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Existen varias teorías explicativas de las conductas adictivas, que se pueden agrupar en seis generales: medico/biológicas, psicodinámicas, de aprendizaje, de personalidad, sociales y comprehensivas. De entre las psicológicas, la que más se ha desarrollado en el campo del alcoholismo, y la que se utiliza para explicarlo, o de la que se parte para elaborar teorías más complejas, es la teoría del aprendizaje social, basada en los estudios de Bandura, que permite integrar tanto los factores individuales como los sociales.

Hasta la década de los años 80 del siglo XX, la explicación de las conductas adictivas se fundamentaba de modo importante en el modelo moral y en el modelo biológico. Para éste la persona dependía de una sustancia química, siendo tal dependencia causada por su dependencia física de la sustancia debido a factores de predisposición bilógicos o genéticos. En contraposición al modelo moral y al modelo biológico ha surgido el modelo conductual o modelo basado inicialmente en la teoría del aprendizaje, el cual considera a las conductas adictivas como un patrón de hábito que se ha adquirido.

El modelo conductual se apoya de modo importante en la psicología del aprendizaje y en los componentes cognitivos de la conducta. En la actualidad la teoría que mejor explica, que más atención ha recibido y más trabajos a partir de la misma se han realizado en el campo del alcoholismo, es la teoría del aprendizaje social.

Asume que toda conducta de beber, desde la abstinencia, el beber social normal y el abuso del alcohol, se basa en principios similares de aprendizaje cognición y reforzamiento. Rechaza la existencia en la persona de factores fijos, como pueden ser una personalidad predisponente o factores intrapsíquicos. La conducta de beber se adquiere y mantiene por modelado, refuerzo social, efectos anticipatorios del alcohol, experiencia directa de los efectos del alcohol como refuerzos o castigos y dependencia física. Algunos determinantes situacionales importantes son los eventos vitales estresantes, trabajo, familiares, redes sociales y apoyo social que tiene el individuo. Considera que estos factores varían a lo largo del tiempo e igualmente varía su influencia de uno a otro individuo.

La teoría cognitiva-social, nombre que recibe en su versión más reciente la teoría del aprendizaje social, por el mayor peso que da a los elementos cognitivos, parte de que:

  1. La conducta adictiva está mediada por las cogniciones, compuestas de expectativas que son creencias sobre los efectos de la conducta de consumo
  2. Estas cogniciones están acumuladas a través de la interacción social en el curso del desarrollo, por una parte, y a través de las experiencias con los efectos farmacológicos directos e interpersonales indirectos de la conducta de consumo, por el otro
  3. Los determinantes principales del consumo son los significados funcionales unidos a la conducta de consumo en combinación con la eficacia esperada de conductas alternativas
  4. Los hábitos de consumo se desarrollan, en el sentido de que cada episodio de consumo puede exacerbar posteriormente la formación del habito, por el incremento del estrés y por limitar las opciones de conducta alternativas
  5. La recuperación depende del desarrollo de habilidades de afrontamiento alternativas.

El consumo de alcohol estaría determinado por:

  • Indicios ambientales antecedentes que pueden, a través del condicionamiento clásico, elicitar la urgencia a beber
  • Las consecuencias conductuales de beber, que pueden actuar como reforzamiento positivo, reforzamiento negativo o estimulo aversivo
  • Aprendizaje vicario, en el que la persona sirve de modelo de la conducta de beber de otros
  • Variables personales, tales como habilidades sociales o competencia en el afrontamiento de conflictos interpersonales
  • Procesos autorregulatorios
  • Factores cognitivos, tales como las expectativas aprendidas.

Pero los efectos del consumo de alcohol varían en las personas, y son una función compleja de diversas influencias psicosociales, como son:

  • La historia de aprendizaje social de la persona
  • Sus cogniciones, tales como sus expectativas o creencias sobre los efectos del alcohol
  • La situación física y social en la que el beber ocurre.

Abram y Niaura, consideran que esta teoría se asienta en nueve principios básicos:

  1. El aprendizaje de beber alcohol es una pauta integral en el desarrollo psicológico y en la socialización dentro de una cultura
  2. Distintos factores de predisposición pueden interactuar con la influencia de los agentes de socialización y con las situaciones cara a determinar los patrones iniciales de consumo de alcohol
  3. Las experiencias directas con el alcohol se ven incrementadas en importancia conforme el desarrollo y experimentación con el alcohol continúa
  4. Cuando un factor o varios factores de diferencia individual predisponente interactúan en una demanda situacional en la que el individuo siente que no puede hacer frente a la misma de modo efectivo, la percepción que la persona tiene de su eficacia es de una baja eficacia y aquí puede ocurrir que se dé un episodio de uso abusivo de alcohol, en vez de un uso normal de alcohol
  5. Si el consumo de alcohol continua, la tolerancia adquirida a las propiedades directas de reforzamiento, actuará produciendo un incremento en la cantidad de alcohol ingerida para obtener los mismos efectos que producía al comienzo del abuso del alcohol una dosis menor
  6. Si el nivel de consumo de alcohol aumenta y el consumo está sostenido a través del tiempo, el riesgo de desarrollar dependencia física y/o psicológica se incrementa. Aquí el consumo de alcohol puede estar reforzado negativamente por la evitación de los síntomas de abstinencia asociados con periodos agudos de abstinencia del alcohol. También indicios ambientales, especialmente la vista y el olor del alcohol, pueden producir demandas ambientales, al convertirse en estímulos que se experimentan cognitivamente por parte del individuo como un fuerte deseo o urgencia a beber
  7. El abuso del alcohol no resulta, sin embargo, sólo de variables biológicas, del ambiente próximo y de variables psicológicas. También ocurre que cada episodio de abuso del alcohol tiene consecuencias recíprocas tanto individuales como sociales que pueden incrementar el consumo de alcohol si se incrementa el estrés o a través de las distintas interacciones persona-ambiente
  8. La influencia de varios factores sociales, situacionales o intraindividuales del consumo de alcohol variará tanto entre individuos como dentro de cada individuo a lo largo del tiempo
  9. La recuperación dependerá de la habilidad de cada individuo para buscar modos alternativos de afrontamiento. Para ello precisará tanto de habilidades de afrontamiento generales para la vida diaria como habilidades de autocontrol especificas ante las situaciones de bebida

En el inicio del consumo del alcohol hay tres influencias directas importantes:

  1. La familia y los iguales
  2. Los modelos
  3. El desarrollo de experiencias relacionadas directamente con el alcohol.

Los anteriores factores, reforzados interna y externamente, y mediados por expectativas, tienen gran importancia en la adquisición y luego en el posterior mantenimiento de la conducta de beber. Conforme la persona va teniendo más experiencias con el alcohol puede hacer frente a las situaciones y afrontarlas sin alcohol, con estrategias de afrontamiento adecuadas y satisfactorias, o bien beber alcohol u otras sustancias. Conforme vaya utilizando el alcohol como una estrategia de afrontamiento, más difícil le va a resultar buscar estrategias de afrontamiento alternativas en donde no esté presente el alcohol.

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