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Barriga de chica que ha aumentado de peso

La “obesidad abdominal nerviosa” es fruto de una mala alimentación, generada por un estado de ansiedad (síndrome de abstinencia, trastorno de ansiedad…)

Las personas con este tipo de obesidad muchas veces carecen de control sobre sí mismos, dado su estado de ansiedad y nerviosismo, lo cual los lleva a sobrealimentarse y a adquirir malos hábitos alimenticios, como comer entre horas, consumir excesivos azúcares…

El problema puede ir a más por dos factores principales:

  • El achaque tanto propio como ajeno de la obesidad a nuestra elección o nuestra incapacidad de controlarnos, que puede desembocar en bulimia.

  • Generar una dependencia a la comida, como solución a la ansiedad (dado el carácter adictivo de la comida).

El mejor tratamiento para la obesidad abdominal nerviosa es, desde un punto de vista psicológico, recurrir a terapia cognitivo-conductual con un especialista y, desde el punto de vista fisiológico, conviene visitar a un endocrino o un nutricionista con regularidad para que lleve un control de tus avances.

Pero desde Psikipedia queremos daros unos consejos para que no se os haga tan cuesta arriba la situación:

  • Tratad de llevar una planificación diaria de las comidas, tanto el número de comidas como la cantidad.

  • No os saltéis comidas, suele llevar a una sobreingesta en la próxima comida.

  • Evitad los alimentos hipercalóricos (bollería industrial, frituras…).

  • Variad la alimentación, no os cerréis a ensaladas, carnes blancas… Es conveniente comer de todo en su justa medida, y la monotonía alimenticia puede hacer cuesta arriba una dieta.

  • Y lo más importante, no os auto exijáis. La auto exigencia puede llevaros a sentiros fracasados en los momentos de recaída, y esto puede generar más ansiedad y mandar a paseo todos los avances en la situación.

  • Tampoco conviene realizar ejercicio con un sobrepeso severo, ya que podríais dañaros las rodillas, o caer en el error de antes.

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