Neisser propuso la existencia de tres sistemas perceptivos diferentes:
- Un sistema especialmente dedicado al control de la acción del organismo en el medio ambiente. Presenta unas características similares a las que Gibson propuso para el sistema perceptivo visual en general.
- Un segundo sistema especializado en la discriminación e identificación de objetos y situaciones familiares. Tiene unas características similares a las que los constructivistas han propuesto como propias de la percepción visual.
- Y un tercer sistema encargado de la percepción interpersonal, de las situaciones de interacción social con otros seres humanos.
Joel Norman ha propuesto recientemente que las vías visuales dorsal y ventral, corresponden a dos sistemas visuales con características similares a los postulados por Neisser, de forma que la vía dorsal formaría un sistema especializado en el control visual de la conducta motora, mientras que la vía ventral sería un sistema preferentemente dedicado al reconocimiento e identificación de los objetos. Norman ha elaborado también de forma articulada el paralelismo entre la aproximación ecológica y el funcionamiento del sistema visual dorsal, por una parte y por otra parte, el de la aproximación constructivista y el funcionamiento del sistema visual ventral.
Los sistemas visuales dorsal y ventral
Ungerleider y Mishkin presentaron evidencia empírica a favor de la existencia de dos vías funcionalmente diferenciadas en la corteza visual del mono. La vía ventral que proyectaba desde la corteza occipital hasta la corteza temporal inferior, y la vía dorsal que proyectaba también desde la corteza occipital hasta la corteza parietal posterior.
La lesión de la corteza temporal inferior izquierda del mono, le incapacitaba para discriminar entre objetos sobre la base de la forma.
La lesión de la corteza parietal posterior izquierda impedía que los animales discriminaran sobre la base de la posición.
La vía ventral era una vía dedicada a la discriminación e identificación de objetos, mientras que la vía dorsal estaba especializada en la localización de los mismos.
Ha sido frecuente llamar a las dos vías visuales la vía del “que” y la vía del “donde” para referirse a la vía ventral y a la dorsal respectivamente.
Desde la propuesta inicial de Ungerleider y Mishkin, la investigación ha obligado a reinterpretar la función de las dos vías. Para Milner y Goodale, tanto la vía ventral como la vía dorsal procesan información sobre las características de los objetos y sobre sus relaciones espaciales. Lo que diferencia a las dos vías es el uso que hacen de esa información. La vía ventral se especializa en el procesamiento de las características permanentes de los objetos y de sus relaciones, permitiendo así la formación de representaciones perceptivas a largo plazo.
La finalidad primaria del procesamiento que tiene lugar por estas vías es la acumulación de conocimiento acerca de los objetos que nos rodean.
El procesamiento que tiene lugar en la vía dorsal tiene que ver preferentemente con la información cambiante momento a momento acerca de la localización y de la disposición de los objetos con respecto a los efectores que el sujeto utiliza. Su función básica tiene que ver con el control visual on-line de las habilidades motoras.
Experimentos con ratas y monos han mostrado una clara disociación entre los dos sistemas.
Las disociaciones neuropsicológicas
Es conveniente distinguir ente dos tipos de disociaciones funcionales posibles. En el caso e la disociación simple, lo que se observa e los pacientes con un daño cerebral concreto es una deficiencia de un tipo de tarea determinada cuando su ejecución se compara con u grupo de control.
Además, para establecer la existencia de una disociación simple es necesario utilizar una tarea de control en la que el grupo de pacientes y el de control no difieran.
Los resultados probablemente mostrarán que los grupos no difieren en la tarea perceptiva pero sí en la tarea de coordinación, en la que el grupo de pacientes será inferior al grupo de control.
Las disociaciones simples nos pueden poner en la pista de una determinada asociación entre un área determinada del cerebro y una función psicológica concreta. Sin embargo, la disociación simple no puede establecer de forma clara la existencia de esa asociación.
Tiene problemas de interpretación inevitables. Uno de los más importantes radica en el supuesto de que las dos tareas son igualmente sensibles a las diferencias entre el grupo de pacientes y el grupo de control.
