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Una importante contrapropuesta a la teoría tricromática de Helmholtz, fue la teoría de los procesos oponentes formulada por Hering. Hubo que esperar al siglo XX para que se desarrollaran una alternativa teórica que representara un reto global a las posturas defendidas por la teoría clásica. Esta alternativa estuvo representada por la teoría de la Gestalt.

La Teoría de la Gestalt

Los postulados principales del racionalismo hicieron su aparición en el campo de la investigación científica de la percepción de la mano de la psicología de la Gestalt. Para la Gestalt las sensaciones, consideradas como elementos de la vida anímica, eran inexistentes. El término Gestalt proviene del alemán y significa configuración o forma total .

Fenomenología

La introspección que propugnaban los primeros psicólogos estructuralistas era una introspección que requería un complicado y largo entrenamiento, durante el cual el observador aprendía a observar sus propios estados mentales. Desafortunadamente, este entrenamiento con frecuencia inducía en el observador una tendencia a percibir sus estados mentales de acuerdo con las inclinaciones teóricas del investigador, influyendo así en los resultados de una forma que no tenía que ver con la naturaleza del problema que se estaba investigando sino que dependía del tipo de entrenamiento recibido.

Para la teoría de la Gestalt, la experiencia consciente del observador también constituía la fuente principal de datos de la investigación psicológica. La Gestalt estaba interesada en los datos de conciencia tal como aparecían de forma inmediata en la misma, sin contaminar con prejuicios teóricos inducidos por un entrenamiento particular. Más que de introspección, en el caso de la Gestalt debe hablarse de descripción fenomenológica para marcar la diferencia entre la introspección clásica y la actitud de auto-observación que buscaban los gestaltistas. Para ellos, no se trataba de forzar al observador a discriminar las sensaciones elementales que aparecían en su consciencia, sino de respetar los datos inmediatos de la misma e intentar describirlos de la forma más objetiva posible.

Configuración

Todos los principales líderes de la Gestalt, Wertheimer, Köhler y KofKa, rechazaron los supuestos fundamentales de atomismo y empirismo de la teoría clásica.

Pensar que la percepción es el resultado de la concatenación de sensaciones, como se éstas fueran los átomos de un compuesto, es para los gestaltistas el resultado de un artefacto introducido en la experimentación por la propia teoría clásica mediante el entrenamiento introspectivo. Lo importante en la percepción es la configuración del campo perceptivo, la forma en que se relacionan los componentes de la escena, la totalidad estructurada por esas relaciones. Para los gestaltistas, el todo es diferente de la suma de sus partes porque las relaciones entre los componentes del conjunto poseen por sí mismo. Una persona puede percibir que la intensidad de un estímulo es mayor que, igual o menor que la intensidad de otro sin necesidad de conocer los valores absolutos de intensidad de ninguno de ellos.

Los gestaltistas también rechazaron la analogía química que había utilizado la teoría clásica al considerar la percepción como un compuesto formado por sensaciones elementales. Preferían analogías tomadas de la física y hablaban del campo perceptivo como si fuera semejante a los campos magnéticos o eléctricos.

Innatismo

Los teóricos de la Gestalt también rechazaron el empirismo característico de la teoría clásica. Para ellos, los principios organizadores de la percepción no tenían su origen en la experiencia del individuo, ni eran el resultado de un aprendizaje previo.

Los principios de organización eran el resultado de la interacción de las estructuras cerebrales con el medio ambiente y esas estructuras eran innatas o, a lo sumo, resultado de la maduración. Los teóricos de la Gestalt, y en particular Köhler, recurrieron a la estructura de los mecanismos cerebrales a la hora de buscar explicación para los fenómenos perceptivos pero trataron también de introducir nuevas ideas en la neurofisiología de su tiempo. Ellos consideraban que el cerebro era un ejemplo de Gestalt física, es decir un sistema físico que funcionaba como una totalidad dinámica que tendía hacia un estado de equilibrio de energía mínima. Pensaban que los mecanismos causales subyacentes a los procesos perceptivos eran campos electromagnéticos generados por la actividad de las neuronas. La semejanza entre la dinámica de los campos electromagnéticos cerebrales y la de los campos perceptivos, les llevó a formular su doctrina del isomorfismo psicofísico. Esta doctrina venía a afirmar que tanto en el caso de la percepción del espacio como en la del tiempo o en la de la forma, la organización del capo perceptivo era una verdadera representación de la organización dinámica de los procesos fisiológicos subyacentes.

Los gestaltistas eran perfectamente conscientes de que en la percepción se producían fenómenos como las constancias o las ilusiones. La explicación que ellos propugnaron, no se basaba en la experiencia, como habían hecho Helmholtz y los empiristas, sino en las propiedades dinámicas del cerebro como una Gestalt física.

