Un aspecto importante que está en la base del enfoque sociocultural sobre las diferencias entre hombres y mujeres es la distinción entre sexo y género. A pesar de la importancia de esta diferencia, a veces hay cierta confusión al utilizar ambos términos.
Una psicóloga social experta en estudios de género (Kay Deaux), recomienda utilizar el término sexo cuando se hace referencia a diferencias en una categoría demográfica (hombre o mujer) y el término género cuando se aplica a aspectos culturales de esas diferencias.
El género no es una cualidad natural de las personas sino un complejo conjunto de creencias culturales relacionadas entre sí, que estipulan el significado social de lo femenino y de lo masculino. Es una creación simbólica de la cultura y, por esa razón, la construcción del género varía entre culturas.
Lo que se considera prototípicamente femenino o el ideal de mujer no es lo mismo, por ejemplo, en la cultura de los países europeos que en la cultura de los países árabes. También, dentro de una misma cultura la concepción de la feminidad y la masculinidad varía a través del tiempo. Pensemos, por ejemplo, en los cambios del ideal de hombre y de mujer que se han producido en nuestro propio país a lo largo de los últimos 100 años.