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En psicopatología, cuando se utiliza la investigación experimental en su sentido estricto, los sujetos a emplear (humanos o animales) son normales. Por tanto, cualquier respuesta que sea evaluada o cualquier VI que sea manipulada se entiende que posee un significado por “analogía” con las respuestas y variables que ocurren de forma natural en los sujetos que exhiben trastornos psicopatológicos. Por esta razón la metodología experimental se vale de "análogos experimentales" para investigar la conducta anormal.

Un análogo experimental consiste en crear en el laboratorio un fenómeno o situación experimental equivalente (análoga) a un fenómeno natural de interés. Según Maher, los análogos experimentales pueden construirse o conceptualizarse a nivel de sujeto, de VI y de VD o combinando dichos niveles. Se trata de análogos a nivel de sujeto cuando se utilizan sujetos distintos a los que se van a generalizar los resultados (sujetos diagnosticados), es decir, se utilizan sujetos normales. Son análogos a nivel de VI cuando el experimentador emplea estímulos que habitualmente no se dan en condiciones naturales (utilizar descargas eléctricas). Y son análogos a nivel de VD cuando se analizan respuestas análogas a las que ocurren en algún trastorno psicopatológico.

La investigación psicopatológica a través de análogos experimentales es apropiada para los siguientes objetivos:

  • Desarrollar modelos sobre conductas psicopatológicas relevantes.

  • Dilucidar aspectos psicopatológicos mediante análisis de la conducta que se supone análoga a la conducta psicopatológica natural.

  • Efectuar control sobre variables relevantes que proporciona la base para fundamentar la comprobación primaria de la teoría.

  • Probar hipótesis derivadas de teorías sobre procesos relevantes.

  • Asignar un valor de exactitud a la teoría general.

El análogo experimental posee un valor notable en la psicología patológica pues permite un control y manipulación de variables relevantes y una asignación al azar de los sujetos. Sin embargo, la investigación con análogos clínicos ha sido criticada en ocasiones, argumentándose que su validez externa es limitada, aunque suele solucionarse si el análogo experimental ha sido bien construido y si las generalizaciones se establecen con la debida cautela.

El experimento realizado por Chorot y Sandín, basado en la teoría de la incubación de Eysenck es un ej de análogo experimental. El propósito de este experimento se focalizó en investigar las predicciones de la teoría de la incubación usando la respuesta de actividad electrodermal como VD (respuestas de miedo condicionadas).

Dado que una de las características de la metodología experimental radica en asignar los sujetos a los grupos experimentales, los tipos de diseños que se utilizan en éste nivel son básicamente diseños de grupo. Aunque existe una abundante diversidad de diseños experimentales de grupo, lo más común ha sido separarlos en base al número de variables (unifactoriales vs factoriales).

Los unifactoriales son:

  • Diseño pretest-postest con grupo de control.

  • Sólo postest.

  • Diseño Solomon (4 grupos).

  • Diseño de atención con grupo de control.

  • Diseño placebo con grupo de control.

Respecto a los diseños factoriales, permiten estudiar varios factores conjuntamente así como su interacción. Pueden ser de medidas independientes o de medidas repetidas. A veces mixtos. Uno de los problemas que presenta la experimentación en el ámbito psicopatológico y clínico, se refiere al control de las expectativas del experimentador. Para eliminar esta influencia se utiliza la valoración "a ciegas" de los resultados: los sujetos no saben si su condición es la experimental o la placebo y el clínico tampoco. Este tipo de diseño se llama de doble ciego.

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