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Dos niños y su madre en una pradera

Ser positivo no es una cuestión de actitud. ¡Es ciencia!

La Psicología Positiva está desentrañando los secretos de la felicidad para ayudar a las personas a construirse una vida plena. El psicólogo chileno Claudio Ibáñez, uno de los pioneros de esta disciplina en América Latina, nos explica sus principios.

“Al estar en plena oscuridad, enfrentándome a mis propios miedos, los sentidos se agudizan. El hambre, los sonidos, los olores y sabores son más profundos. El amor a la vida, la pasión y la entrega a la fe me sacaron adelante”. Así habla quien sobrevivió 69 días atrapado a 700 metros bajo tierra. Una cucharada de conserva de atún alimentaba su cuerpo y el de sus 32 compañeros a diario, mientras la esperanza mantenía sus espíritus a flote. Ese trance ahora es solo un recuerdo: Mario Sepúlveda y los otros mineros chilenos celebraron el pasado 13 de octubre el segundo aniversario de su rescate de la mina San José.

La historia de estos trabajadores sorprendió al mundo entero. Ellos mismos forjaron su salvación en medio de miles de “certezas” que había en el exterior. Varios expertos, a través de los medios de comunicación, les daban a los mineros solo 2% de probabilidades de sobrevivir al derrumbe. Si salían ilesos, morirían de asfixia o inanición y las peleas y el canibalismo no se descartaban.

“Vi lo que decían los medios y sentí la obligación llamarlos. Lo estaban haciendo todo mal. Entonces me invitaron a una entrevista y empecé a difundir mi mensaje: cuando más se necesita una visión positiva del futuro es cuando todo está en contra”, cuenta el psicólogo Claudio Ibáñez, director del Instituto Chileno de Psicología Positiva.

Muchos consideran que el caso de los mineros fue un milagro. Sin embargo, Ibáñez y un grupo de investigadores en todo el mundo ven este evento como una muestra de la verdadera naturaleza humana: seres que poseen un arsenal de emociones positivas y fortalezas que les permiten superar cualquier cosa.

Este tipo de argumentos –que a algunos les pueden parecer comeflor– tienen un soporte científico en la Psicología Positiva, una disciplina que ha puesto el foco sobre las virtudes y potencial de los seres humanos. “La psicología tradicional se ha concentrado en aquello que funciona mal en las personas, olvidándose de algo muy importante: lo que funciona bien. Construir sobre lo que está bien es más efectivo que solo ayudar a la gente a salir de sus trastornos”, asegura Ibáñez.

Tu amortiguador

Ibáñez explica que la Psicología Positiva no promueve una visión “rosa” del mundo. “Nuestra solución no es decirles a los pacientes ‘todo está bien’. Sabemos que las adversidades forman parte de la vida, así que lo que tratamos de hacer es ayudar a las personas a afrontarlas de manera constructiva. Promovemos la confianza, la esperanza, el optimismo, la fe”.

Pensamiento lógico: bella la idea, pero ¿cómo llevas eso a la práctica?

Para los psicólogos positivos los seres humanos están especialmente diseñados para sacar lo mejor de sí en los peores escenarios. “Los mineros no recibieron ningún curso de Psicología Positiva antes de quedar atrapados e igual se organizaron para sobrevivir. Si no hubieran tenido esperanza no hubieran racionado sus comidas”.

Siendo así, la psicoterapia positiva se centra en el reforzamiento de tus propias capacidades. “Hay que enfatizar que esto aplica también para las personas que se consideran sanas: nadie está exento de problemas ni sabe lo que le pasará en el futuro, de modo que el entrenamiento de las emociones positivas nunca está de más”, comenta César Yacsirk, miembro de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva. La idea es, entonces, usar tus cualidades y destrezas como amortiguadores de impactos.

¿El huevo o la gallina?

Piensa en tu vida como si fuera una película. Tienes un set, unos actores y tú eres el director. Por lo tanto, debes decidir dónde colocas la cámara y qué filmarás. Claudio Ibáñez utiliza mucho esta metáfora con sus pacientes. “Deben estar conscientes de que la diferencia no está en las escenas sino en cómo se filman. a veces decides grabar los peores ángulos y terminas viendo películas de terror”.

Registrar las escenas de tu vida desde el mejor ángulo para disfrutarla al máximo tiene más ventajas de las que crees, pues ser feliz aumenta las posibilidades de éxito. “La clave para lograr algo está en incrementar las emociones positivas porque nos hacen más creativos, productivos y persistentes”, dice Ibáñez. Yacsirk complementa indicando que estas emociones “amplían nuestra perspectiva, lo cual hace posible que se nos ocurran más fácilmente varias soluciones a los problemas que se presentan”.

Sí, todo esto parece trivial, pero la Psicología Positiva es una disciplina que basa sus argumentos en investigaciones científicas. Así que se ha resuelto el dilema acerca de qué viene primero entre la felicidad y el éxito. Siéntete afortunada, Ibañez deja muy claro lo qué debes hacer: “si quieres que te vaya bien en cualquier ámbito, ocúpate primero de ser feliz”.

Nuestro 40%

¿De qué depende tu felicidad? Es posible que pienses en tu salud, tu familia, el bienestar económico, entre otras cosas. Si todas esas variables están en una situación óptima, seguramente dirías que eres muy feliz. Sin embargo, estos factores influyen solo en un 10% en los niveles de felicidad de cualquier persona. “Este es uno de los grandes descubrimientos de la Psicología Positiva”, afirma Claudio Ibáñez.

Sorprendente, ¿no? Pues más impresionante es saber que 50% de la felicidad viene dada por factores genéticos. “Esto se ha demostrado con el estudio de gemelos separados al nacer: a pesar de que crecen en circunstancias distintas, sus patrones de felicidad son similares y se corresponden más con los de sus padres biológicos que con los de los adoptivos”, explica Ibáñez.

El 40% restante está en las manos de cada persona. “Hay gente que le deja todo a las circunstancias: si el día vino bien, entonces están contentos, pero si el día les vino mal, entonces están tristes. Esto no tiene sentido”, dice Yacsirk. El control de ese 40% reposa sobre lo que Ibáñez llama “actividades intencionadas”. Estas “son cosas que uno puede decidir hacer. Tú puedes hacer o no ejercicio, nutrir la relación con tus seres queridos o no, pensar bien o mal de alguien o estar satisfecho con tu físico”. No hay excusas: ponte a trabajar en tu 40%.

Ejercita la gratitud

“Las cosas buenas que tenemos las damos por garantizadas. Pero justo cuando las perdemos es que nos damos cuenta de que las teníamos. Los ejercicios de gratitud sirven para recordar las cosas buenas que hay en nuestras vidas y celebrarlas. Pregúntate todos los días: ‘¿qué cosas buenas tengo o me han pasado hoy?’ y haz una lista con todo lo que se te ocurra. Las primeras veces cuesta, pero luego adquieres la habilidad de identificar lo positivo que hay en tu vida y en consecuencia te sientes mucho más feliz”, afirma Claudio Ibáñez.

Fuentes: Claudio Ibáñez, director ejecutivo del Instituto Chileno de Psicología Positiva, Enhancing People S.A. Y César Yacsirk, miembro de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva.

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