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Los investigadores emplean cada vez más el termino "niños con discapacidades" en vez de "niños discapacitados" para destacar la persona, no la capacidad.

Dificultades de aprendizaje

Características e identificación: Un alumno con dificultad de aprendizaje es aquel que posee una dificultad para aprender ya que afecta a la comprensión o al uso del lenguaje escrito o hablado, y que se manifiesta al hablar, pensar, leer, escribir o deletrear. También se puede observar en matemáticas.

Para que se clasifique dentro de esta categoría, la dificultad de aprendizaje no debe ser consecuencia de una discapacidad visual, auditiva o motora, retraso mental, trastorno emocional, o a causa de una desventaja ambiental, cultural o económica.

El número de niños clasificados dentro de la categoría de dificultad de aprendizaje es 3 veces superior al de las niñas.

Los niños con dificultad de aprendizaje presentan un rendimiento académico deficiente, mayor fracaso escolar y peor calidad laboral futura y de formación postacadémica.

Los que reciben la enseñanza en una clase ordinaria (sin apoyo intensivo) raramente alcanzan el nivel de rendimiento de quienes incluso tienen un desempeño inferior y no tienen DDA.

De adultos disfrutan de una vida normal y realizan un trabajo productivo.

El diagnóstico de una dificultad de aprendizaje infantil es a menudo difícil. La identificación inicial de una posible discapacidad de aprendizaje la efectúa normalmente el profesor, el cual solicita opinión a los especialistas. Se requieren evaluaciones psicológicas individuales (inteligencia) y evaluaciones educativas (nivel actual de rendimiento). Se realizan pruebas de habilidades visuales y motrices, de lenguaje y memoria.

Las áreas académicas en las que los niños presentan más dificultades de aprendizaje son la lectura (dislexia), la escritura (disgrafia), y las matemáticas (discalculia).

Dislexia: Es una categoría reservada a las personas con una dificultad grave para leer y deletrear. Afecta, aproximadamente, al 80% de la población infantil con dificultades de aprendizaje. Estos niños presentan dificultades fonológicas que afectan a la capacidad de comprender cómo se forman las palabras a partir de sonidos y letras, y también puede haber problemas de comprensión.

Disgrafía: Escriben muy lentamente, los escritos pueden ser prácticamente ilegibles y cometen numerosos errores ortográficos, debido a su incapacidad de vincular los sonidos a las letras.

Discalculia: Denominado también trastorno del desarrollo aritmético, consiste en una dificultad para resolver cálculos matemáticos. Se estima que afecta a entre el 2% y el 6% de los niños de enseñanza primaria. Presentan déficits cognitivos y neuropsicológicos: rendimiento deficiente en la memoria operativa, la percepción visual y las capacidades visoespaciales. Un niño puede manifestar DDA tanto para la lectura como para las matemáticas, y existen déficits cognitivos que se caracterizan por englobar ambas clases de dificultades como puede ser la memoria operativa deficiente.

Causas y estrategias de intervención: Las dificultades de aprendizaje suelen observarse en niños que tienen uno de los progenitores con dificultad de aprendizaje (dislexia o discalculia), pero se desconoce el mecanismo de transmisión genética. Algunas discapacidades de aprendizaje también pueden estar causadas por problemas surgidos en el desarrollo prenatal o el parto.

Los investigadores indican que nos es probable que las discapacidades de aprendizaje residan en una localización cerebral única y específica. Probablemente, el problema puede deberse a la integración de la información procedente de diversas regiones cerebrales o a problemas en estructuras y funciones cerebrales. Se ha comprobado mediante resonancia magnética, que dos vías neurales del hemisferio izquierdo cerebral participan en el circuito neural cerebral responsable de la lectura; los niños con dislexia presentan deficiencias en estas vías: 1) en la zona posterior del cerebro, en la corteza de los lóbulos parietal y temporal, hay un módulo fonológico donde se segmentan las palabras en fonemas, y 2) en la zona posterior del cerebro, donde convergen los lóbulos occipital y temporal que funcionan para leer bien las palabras enteras. Esta vía la usan los lectores hábiles.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

Características: Los niños con TDAH manifiestan de modo sistemático y durante un periodo prolongado falta de atención, hiperactividad y/o impulsividad. Para diagnosticar TDAH estas características se deben dar al inicio de la infancia y que sean incapacitantes para el niño.

