos necesarios para la evaluación de los problemas y trastornos del sueño suelen recogerse mediante procedimientos subjetivos, ya que la obtención de datos objetivos sobre los diferentes parámetros y estructura del sueño requiere el empleo de medios técnicos que, además de su elevado coste, pueden requerir que la persona pase la noche en un laboratorio de sueño.

4.1. La Entrevista Clínica

La entrevista clínica con el paciente suele ser la primera estrategia que se utiliza para acercarse al conocimiento y evaluación de sus problemas de sueño. Por lo general, el principal objetivo de la entrevista inicial es la elaboración de la historia de sueño de la persona, tarea que puede realizarse siguiendo un formato abierto, o siguiendo el guion de algunas de las entrevistas disponibles, con mayor o menor grado de estructuración.

Un ejemplo de entrevista semi-estructurada, es la que presenta Morin, para guiar la recogida de datos en los pacientes de insomnio, la Insomnia Interviiw Schedule, que debe ser cumplimentada por el terapeuta a lo largo de una sesión de entre una hora y una hora y media de duración. A través de 10 apartados se recoge información de la naturaleza y severidad del problema, así como de una amplia gama de aspectos que servirán para realizar el análisis funcional de los problemas de insomnio que presenta el paciente.

Para la recogida de datos siguiendo un formato de entrevista abierta, pueden servir de guía los apartados que a continuación se detallan, y que cubren la mayor parte de los aspectos relacionados con los problemas y trastornos del sueño:

  • Características del trastorno o problema
    • Descripción del problema
    • Frecuencia
    • Duración
  • Historia del problema
  • Horarios de sueño
  • Costumbres, hábitos y rituales para dormir
  • Otros hábitos que pueden afectar al sueño
  • Condiciones del dormitorio
  • Preocupaciones y/o alteraciones emocionales
  • Comportamiento y actitud de los allegados ante el problema
  • Repercusiones del problema de sueño en la vida de la persona
  • Otros tratamientos

Además de la entrevista con el paciente, puede ser de utilidad realizar una entrevista con alguno de sus familiares más allegado, especialmente la pareja que suele ser la que comparte el dormitorio con el paciente y que, por tanto, puede proporcionar información sobre algunos aspectos relevantes.

4.2. Autorregistros Del Sueño

Los autorregistros del sueño son uno de los instrumentos más utilizados en la evaluación de los problemas de sueño. Este tipo de registros suelen recoger información de una serie de datos objetivos, así como de otros parámetros subjetivos que deben ser estimados por la persona.

Se pide al paciente que cumplimente por la noche sólo los datos de sus siestas diurnas (caso de haberlas) y el dato objetivo de la hora a la que se acuesta, aunque estos datos también podrían registrarse a la mañana siguiente. Lo que es imprescindible es que los datos relativos a sus problemas de sueño siempre se cumplimenten a la mañana siguiente, para así no interferir negativamente con la conciliación y mantenimiento del sueño. En la mayor parte de los casos, lo que realmente interesa al clínico es la percepción que la persona tiene de sus problemas de sueño, incluso más, que el propio dato objetivo de tiempo real que duerme.En la práctica clínica los autorregistros pueden (y deben), adaptarse a las peculiaridades de cada caso, añadiendo las columnas que sean necesarias para recoger aquellos aspectos que se consideren relevantes. Los datos aportados por los autorregistros del sueño de la primera o dos primeras semanas, suelen utilizarse para establecer la línea base del problema, con la que se irán comparando los datos obtenidos durante la intervención, para así valorar la progresión del tratamiento.

4.3. Cuestionarios

Escala de somnolencia de Epworth- ESE.

Esta escala fue elaborada pro Johns para valorar la percepción de somnolencia durante el día. Para ello se pide a la persona que valore en una escala de 4 puntos la probabilidad de quedarse dormido o dormitando en las ocho situaciones siguientes:

  1. Sentado y leyendo
  2. Viendo la televisión
  3. Sentado e inactivo en un lugar publico
  4. Como pasajero en un coche durante una hora y sin paradas
  5. Descansando al mediodía, cuando las circunstancias lo permiten
  6. Sentado y hablando con alguien
  7. Sentado tranquilamente tras una comida sin alcohol
  8. En un coche, mientras se está parado durante unos minutos por el trafico

Índice de calidad del sueño de Pittsuburg.

Está formado por 19 ítems a través de los que se obtiene una única puntuación, indicativa de la calidad del sueño durante el mes previo a la evaluación. Esta puntuación se deriva de las puntuaciones de la persona en siete componentes: calidad subjetiva del sueño, latencia, duración, eficiencia, factores que puedan afectar al sueño, uso de medicación para dormir y disfunción diurna.

Índice de deterioro del sueño.

Es un instrumento muy sencillo en el que mediante sólo siete ítems, se valora la percepción que el paciente tiene de sus problemas de sueño, aportando un índice cuantitativo del deterioro del sueño. Para ello el paciente debe valorar, en una escala de 5 puntos, aspectos como la severidad percibida de su problema de insomnio en el momento actual, su grado de satisfacción con su patrón de sueño o la interferencia y repercusiones de sus problemas de sueño puedan tener en su funcionamiento diario.

Escala de creencias y actitudes sobre el sueño.

Esta escala está formada por 30 frases que reflejan las actitudes y creencias que la persona tiene sobre el sueño y que ésta debe valorar mediante una escala analógico-visual, es decir poniendo una marca en el lugar donde situé su valoración personal en una línea en la que uno de los extremos señala totalmente de acuerdo y el otro totalmente en desacuerdo. El conjunto de cogniciones de este cuestionario cubre cinco factores teóricos: conceptos erróneos sobre el origen del insomnio; atribuciones erróneas o amplificación de sus consecuencias; expectativas no realistas; control y previsibilidad del sueño y creencias erróneas sobre las estrategias que induce el sueño.

4.4. Procedimientos Objetivos

De todos los procedimientos objetivos, la polisomnografía nocturna es el patrón de oro para el registro del sueño, ya que proporciona información objetiva de los diferentes parámetros del sueño, revela la arquitectura del sueño que presenta el paciente y permite detectar de forma objetiva algunas alteraciones no fácilmente detectables mediante informes subjetivos. La polisomnografía nocturna requiere que durante al menos una noche, la persona duerma en un laboratorio del sueño, mientras se registran de forma simultánea tres medidas básicas; además, en algunos casos estas tres medidas básicas deben ser complementadas con la medida de las actividades electrocardiográfica y respiratoria.

La actigrafía de muñeca es un pequeño dispositivo del tamaño y forma de un reloj, que registra la actividad motora de la persona y, por tanto, permite conocer los parámetros de continuidad del sueño. Aunque la información aportada es menos precisa y completa que la de la polisomnografía, sin embargo se trata de una medida poco intrusiva, bastante barata y, sobre todo, muy sencilla de utilizar, por lo que puede ser especialmente útil en el caso de niños o personas con demencia. Al obtenerse información de la actividad de la persona a lo largo de varios días o semanas, permite detectar su patrón general de sueño-vigilia, asociando los periodos de movimiento al estado de vigilia y los de reposo al de sueño.

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