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Los hallazgos de diferentes estudios indican una fuerte relación positiva entre el sentido de comunidad y la satisfacción con la calidad de vida en el contexto del vecindario. Los resultados muestran que cuando la interacción social aumenta en el entorno social inmediato (barrio, bloque, calle), las personas están más interesadas en la vida y el bienestar del resto de sus vecinos; considerando que la interacción social es uno de los componentes del sentido de comunidad, se puede extrapolar que este se relaciona con el interés y preocupación por los vecinos y las personas más próximas.

En cambio ya mostraron los miembros de la Escuela de Sociología Urbana de Chicago que el desarraigo con la comunidad genera violencia y desadaptación. También diversos estudios encuentran relación entre sentido de comunidad y las redes de apoyo social ya que observan que los barrios con alto sentido de comunidad realizan más actividades sociales con sus vecinos, y como es sabido, las personas satisfechas con el apoyo social que reciben, muestran experiencias de menor estrés que quienes experimentan menor nivel de apoyo (Schweitzer, Rosenbaum, Campos y Gardi, 2002).

En cuanto al tiempo de residencia en el barrio el sentido de comunidad se relaciona con mayor tiempo de estancia en la comunidad, más competencia social, más capacidad de afrontamiento y mayor satisfacción con la vida El sentido de comunidad también media entre la estabilidad del vecindario y el bienestar de los residentes (Chipuer y Pretty, 1999).

Respecto a las características sociodemográficas de los residentes Prezza, Amici, Roberti y Tedeschi (2001) concluyen que las relaciones con la comunidad son mayores en mujeres, para miembros de familias grandes, en personas con menor nivel académico, en los que viven durante más tiempo en el barrio, para miembros de asociaciones, para personas casadas y en personas con hijos.

En cuanto a las características del contexto Prezza y Constantini (1998) a través de un estudio en tres comunidades diferentes muestran que el sentido de comunidad y la satisfacción son más altos en ciudades pequeñas (pueblos o municipios) que en las ciudades mayores. Según estos resultados, el sentido de comunidad se relaciona con satisfacción con la vida principalmente en pueblos y ciudades pequeñas. También el sentido de comunidad es mayor en comunidades rurales que en contextos urbanos.

Sin embargo, cuando se estudian los factores que influyen en la calidad de vida de un barrio en el contexto urbano (Foruria, Mitchell, Jones, Tadlock, Weakly y McDonald, 2004) se encuentra que tanto la calidad de vida como el sentido de comunidad se relacionan positivamente con el número de vecinos conocidos, la satisfacción con la composición del barrio, valorar positivamente el hecho de conocerse unos a otros y la satisfacción con los hogares.

En otro estudio (Hombradas y García, 2005) relacionan sentido de comunidad y calidad de vida encontrando que la variable predictora que tiene una mayor influencia sobre la calidad de vida es la seguridad, ésta hace referencia a que los residentes consideren seguro el lugar donde viven. También el apoyo social, la pertenencia y la participación son buenos predictores de la calidad de vida. Estos datos son sumamente importantes ya que confirman como en las comunidades pequeñas o en las comunidades que facilitan la interacción social, la ayuda entre los vecinos es una realidad social que permite a determinados grupos de población con escasas fuentes de apoyo como son las personas mayores o los inmigrantes prolongar sus redes sociales más allá del entorno familiar y encontrar el apoyo que necesitan en su entorno más próximo.

El estilo de vida en el barrio y el tipo de barrio inciden en el sentido de comunidad. Las transformaciones y los cambios que se producen en el entorno del barrio influyen en el sentido de comunidad de los residentes. En la actualidad, vivimos momentos de transformaciones importantes en los estilos de vida y características de la población. Especialmente, hay un fenómeno que contribuye a ello, como es el asentamiento de la población inmigrante en determinadas zonas de la ciudad. Es por ello que se están realizando estudios que analizan los entornos a través del sentido de comunidad ya que éste facilita la relación, la identidad, la organización social y la adaptación a los nuevos contextos.

Las migraciones actuales conllevan una mayor diversificación en todos los órdenes, generando gran variedad de perfiles y modelos de asentamiento, con la inmigración, las experiencias personales y colectivas están relacionadas con el asentamiento en lugares diversos. Los inmigrantes tienden a concentrarse espacialmente en unas pocas zonas geográficas. Por tanto, la percepción que los autóctonos tienen de los inmigrantes puede variar considerablemente según su mayor o menor proximidad con ellos, siendo para algunos un hecho próximo y cotidiano, mientras que para otros es algo lejano o poco común. Es por ello que adquiere una especial relevancia el estudio de la relación que los residentes mantienen con las personas inmigradas en el entorno en el que conviven. Es importante conocer las reacciones que provoca entre la población autóctona la convivencia con los inmigrantes, los problemas de convivencia que aparecen en los bloques de vivienda y la valoración que hacen los residentes de aquellos inmigrantes que conocen personalmente. Así pues, es clave analizar cuál es el sentido de comunidad de estos grupos de población ya que el sentido de comunidad es un elemento potencialmente fortalecedor de la integración social y la calidad de vida. El conocimiento de esta realidad es fundamental para conocer y anticipar los efectos no deseados de la inmigración y permite desarrollar estrategias concretas de intervención adecuadas a las necesidades de los residentes y a la convivencia intercultural.

En un estudio en el que analizamos el sentido de comunidad y la calidad de vida de la población autóctona que conviven con inmigrantes (Hombradas, Gómez y Domínguez, 2009) los resultados indican que aumenta el sentido de comunidad y la calidad de vida conforme aumenta el contacto con los inmigrantes en el mismo bloque. Igualmente ocurre cuando nos centramos en los residentes que conviven con inmigrantes en el barrio ya que la presencia de inmigrantes se corresponde con un aumento en el sentido de comunidad y en la calidad de vida percibida por los residentes autóctonos.

Estos resultados son muy importantes para planificar una correcta intervención social que facilite la integración con los inmigrantes a través del sentido de comunidad. Como ya se indicó el sentido de comunidad es complejo y este puede referirse tanto al entorno más cercano (bloque, casa ... ) como al entorno menos próximo (barrio, ciudad ... ). En los estudios realizados hemos encontrado que la presencia de inmigrantes tiene una influencia diferente en los residentes dependiendo del grado de proximidad e interacción. Esto nos hace pensar que es necesario crear estrategias de intervención que faciliten las relaciones interculturales entre inmigrantes y autóctonos. Esta idea tiene aún más fuerza cuando nos centramos únicamente en los residentes que conviven con inmigrantes puesto que la adecuada convivencia mejora el sentido de comunidad y la calidad de vida percibida tanto en el contexto del barrio como en el del bloque.

Los estudios confirman la relación positiva entre sentido de comunidad y calidad de vida. Otro hallazgo importante es que el sentido de comunidad es un elemento fortalecedor de la interacción social y la calidad de vida. En la medida en que aumenta la interacción positiva con los inmigrantes aumentan el sentido de comunidad y la calidad de vida de los residentes autóctonos. Por ello es importante que se realicen políticas sociales que desarrollen intervenciones que favorezcan la mediación en las relaciones interculturales como una forma de evitar conflictos y de facilitar la integración social.

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