Los niños desatentos tienen dificultad para concentrarse en una tarea y se aburren después de tan solo unos minutos. El problema atencional más frecuente es la atención sostenida. Los niños hiperactivos muestran un grado alto de actividad física, parece que casi siempre se están moviendo. Los niños impulsivos tienen dificultades para controlar sus reacciones y no piensan antes de actuar.

Diagnóstico y condición evolutiva: El número de niños diagnosticados con TDAH ha aumentado notablemente. Un estudio comprobó que el 7% de los niños de 3 a 17 años tenía TDAH (Bloom y Dey, 2006). Se observa de 4 a 9 veces más en niños que en niñas.

El TDAH no debe ser diagnosticado por equipos escolares, sino por un especialista, ya que es difícil diferenciarlo de otros trastornos infantiles.

Diagnostico: TDAH con predominio de falta de atención // TDAH con predominio de hiperactividad o impulsivos // TDAH con falta de atención e hiperactividad o impulsivos.

Aunque los signos se manifiestan en la etapa preescolar, habitualmente no reciben un diagnóstico adecuado hasta el comienzo de la enseñanza primaria. Los profesores de enseñanza primaria suelen indicar que estos niños tienen dificultad para trabajar solos, finalizar las tareas en el aula y organizar su trabajo. Observan inquietud y distracción. Los problemas se manifiestan en tareas repetitivas o difíciles.

En la adolescencia, los síntomas disminuyen en solo 1/3 de los adolescentes afectados.

Causas y tratamiento: No se han encontrado los factores que determinan este trastorno. Sin embargo, se han propuesto varios. Algunos niños heredan una tendencia a manifestar un TDAH de sus padres. Otros niños pueden albergar la razón en una lesión cerebral durante el desarrollo prenatal o postnatal (exposición al alcohol, tabaco durante el embarazo y un bajo peso al nacer).

Un estudio reciente ha demostrado que el engrosamiento máximo de la corteza cerebral en los TDAH se produce 3 años más tarde (10,5 años) que los niños sin el trastorno (7,5 años). Este retraso es más manifiesto en las regiones prefrontales que son especialmente importantes en la atención y planificación.

Los fármacos estimulantes, como metilfenidato y la combinación de anfetamina con dextroanfetamina, son eficaces para mejorar la atención pero no llega al grado de los alumnos sin TDAH.

Se ha demostrado que el uso combinado de un fármaco (como metilfenidato) y de técnicas de control del comportamiento mejora la conducta en mayor medida que si se usa solo el tratamiento farmacológico o solo el control del comportamiento.

Los profesores cumplen un papel importante al supervisar si la dosis de la medicación es adecuada.

Retraso mental

Cada vez con más frecuencia, los niños con retraso mental reciben su formación en las aulas ordinarias. La característica más distintiva del retraso mental es un funcionamiento intelectual insuficiente. Antes de que se elaboraran las pruebas formales de evaluación de la inteligencia, las personas con retraso mental se definían por una falta de habilidades propias de la edad, respecto al aprendizaje y al cuidado personal. Después se asignaron números para indicar el grado leve o grave del retraso. Un niño puede presentar solo un retraso leve, y ser capaz de aprender en un aula ordinaria, o grave, siendo incapaz de aprender en dicho contexto.

Por definición, el retraso mental es un estado que se inicia antes de los 18 años y se caracteriza por un cociente de inteligencia (CI) bajo (normalmente por debajo de 70) y dificultad de adaptación a la vida diaria. Para ser diagnosticado de RM deben manifestarse, tanto un CI bajo como dificultad de adaptación, en su infancia, no después de un funcionamiento normal.

Clasificación y tipos de retraso mental: Aproximadamente, el 89% del alumnado con RM manifiesta un grado leve. Al final de la adolescencia, las personas con RM leve pueden mostrar unas competencias académicas equivalentes a sexto de primaria. Al llegar a la edad adulta muchas personas pueden trabajar y vivir independientes, con cierta supervisión.

Los niños con RM grave suelen mostrar otras complicaciones neurológicas de nacimiento, parálisis cerebral, epilépsia, deficiencia auditiva o visual, u otras metabólicas que afectan al SNC.

