Críticas formuladas al estudio de la personalidad basado en el concepto de rasgo:
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El entendimiento de la personalidad como la organización del conjunto de rasgos que caracterizan a cada individuo y que se expresaría en la tendencia relativamente estable a comportarse de forma similar en un amplio rango de situaciones, pero esto no concuerda ya que la conducta de las personas no es tan consistente, semejante en las distintas situaciones, como se predice desde el concepto de rasgo (nuestra conducta varía de una situación a otra en función de las demandas específicas que cada situación plantee) y además pese a la variabilidad situacional que muestra nuestro comportamiento, seguimos reconociéndonos como la misma persona y lo mismo sucede a quienes nos observan.
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Las teorías de rasgo han sido cuestionadas por el empleo de unidades globales (rasgos de personalidad) que en sí mismas no son otra cosa que abstracciones elaboradas a partir de promedios de conducta (de la observación de la conducta en un amplio rango de situaciones) que no responden a ningún caso concreto, dando por supuesto que el rasgo significa lo mismo para cada persona y viene definido por el mismo tipo de conductas.
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Se sostiene que el rasgo traduce una tendencia generalizada a comportarse de forma semejante en la mayoría de las situaciones. El rasgo permite hacer predicciones promediadas (aplicables a distintas situaciones) pero no permite predecir el comportamiento de un individuo en una situación específica. Los rasgos posibilitan hacer predicciones de conducta acontextuales.
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El rasgo parece encontrar muchas limitaciones para predecir el comportamiento de individuos concretos en circunstancias igualmente específicas.
A estas cuestiones se intenta dar respuesta desde los planteamientos sociocognitivos:
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una conceptualización diferente de los elementos que integran la personalidad y de las interrelaciones existentes entre los mismos que permiten hablar de la personalidad como un sistema.
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delimitando el papel de la situación en la explicación de la conducta.
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ofreciendo el marco de referencia desde el que explicar y predecir la conducta individual, atendiendo al mismo tiempo a las circunstancias específicas en que en cada momento se desarrolla la conducta.
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se pretende conjugar la evidencia de “coherencia-regularidad-predictibilidad” de la conducta, la “variabilidad y discriminabilidad” de la misma, apelando a la “capacidad discriminativa” como una de las competencias más netamente humanas.
Resumen: el planteamiento sociocognitivo parte de la convicción de que “la discriminabilidad de la conducta y la complejidad de las interacciones entre el individuo y la situación sugieren la conveniencia de focalizarse más específicamente en el modo en que la persona elabora y maneja cada situación particular, en vez de intentar inferir los rasgos que tiene generalmente”.