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Las drogas de síntesis son sustancias psicoactivas cuyo consumo está llegando a ocupar el segundo lugar en frecuencia de consumo de drogas ilegales, después de los cannaboides. Según el tipo de sustancia, predomina más o menos los efectos psicoestimulantes o alucinógenos. Por ejemplo la MDA es la que tiene mayores componentes alucinógenos y menos psicoestimulantes, le sigue en orden decreciente en la MDMA y la metanfetamina que es, sobre todo un psicoestimulante.

Tras la ingesta, estas drogas producen en humanos una sintomatología característica: aumento de la empatía y de la facilidad para comunicación interpersonal, además de la de inhibición y la disminución de pensamientos negativos. Además, se produce un aumento de actividad psicomotora, del estado de alerta y del insomnio, al tiempo que una potenciación de los sentidos auditivo y visual, especialmente en lo relativo al color. Suelen aparecer en los primeros 20 a 60 minutos después del consumo, alcanzando el máximo efecto de los 60 los 90 minutos y pueden durar de 3 a 5 horas.

La presentación de estas drogas en forma de pastillas facilita de por sí la extensión de su consumo pero también influye el hecho de que estas sustancias no produce dependencia física observable, y que sus efectos principales sobre promover la comunicación interpersonal. Son las drogas de las sociedades desarrolladas y consumidas en la segunda mitad del siglo XX, cuyo modelo a poco se va extendiendo por el mundo. Sin embargo estas sustancias no son inocuas, tienen diferentes adversos, entre los que destacan especialmente su toxicidad sobre sistema nervioso central.

Efectos de las drogas de síntesis sobre el SNC

Se sabe que los derivados de las anfetaminas causan neurotoxicidad, afectando principalmente el sistema serotoninérgico. La administración de estos compuestos en animales resultó en una marcada disminución de las concentraciones de serotonina, así como de su metabolito principal (5-HIAA).

Estudios posteriores confirmaron que la recaptación de la serotonina estaba deteriorada de manera persistente. Más tarde, se demostró que existían alteraciones neuroanatómicas en el sistema serotoninérgico como consecuencia de la administración de una sola dosis de PCA y que se mantenía hasta un mes después de administración. Todos estos datos experimentales sugerían que las drogas derivadas de las anfetaminas causan un claro daño en el sistema nervioso central y, particularmente, a la neurotransmisión de la serotonina.

Los estudios comprobaron posteriormente que, el neurotransmisor dopamina también se afectaba con la administración de drogas sintéticas. Cuando los animales recibían la dosis, se observaba una disminución significativa de los niveles de de dopamina, de sus metabolitos principales, y del enzima limitante de la síntesis de la dopamina.

Es decir, no sólo la anfetamina afectaba sistema serotoninérgico, sino también al dopaminérgico. Es más, se comprobó que era necesario la presencia de dopamina para que el daño sobre sistema serotoninérgico se manifestará.

En la pasada década de los años 80 también se vio que la administración de otras drogas de síntesis como la MDA y la MDMA, reducen sensiblemente los niveles de serotonina, de su metabolito, de la enzima y de los sitios de recaptación en varias regiones cerebrales, así como se producía un daño histológico. Este daño histológico se basaba la destrucción masiva de las fibras terminales de los axones dopaminérgicos en el giro dentado del hipocampo y la corteza prefrontal parietal.

Es por tanto, conocido hace más de 20 años, que las drogas de síntesis de uso común como la MDA y la MDMA, destruyen fibras nerviosas de las neuronas de serotonina y este daño aun se mantiene después de dos semanas de haber administrado tratamiento.

¿Son reversibles los daños de las drogas de síntesis?

En el estado actual de los conocimientos podemos decir que los efectos de las drogas de síntesis parecen realizarse en dos fases: una inmediata y reversible, y otra a largo plazo e irreversible.

Neurotoxicidad inmediata

Se ha comprobado que un efecto inmediato de las drogas de síntesis es liberar serotonina y dopamina en el encéfalo de roedores de laboratorio.

Además, se inhibe la recaptación y la actividad enzimática (MAO-A) con la que se degrada a dichos neurotransmisores. El resultado global de estas acciones es que hay un aumento de la concentración extracelular de la serotonina y dopamina, lo cual conlleva un aumento de la temperatura corporal. Sin embargo, estos efectos son reversibles, puesto que duran menos de 6 horas.

Neurotoxicidad tardía

Una segunda fase, neurotóxica, aparece entre 24h y una semana después del consumo de las drogas. Durante este periodo se produce una disminución de los niveles cerebrales de serotonina, lo cual sugiere la existencia de un daño neuronal. Éstas alteraciones son diferentes según la especie animal de laboratorio estudiada. En la rata en el mono el daño se circunscribe al sistema serotoninérgico, mientras que en el ratón sistema afectado es el dopaminérgico.