Determinantes: Los factores genéticos, una lesión cerebral, y los factores ambientales son los determinantes del RM.

Factores genéticos: La forma más frecuente de RM es el síndrome de Down, que se transmite genéticamente. Los niños con este síndrome tienen un cromosoma más. Tienen la cara redonda, el cráneo aplanado, un pliegue de más sobre los parpados, la lengua sobresaliente, las extremidades cortas y retraso en sus capacidades motrices y mentales. Se desconoce la causa del cromosoma de más pero parece que influye la salud del espermatozoide y del óvulo. Las mujeres de 18 a 38 años tienen menos probabilidades de tener hijos con este síndrome que las de menor y mayor edad. Su incidencia es de un caso de cada setecientos nacidos vivos. Pueden manifestar en retraso leve o grave, Con ayuda pueden llevar de adultos una vida independiente.

Lesión cerebral y factores ambientales: Una lesión cerebral puede estar causada por diversas infecciones y riesgos ambientales. Infecciones de la mujer embarazada, como la rubéola, sífilis, herpes y sida. La meningitis y la encefalitis son infecciones de la infancia que provocan inflamación cerebral y pueden producir retraso mental. Los riesgos ambientales que pueden causar retraso mental incluyen golpes en la cabeza, desnutrición, intoxicación, lesión al nacer, consumo de alcohol en el embarazo.

Trastornos físicos

Los trastornos físicos infantiles incluyen problemas ortopédicos, como parálisis cerebral, y trastornos convulsivos.

Los problemas ortopédicos comprenden la limitación del movimiento o su falta de control, debido a problemas musculares, óseos o articulares. Pueden estar causados por problemas pre o perinatales, u obedecer a causas patológicas o a un accidente.

La parálisis cerebral es un trastorno que consiste en la falta de coordinación muscular, temblores o lenguaje poco claro. Su causa más frecuente es la falta de oxigeno al nacer (hipoxia).

El trastorno convulsivo más frecuente es la epilepsia, un trastorno neurológico que se caracteriza por crisis sensoriomotrices recurrentes o movimientos convulsivos. Los niños con epilepsia reciben un tratamiento con uno o más anticonvulsivos, que suelen ser eficaces para reducir el número de convulsiones, pero no siempre se eliminan. Cuando no presentan convulsiones su comportamiento es normal.

Trastornos sensoriales

Los trastornos sensoriales comprenden las deficiencias visuales y auditivas.

Una pequeña parte de los alumnos (1 de cada 1000) presenta problemas visuales graves. Los niños con baja visión pueden leer libros de letra grande o normal con ayuda de una lupa. Los niños ciegos dependen de los sentidos del oído y el tacto. Muchos de ellos tienen una inteligencia normal y su rendimiento académico es muy bueno cuando reciben el apoyo adecuado.

Un aspecto importante cuando se trabaja con un niño ciego es comprobar si aprenden mejor con el tacto o con el oído. A menudo, el simple hecho de sentarlo en primera fila mejora su aprendizaje.

Una deficiencia auditiva puede dificultar notablemente el aprendizaje infantil. Los niños sordos de nacimiento no desarrollan un habla y lenguaje normal.

Muchos niños con deficiencias auditivas reciben una enseñanza complementaria además de las clases ordinarias. Las técnicas educativas que ayudan a estos alumnos se estructuran en dos categorías: orales (uso de la lectura de los labios, del habla) y manuales (lenguaje de signos y deletreo con los dedos).

Trastornos del habla y del lenguaje

Los trastornos del habla y del lenguaje incluyen diversos problemas del habla (articulación, voz y fluidez verbal) y del lenguaje.

Los trastornos de la articulación son problemas para pronunciar sonidos correctamente. La articulación debería ser correcta hacia los 8 años. Un niño con problemas de articulación puede sentir dificultad o vergüenza cuando se relaciona con los compañeros o el profesor (evitar hacer preguntas, participar…).

Estos problemas mejoran o se resuelven con un logopeda.

Los trastornos de la voz se caracterizan por un habla ronca, áspera, de tono demasiado alto o bajo. Los niños con paladar hendido presentan a menudo un trastorno del habla que dificulta su comprensión. Se aconseja derivar al logopeda.

