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En el sistema familiar, a lo largo del desarrollo del adolescente, se producen cambios y reestructuraciones que derivan en una nueva jerarquía de relaciones, aunque la familia seguirá siendo el pilar del desarrollo socio-emocional del adolescente.

Conflictos y cercanía en las relaciones entre padres, madres, hijos e hijas

La familia es un contexto en el que sus miembros sienten una gran cercanía emocional.

Según la bibliografía científica y popular, la adolescencia es un período de conflictos familiares inherentes a la relación padres-hijos, deseables e inevitables. Esta afirmación debe ser matizada.

Existen diferentes variables mediadoras en la relación adolescencia-conflictos familiares:

  • Primera adolescencia: muchos conflictos familiares

  • Adolescencia media: mayor equilibrio, renegociación de roles en el seno familiar. Estudios longitudinales muestran que familias con buena dinámica en la infancia, lo seguirán siendo en la adolescencia.

  • Debemos tener en cuenta la forma de resolver los conflictos: De forma positiva, a través de la comunicación, el afecto y la toma de decisiones conjunta permiten que el adolescente aprenda a resolverlos de forma adecuada, lo que supone un ajuste mayor en la adolescencia tardía.

Las principales discusiones se producen por la forma de vestir, las tareas del hogar, el empleo del dinero. Temas más transcendentales generan menos disputas. Este hecho se explica porque los temas de disputa pertenecen, para los adolescentes, a su ámbito privado.

Los chicos tienen más discusiones en temas académicos, uso del tiempo libre o consumo de tabaco y alcohol.

Las chicas, la hora de llegar a casa.

La relación entre conflictos con los padres y ajustes de los adolescentes funciona en forma de U invertida.

Chicas con conflictos moderados, mejor ajuste psicológico.

Chicas con conflictos fuertes, problemas psicológicos.

Chicos sin conflictos, peor ajuste psicológico que con conflictos (no exploran nuevas posibilidades, no pasan por la crisis de identidad -Teoria de Erikson-)

Las familias que son conflictivas durante la adolescencia ya lo eran previamente.

Los estilos educativos y la autonomía

Estilo educativo democrático: priorizan las necesidades de sus hijos en sus actitudes y comportamientos. Reciprocidad y comunicación bidireccional.

Hijos más ajustados, más maduros socialmente, competentes psicosocialmente, mayor autoestima y más logros académicos.

Estilo educativo autoritario: exigen obediencia a sus hijos, y priorizan las necesidades y agendas paternas la de los chicas.

Hijos con menor preocupación por búsqueda de identidad, adoptan normas morales externas sin internalizarlas, niveles bajos de auto confianza y autoestima y tiene problemas para guiar su comportamiento a partir de sus propias decisiones.

Estilo educativo permisivo: centran toda la atención en el hijo sin demandarle madurez, ni compromiso, ni implicación.

Hijos que confían en si mismos, muestran niveles altos de consumo de sustancias y dificultades académicas.

Las relaciones familiares: a modo de conclusión

El desarrollo madurativo está relacionado con la intensidad emocional en los conflictos entre padres, madres y adolescentes. Los padres interrumpen a sus hijos más, y las madres e hijos se interrumpen entre ellos cuando están en las fases medias de la maduración.

Los chicos que maduran antes (timing puberal) tienen mayores conflictos en casa que los que maduran en tiempo.

La mayor parte de las familias pasan por la adolescencia sin grandes problemas.

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