No conocemos aun los mecanismos por los que se causa el daño neurotóxico del sistema serotoninérgico, sin embargo, se pueden apuntar algunos factores, así es posible que una de las primeras acciones de la MDMA sea la disminución o inactivación de los sistemas antioxidantes celulares.

Uno de los agentes antioxidantes celulares más conocidos son radicales de hidroxilo. Este tipo de radicales libres aumenta en el hipocampo como consecuencia de la administración de la MDMA. Sin embargo, cuando se administra sustancias que atrapan estos radicales de hidroxilo el daño neurotóxico es menor. La afectación de los sistemas antioxidantes celulares por parte de la MDMA parece ser un primer efecto neurotóxico tóxico temprano. En procesos más tardíos parece que participa el neurotransmisor dopamina en un modo que depende de su grado de liberación, tras la administración de la droga.

En general, se puede establecer una graduación en la cantidad de dopamina liderada por las drogas de síntesis más comunes, así por ejemplo la metanfetamina es muy eficaz en facilitar la liberación de serotonina, pero menos eficaz de la dopamina. La MDA es un potente liberador de serotonina pero menos que la dopamina, y a su vez MDMA es liberadora de 5- HT pero mucho menos que los anteriores drogas en lo que lo que se refiere a la dopamina.

Si consideramos que estas drogas de síntesis producen una disminución en la actividad enzimática en la fase temprana y que, existe poca neurotoxicidad causada por la MDMA, podemos pensar que no se producirá daño neurotóxico en una fase tardía, si no se libera una determinada cantidad de dopamina. No obstante, la función de la dopamina en la neurotoxicidad de las drogas de síntesis no está aún clara.

Las fibras nerviosas de serotonina que se dañan proceden de neuronas de cuerpos cuyos lugares de ubicación están en los núcleos de Rafe.

Hay dos grandes grupos de este tipo de núcleos los del Rafe dorsal y los Rafe medial.

Las que se dañan son las Rafe dorsal, al cabo de varios meses desde el tratamiento inicial con MDA, MDMA, PCA se ha visto que, en animales, puede producirse una regeneración de las proyecciones serotoninergicas dañadas provenientes de Rafe el dorsal. Sin embargo, el patrón de reinervación puede ser ligeramente distinto:

  1. hay un menor crecimiento en el número de terminaciones finas en ciertas ramas colaterales de los axones,
  2. crecerán más ramas colaterales que antes no existían.

En la actualidad desconocemos si fenómenos similares se dan en humanos y qué consecuencias comportamentales pueden tener. No obstante, dada la importancia del sistema serotoninérgico en la agresión, ansiedad, depresión y esquizofrenia, es posible que, en el caso de que el humano se produzca daño y una regeneración posterior, se pueden afectar las funciones psíquicas medianas por este neurotrasmisor.

¿Las drogas de síntesis una nueva clase de fármaco?

Hay que tener en cuenta que no hay mejores analgésicos que los opiáceos, siendo el prototipo principal la morfina. Por otro lado, la cocaína es un excelente anestésico local, actualmente, los cannaboides ya se emplean para el tratamiento de glaucoma. En el caso de las drogas como el MDMA, algunos autores han propuesto que están por sustancias pueden ser útiles para el tratamiento de trastornos de la personalidad, en los que subyace una clara falta de comunicación interpersonal.

La MDMA y otras drogas de síntesis aumenta la empatía, despiertan un deseo de estar y/o hablar con gente en un estado emocional de cercanía que no se da con los alucinógenos o los psicoestimulantes. Esto ha hecho pensar algunos investigadores que drogas de síntesis como la MDMA serían el prototipo de una nueva clase de fármacos a los que se les debe denominar “entactogenos” por su capacidad para facilitar la empatía y el contacto entre las personas.

Otras drogas de síntesis

Rohipnol, clonacepan y GHB

Estas drogas sintéticas son activas sobre las proteínas de membranas de las neuronas que reconocen a las benzodiazepinas. El Rohipnol es un antagonista de los receptores de las benzodiazepinas. El clonacepan es un agonista de estos receptores, y el GBH es similar al gamma aminobutírico y actúa a través de receptores cerebrales propios.

El Rohipnol produce efectos sedantes hipnóticos, además de relajación muscular y amnesia, esta droga puede darse a las personas que no lo sepa y, mezclada con el alcohol, incapacita a víctimas de tender ataques sexual, en ocasiones la mezcla es letal. El clonacepan por su parte puede consumirse asociado con heroína y otros opiáceos, para potenciar los efectos de estos últimos. Su uso está igualmente asociado a ataque sexuales, al igual que el GHB.

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