Se basa en el uso de técnicas no invasivas para obtener imágenes del sistema nervioso capaces de diferenciar zonas funcionalmente activas de las que no lo están. por funcionalmente activas hay que entender las que cambian sus niveles de actividad fisiológica en relación con procesos mentales, los responsables de las respuestas ante los problemas planteados. Las técnicas más importantes son la tomografía por emisión de positrones (TEP o PET) y la resonancia magnética funcional (RMf). ambas técnicas detectan cambios en la actividad metabólica en función del aporte de sangre a una u otra zona del cerebro. sólo los aumentos en la actividad neuronal provocan aumentos en el aporte de sangre a la zona donde se ha producido ese incremento.
Neuroimagen funcional
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