En oposición al principio de verosimilitud ellos formularon el principio de Prägnanz, que también se suele denominar el principio mínimo. Este principio establece que, en situaciones en las que son posibles más de una interpretación de la escena visual, el sistema perceptivo impondrá la interpretación más simple. El principio mínimo es un principio coherente con una forma de pensar que considera el funcionamiento de la mente isomórfico con el funcionamiento del cerebro y a éste como un sistema dinámico que tiende a un estado de energía mínima.

El conductismo

Para el conductismo los datos fundamentales se encontraban en el comportamiento y se centró en el estudio de los factores que modifican la conducta de los organismos.

Cuando los conductistas se interesaron por los procesos que determinan esa modificación, realizaron sus principales aportaciones en el campo del aprendizaje y de la motivación.

Es curioso que una psicología como la conductista, que anclaba la objetividad del estudio científico del comportamiento en las relaciones entre estímulos y respuestas, aportara tan poco al estudio de la estimulación y al estudio de los procesos motores.

Su interés se focalizó casi exclusivamente en la relación entre estímulos muy simples, en los que se manipulaba una única dimensión, y respuestas cuyo aspecto más interesante era el carácter mensurable de su resultado y la forma en que podía ser moldeada para lograr ese resultado.

Con el estudio del comportamiento, el conductismo abrió a la psicología de su tiempo todo un campo de investigación que estaba sin explorar, introdujo rigor en la experimentación y precisión en las medidas y en el lenguaje. El estudio de la conducta ha sido desde entonces crucial para el desarrollo de la psicología.

En el caso de la investigación en percepción, el conductismo la redujo al estudio de la conducta discriminativa y de esta conducta lo que más le interesó fue su adquisición y el análisis de las variables que determinaban el control de la conducta por parte de los estímulos. Cometieron el error de pensar que los estímulos manipulados por el investigador, que podemos llamar estímulos nominales, eran lo mismo que los estímulos funcionales, que son los que realmente influyen en el organismo, con lo cual pasaron por alto el problema central que se plantea el estudio de la percepción, que es la relación entre ambos tipos de estímulos.

Teoría de la percepción directa

También conocida como teoría ecológica de la percepción y fue desarrollada a lo largo de muchos años por Gibson. Este investigador estuvo muy influenciado por la teoría de la Gestalt, pero también comparte posiciones propias del conductismo. De la teoría de la Gestalt, Gibson adoptó su oposición a toda postura atomista que, como hiciera la teoría clásica, tratase de buscar elementos simples en la percepción. Al contrario que los gestaltistas, Gibson no creía que el fundamento de la teoría perceptiva estuviera en la estructura del organismo, sino en el estudio del medio ambiente en el que el organismo está inmerso. Se trata de analizar a fondo la estimulación para localizar la información relevante de la postura de Gibson.

Percepción ecológica

En el espíritu de la Gestalt, Gibson piensa que el análisis perceptivo debe centrarse en la conformación óptica ambiental. Con este término quiere indicar el patrón global de la estimulación, como son las sensaciones. Éstas se definen en términos de luminancia, mientras que la conformación óptica se mide en términos de los márgenes existentes entre áreas de diferente luminancia. Las luminancias cambian con cambios en la iluminación, mientras que la conformación óptica permanece invariante ante esos cambios. La conformación óptica es un concepto relacional, mientras que las luminancias son las cantidades de luz medidas por un fotómetro.

Gibson estaba convencido de que el patrón de estimulación que llega a los sentidos, como pensaba Helmholtz y los clásicos, contiene toda la información necesaria para determinar de forma inequívoca qué ha de percibirse en una situación determinada. La supuesta pobreza del estímulo es, según Gibson, el resultado de estudiar la percepción en condiciones restrictivas en las que se priva al organismo de información que está disponible en condiciones normales y habituales de la vida cotidiana. La percepción cotidiana es una percepción dinámica que cambia a medida que el observador se mueve con respecto a la escena total, y ese tipo de percepción es el que, según Gibson, debemos estudiar.

Gibson trató de ofrecer una óptica ecológica como alternativa a la óptica geométrica utilizada por la teoría clásica. La óptica geométrica construye sus representaciones sobre el concepto de rayo de luz. Dado que la trayectoria de un rayo corresponde aproximadamente a la de un fotón, la óptica geométrica puede utilizar líneas rectas para representar esas trayectorias y emplear técnicas geométricas para poder predecir con aceptable aproximación la posición de las imágenes formadas por los sistemas ópticos. Para Gibson, la utilización de la óptica geométrica como base para la descripción de los estímulos es un error porque está fundamentada en abstracciones que no pueden captar la riqueza de la conformación óptica ambiental. La óptica geométrica es una ciencia de la luz, no una ciencia de la visión. Una óptica adecuada a una teoría de la percepción visual necesita hacer referencia a la forma particular en que se configura para el organismo el ambiente con el que interactúa.