Los problemas interpretativos que presenta la disociación simple quedan prácticamente resueltos si se logra establecer una disociación doble. Es necesario encontrar un paciente o grupo de pacientes que presente un patrón de disociación opuesto al encontrado en el primer grupo de pacientes.
En un caso de disociación doble, la comparación de los dos grupos de pacientes añade evidencia a favor de la especificidad de la disfunción ya que en la tarea en la que el primer grupo fracasa, el otro no difiere de los controles y, al revés, donde fracasa el segundo grupo, el primero no presenta deficiencia alguna.
Percepción sin coordinación visomotora
Los pacientes con daño cerebral en la corteza parietal posterior pueden presentar problemas para dirigir visualmente acciones tales como coger un objeto o dirigir un movimiento hacia una posición determinada del espacio. Los pacientes con ataxia óptica no suelen presentar problemas para describir la posición relativa de los objetos en el espacio. Por eso, no parece que la deficiencia tenga que ver con la percepción del espacio en sí misma sin o con la interacción vasomotora.
Algunos de estos pacientes son también incapaces de girar sus manos para alcanzar un objeto o de acercar con la apertura adecuada de sus dedos cuando tratan de coger un objeto. A pesar de ello, son perfectamente capaces de describir el tamaño de esos objetos o su orientación.
Estos síntomas también muestran que el problema no está exclusivamente ligado al espacio sino que afecta a otras características de los objetos como son su tamaño, forma y orientación.
Los problemas de coordinación, que pueden presentar los pacientes con daño cerebral posterior, también presentan un alto grado de disociación entre sí.
En general, los mecanismos de control motor están altamente especializados.
Coordinación vasomotora sin percepción
DF es una mujer que sufrió un daño cerebral irreversible como consecuencia de un envenenamiento de CO. DF era incapaz de reconocer las caras de sus familiares y amigos, y tampoco podía reconocer la forma de objetos familiares. Al mismo tiempo, no tenía problemas para reconocer a las personas por la voz o los objetos mediante el tacto. Su problema era exclusivamente visual.
El diagnóstico de agnosia perceptiva visual. No es capaz de dibujar un objeto que se le presenta visualmente pero puede hacerlo si se le pide que lo dibuje de memoria. Que no se trata de un problema sensorial, lo demuestra el hecho de que DF puede discriminar colores.
Una característica básica que DF ha perdido es la capacidad para detectar la orientación de los objetos. Ante una prueba de discriminación de enrejados no es capaz de diferenciar su orientación aunque sí es capaz de discriminar su frecuencia espacial.
El problema con la orientación no parece tener su origen en la corteza visual primaria porque todas las pruebas que se le han hecho mediante el uso de potenciales corticales muestran que el procesamiento en esta área permanece intacto.
El daño cerebral que padecía era bastante difuso, característica bastante frecuente en casos de anoxia. Las zonas ventrolaterales de la corteza occipital estaban particularmente afectadas mientras que la corteza visual primaria estaba bien preservada. El problema fundamental del DF es de naturaleza perceptiva y está preferentemente relacionado con la percepción de la forma. A pesar de que es capaz de procesar la luminancia y el color, no es capaz de percibir formas cuyos contornos estén definidos por diferencias en luminancia o en color.
A pesar de su profunda deficiencia en la visión de la forma, es capaz de utilizar la información basada en el tamaño, la forma y la orientación de los objetos para controlar una amplia gama de movimientos guiados visualmente.
Puede alcanzar y agarrar con gran precisión un objeto situado delante de ella, a pesar de que poco antes era incapaz de identificar ese objeto.
DF puede utilizar información para controlar su comportamiento a pesar de que no es capaz de discriminar o identificar esa información cuando se le pide que la describa.
DF, cuyas lesiones se centran en la zona ventrolateral de la corteza occipital, muestra claros problemas perceptivos mientras que su capacidad para utilizar la información visual para controlar sus acciones permanece intacta. En el caso contrario, las personas con ataxia óptica.
No muestran problemas perceptivos cuando tienen que describir los objetos que se les presentan, pero tienen graves problemas para actuar sobre esos objetos guiados por la información que parecen percibir.
