La solución de problemas hace referencia a una de las manifestaciones del pensamiento más extendidas y con un rango muy amplio de aplicaciones. Impregna todo aquello que se encuentra relacionado con nuestra actividad cotidiana. Esta capacidad nuestra forma parte de nuestro repertorio de procesos cognitivos básicos en distintos dominios de conocimiento, estando implicados procesos básicos, como, percepción, memoria, categorización, razonamiento, lenguaje, aprendizaje,... asociada la misma a la inteligencia y la creatividad de uno. La solución de problemas comprende cualquier situación en la que se tiene una meta y se desconoce cómo poder alcanzarla. Las personas intentaremos con mayor o menor éxito el objetivo.
Para abordar el estudio de este proceso de solución hace falta partir del análisis de al menos 4 componentes:
- estado inicial de conocimientos,
- estado meta que se quiere conseguir,
- los procedimientos, acciones u operaciones que se pueden utilizar para ello, y
- las limitaciones directas e indirectas impuestas por el contexto.
Cuando nos enfrentamos a un problema partimos de un estado inicial, tenemos un estado meta al que queremos llegar y unas imposiciones que se deben respetar para alcanzar la meta. Por ejemplo, tenemos un problema si se presentan inesperadamente unos familiares, la despensa está vacía y no tenemos presupuesto como para salir al restaurante. El estado inicial será no tener cena, prepararla sería el estado meta y la imposición es hacerlo con lo que encontremos en la despensa. Por solución se entiende el procedimiento que se ha empleado para alcanzar la meta, pero sería más adecuado utilizar el término solución para denotar el producto final del proceso (estado meta) y el término resolución para hacer referencia al procedimiento.