Los trastornos de la fluidez verbal comprenden lo que se suele llamar tartamudez. Se produce cuando el habla es espasmódica, prolongando o repitiendo las letras. La ansiedad que sienten suele agravar el problema. Se recomienda derivar al logopeda.

Los trastornos del lenguaje incluyen un deterioro importante del lenguaje receptivo (comprende la recepción y la comprensión del lenguaje) y del lenguaje expresivo (uso del lenguaje para expresar los pensamientos personales y comunicarse con los demás). Pueden causar problemas del aprendizaje importantes. El tratamiento con el logopeda mejora el problema pero no se suele erradicar.

El trastorno específico del lenguaje (TEL) incluye problemas del desarrollo del lenguaje sin otras dificultades evidentes físicas, sensoriales o emocionales. Se denomina trastorno del desarrollo del lenguaje. Presentan problemas para comprender y usar las palabras en frases. El habla de estos niños suena como lo haría su tuviera 2 años menos. Es importante detectarlo precozmente, (se suele realizar a los 5 años o incluso antes) para ofrecer modelos correctos de pronunciación, corrección durante la conversación y realizar sesiones de lectura.

Trastornos del espectro autista (TEA)

Los trastornos del espectro autista, denominados también Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD), incluyen el trastorno autista y el síndrome de Asperger. Los TEA se caracterizan por problemas en la interacción social, en la comunicación verbal y no verbal y por conductas repetitivas.

Los niños con TEA pueden manifestar también respuestas atípicas a las experiencias sensoriales. A menudo, estos trastornos se detectan a edades entre 1 y 3 años.

El trastorno autista es un trastorno grave del desarrollo y se inicia en los 3 primeros años de vida; comprende deficiencias en las relaciones sociales, anomalías en la comunicación y un patrón de conducta limitado, repetitivo y estereotipado. La incidencia en niños es 4 veces superior a la de las niñas.

El síndrome de Asperger es un trastorno relativamente moderado, caracterizado por poseer un lenguaje verbal relativamente bueno, problemas moderados de lenguaje no verbal y un espectro limitado de intereses y relaciones. Manifiestan a menudo rutinas repetitivas y preocupaciones obsesivas con un tema particular.

Qué causa los TEA? En la actualidad, se acepta que el autismo es una disfunción cerebral con anomalías en la estructura cerebral y los neurotransmisores. Algunos manifiestan RM y otros una inteligencia por encima de la media.

A estos niños les ayuda una clase bien estructura y recibir una enseñanza individualizada o en pequeños grupos.

Trastornos emocionales y conductuales

Se caracterizan por manifestar problemas graves y persistentes que afectan a las relaciones personales y presentan una conducta agresiva, depresión, temores asociados a aspectos personales o escolares, y otras características socioemocionales inadecuadas. La incidencia es 3 veces superior en niños que en niñas.

El término "perturbación emocional" también se utiliza para describir a niños con este tipo de problemas y que necesitan un plan de aprendizaje individualizado,

Conductas agresivas fuera de control: Algunos muestran un comportamiento perturbador, agresivo, desafiante o peligroso y son expulsados de las aulas.

Es más probable que afecte a niños que a niñas y que sean de familias con bajos ingresos. El profesor debe invertir mucho tiempo para ayudarles a adaptarse y aprender eficazmente.

Depresión, ansiedad y temores: Algunos niños vuelcan hacia sí mismos sus problemas emocionales. Su estado de depresión, ansiedad o temor es tan intenso y persistente que afecta notablemente a su capacidad de aprendizaje.

La depresión es un trastorno anímico que hace que el individuo se sienta inútil, piensa que la situación no va a mejorar y muestra una conducta letárgica durante un tiempo prolongado. Se diagnostica depresión cuando se presentan estos signos durante 2 o más semanas. La falta de apetito y la incapacidad para dormir están asociadas a la depresión. Se manifiesta más en la adolescencia que en la infancia. Incidencia mucho mayor en chicas que en chicos.

Al tener un carácter introvertido, la depresión pasa más desapercibida que las conductas agresivas e impulsivas.

La ansiedad comprende un sentimiento vago, muy desagradable de temor o aprensión. La ansiedad muy intensa y prolongada puede afectar notablemente al rendimiento escolar.

Algunos niños muestran también temores asociados al centro educativo o de tipo personal que interfieren con su aprendizaje.

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