La propuesta de Norman
Características de los dos sistemas
Norman ha enumerado una serie de características que permiten contrastar las diferencias de los dos sistemas perceptivos:
- Función. Mientras el sistema ventral analiza la información para reconocer e identificar los estímulos, el sistema dorsal lo hace para guiar visualmente el comportamiento del organismo.
- Sensibilidad. El sistema ventral es más sensible a las frecuencias espaciales altas, mientras que el sistema dorsal lo es a las frecuencias temporales altas. El sistema ventral está más preparado para procesar de los detalles de una escena mientras que el dorsal es más sensible a los aspectos globales que proporcionan las frecuencias espaciales bajas. El sistema dorsal es mejor a la hora de percibir el movimiento.
- Memoria. El sistema ventral puede llevar a cabo el reconocimiento y la identificación de los objetos y de los acontecimientos. El sistema dorsal necesita una memoria de corta duración que permita la integración de la información on- line.
- Velocidad. El sistema dorsal es más rápido. Este hecho es debido a que este sistema recibe preferentemente proyecciones del sistema magnocelular, mientras que el sistema ventral recibe preferentemente proyecciones parvocelulares que son de conducción más lenta.
- Consciencia. El sistema ventral está más directamente relacionado con la toma de consciencia de la información que el sistema dorsal. El sistema dorsal puede funcionar con bastante precisión de forma inconsciente.
- Marco de referencia y métrica. Para reconocer e identificar objetos el sistema ventral necesita un marco de referencia alocéntrico. Este sistema necesita alcanzar una representación del objeto centrada en el objeto mismo. Sin embargo, para interactuar con el objeto necesitamos marcos de referencia centrados en el sujeto. El sistema visual dorsal necesita marcos de referencia egocéntricos. El sistema dorsal necesita tener información sobre la distancia absoluta a la que se encuentran los objetos, mientras que al sistema ventral le es suficiente con tener información relativa de las posiciones de los objetos.
- Input. el sistema ventral está especializado en la visión central controlada por la fóvea, mientras que el sistema dorsal lo está para la visión periférica. Mientras que el sistema dorsal sufre considerablemente cuando se ve obligado a trabajar exclusivamente con claves monoculares, el sistema ventral no se ve tan disminuido por este hecho.
En las personas en las que la visión funciona normalmente, estos dos sistemas actúan de forma integrada e intercambian continuamente la información entre sí.
Relación entre los dos sistemas y las teorías perceptivas
La propuesta de Joel Norman es una teoría completa de la percepción visual que necesita una aproximación dual que incorpore las características diferenciales tanto del sistema ventral como del sistema dorsal.
La propuesta de Norman proporciona un posible marco de unificación de teorías fuertes pero aparentemente irreconciliables.
Las claves de profundidad
Para Norman, tanto el sistema ventral como el dorsal son capaces de procesar la estructura tridimensional del espacio. Sin embargo, mientras que el sistema ventral lo hace preferentemente a través de claves monoculares de naturaleza pictórica, el sistema dorsal lo realiza a través de la captación de invariantes y la utilización de claves binoculares tales como la estereoscopia.
Norman ha propuesto que se reserve el término clave para clasificar a los indicadores utilizados por el sistema ventral y que se utilice el término invariante para clasificar a los utilizados por el sistema dorsal. Las principales diferencias entre las claves e invariantes son:
- Son procesadas por distintos centros cerebrales.
- La extracción de información invariante está incorporada en la configuración física del sistema dorsal, mientras que las claves son de carácter algorítmico.
- Los invariantes son extraídos directamente, las claves sirven de base a procesos de inferencia más o menos consciente.
- Los invariantes son probablemente innatos mientras que las claves son probablemente aprendidas.
Norman aduce a numerosas observaciones como el caso DF. Al parecer, para el control de las acciones que estos pacientes llevan a cabo sin problema alguno, es crucial la utilización de invariantes binoculares, tales como la estereoscopia, y de invariantes de movimiento. Su propuesta también se apoya en experimentos realizados con personas entre las respuestas que los observadores dan a una misma estimulación, dependiendo del sistema utilizado para responder.
La percepción del tamaño
Los factores que determinan la percepción del tamaño pueden ser diferentes según intervenga en su percepción el sistema ventral o el dorsal.