Se estima que entre un 90-95% de la población ha consumido en alguna ocasión alcohol, los porcentajes van descendiendo en cuanto al tabaco y mucho mas de cara a drogas ilegales. Sin embargo y pese a la gran exposición, no todas las personas llegan a ser adictas. Por ello se piensa que debe existir una especie de vulnerabilidad individual a la drogadicción, sin embargo, aun no se sabe el por qué algunas personas se hacen adictas y otras no.
Entre los factores de tipo biológico podemos citar a los factores genéticos, como aquellos que predisponen a una mayor sensibilidad del sistema neuroendocrino a los efectos reforzantes de las drogas. Otros factores de riesgo son el grupo, el entorno familiar, escolar, laboral y el estado mental. Con respecto de estado mental se sabe que muchos adictos inician el consumo ya que piensan que la droga elegida reporta mejoras psicológicas, de hecho por el tipo de droga elegida para este primer consumo, se puede establecer un estadio de animo determinado, así ansiedad, estrés crónico y avatares de la vida negativos pueden inclinar hacia los barbitúricos o el alcohol, las depresiones o el bajo disfrute de la vida hacia los estimulantes como la cocaína.
Las drogas alteran y modifican la comunicación entre las células nerviosas por su incidencia sobre los NT y NM (neuromoduladores), muchas enfermedades mentales también tienen estos efectos en las mismas estructuras que se ven afectadas por las drogas, de ahí que exista relación entre el estado mental del sujeto en el momento de la elección de la droga y la droga elegida. En este sentido los pacientes deprimidos son los más susceptibles de consumir cocaína para aliviarse los síntomas del estado de animo. Ademas algunos de los efectos de la cocaína sobre el SNC son similares a los antidepresivos clásicos, entre los síntomas del SA de la cocaína esta el estado de animo deprimido. De hecho en los tratamientos de la adicción a la coca se usan antidepresivos.
Con frecuencia, los adictos tienen otra serie de problemas, ademas de la propia adición, problemas de índole psiquiátrica, medica, económicos, familiares, penales. etc., que resultan mas abrumadores, si cabe, para el sujeto que la propia adición. Así el tratamiento de estos pacientes es divicil si no se tienen en cuenta todos estos problemas y, normalmente acaba en fracaso.
La aceptación de la existencia de una vulnerabilidad individual a la drogadicción a llevado a considerar que esta enfermedad tiene un desarrollo similar al de otras de tipo puramente biológico, como por ejemplo las infecciosas, donde se distinguen agente (droga), huésped ( sujeto) y, variables ambientales (experiencias personales, situación socioeconómica, etc.), en este sentido la sociedad debe tener claro que se deben atender a los tres componentes de la enfermedad.