Para ello se necesita una óptica ecológica.

La óptica ecológica propuesta por Gibson está organizada en torno a conceptos fundamentales: información y propiedad funcional.

En su libro Los sentidos considerados como sistemas perceptivos, Gibson introdujo el concepto de información en contraposición al concepto de energía. La energía es la estimulación apropiada para las células receptoras; los receptores responden a una energía particular. Sin embargo los órganos sensoriales son sistemas perceptivos que responden a estímulos de un orden superior al de los estímulos de los receptores. Los sistemas perceptivos responden a la información que hace referencia a los objetos mismos. Gibson no formalizó el término sino que lo utilizó para acentuar el carácter objetivo de la percepción en cuento que ésta nos informa acerca de los objetos. La información en Gibson es “información sobre algo” y únicamente significa “especificidad respecto del algo”. Gibson quiere poner de manifiesto que, por ser sistemas perceptivos y no simplemente órganos receptores, los sentidos son capaces de captar características reales de los objetos que no nos son dadas propiamente en la energía que llega a nuestros receptores sino en las relaciones que determinan la estructura de la conformación óptica.

La idea central de Gibson consiste en remachar que la investigación de la percepción debe centrarse en estudiar las propiedades de nuestros sentidos considerados como sistemas perceptivos, es decir, como totalidades dinámicas estructuradas cuya capacidad de captar información y propiedades funcionales sobrepasa con mucho la de sus componentes. Pero considera que este objetivo investigador no se logrará a base de descomponer el sistema y ver lo que tenemos “dentro de la cabeza” sino estudiando el medio ambiente, dentro del cual se encuentran inmersos nuestros sistemas perceptivos.

Percepción directa

Al decir que la percepción es directa, Gibson quiere decir que toda la información necesaria para determinar la percepción se encuentra en el medio ambiente y que no necesitamos recurrir a procesos del organismo para su explicación.

Dos aspectos merecen ser resaltados en las palabras de Gibson que acabamos de transcribir. Por un lado, su oposición a cualquier tipo de mediación basada sobre representaciones; por otro, su concepción de la percepción como un proceso activo.

Gibson prácticamente ignoró, como carente de valor para la teoría de la percepción, todo un conjunto de datos fisiológicos que, en nuestra opinión, no se pueden ignorar.

Con respecto a las investigaciones neurofisiológicas Gibson mantuvo en percepción una postura similar a la mantenida por los primeros conductistas respecto al aprendizaje: no proporcionan datos relevantes para una teoría de la percepción.

En cuanto a la concepción de la percepción como un proceso activo, hay que caer en la cuenta de la significación que el término activo tiene en Gibson. Lo utiliza para poner de manifiesto la importancia que la locomoción del observador tiene para cambiar el patrón estimular y para especificar la información presente, por ejemplo, en el flujo óptico. También lo utiliza para reconocer la importancia que la motivación puede tener para captar una determinada propiedad funcional en el estímulo. Para

Gibson toda la información está en la estimulación, el observador no aporta información alguna sino que se limita a captar aquella información con la que se encuentra en sintonía. Gibson, al igual que Reid, es un realista.

Otras influencias

Estímulo y conducta se encuentran inmersos en un círculo de interacción que determina su definición mutua. Este transaccionalismo, como se llamó entonces, tuvo su origen en los escritos del filósofo Dewey y dio origen a interesantes trabajos de investigación entre los que destacan las influencias demostraciones del investigador Adelbert Ames.

También muy influyentes fue el funcionalismo probabilista formulado por Egon Brunswich quien, al igual que Gibson, acentuó la importancia de estudiar situaciones ecológicamente válidas, en las que la estimulación no estuviera empobrecida sino que fuera representativa tanto de las situaciones en las que el organismo vive, como de las situaciones a las que el investigador quiere generalizar sus conclusiones.

Brunswick también estuvo muy interesado en reformular la teoría perceptiva de Helmholtz dejando de lado sus sensaciones elementales y sus mecanismos sensoriales. Pensaba que el aprendizaje perceptivo es el proceso que lleva al organismo a confiar en aquellos indicios o claves estimulares que están altamente correlacionadas con alguna propiedad física de los objetos o de los acontecimientos.

A pesar de que el concepto de sensación fue progresivamente abandonado, el estudio, de las respuestas a cambios en aspectos simples de la estimulación, continuó siendo tarea de la psicofísica. Una aportación importante a su desarrollo, fue la aparición de los métodos directos ideados por Stevens con el fin de conseguir escalas de razón en la medición de esas respuestas sensoriales. Stevens formuló su ley potencial psicofísica y dio origen a lo que hoy se conoce como nueva psicofísica para distinguirla de la psicofísica fechneriana.

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