Veremos algunos diseños que suponen una mejora desde el punto de vista clínico y metodológico.
Diseño A-B-A-B
Consta de cuatro fases:
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Fase A: Línea base estable.
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Fase B: Introducción del tratamiento.
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Segunda Fase A: Retirada del tratamiento antes de conseguir su consolidación.
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Sí hay cambios: Es probable que el tratamiento (VI) sea el responsable de los cambios en la Fase B.
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No hay cambios: Es probable que las VVEE hayan causado los cambios en la Fase B.
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Es en esta fase es donde se establece la inferencia de relación causal (Arnau, 1984). Como consecuencia de la retirada del tratamiento, el nivel de conducta debería regresar al nivel inicial (Fase A).
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Segunda Fase B: Reintroducción del tratamiento. Permite comprobar la fiabilidad del cambio producido por dicho tratamiento. Si produce un nuevo cambio de conducta, tendríamos mayor evidencia de que la causa del cambio es el tratamiento.
Muy utilizado en el ámbito de la investigación sobre Modificación de Conducta.
Diseño B-A-B
Es igual que el anterior, pero no se parte de la fase inicial de línea base (Fase A). En lo que respecta a poder establecer inferencias causales, es más aconsejable la utilización del diseño A-B-A-B.
La ventaja sobre el diseño A-B-A es que termina en una fase de tratamiento (importante en Psicología Clínica).
Todos los diseños de reversión (con retirada del tratamiento) presentan las siguientes limitaciones:
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No pueden usarse si el efecto del tratamiento es irreversible. Aprendizaje de estrategias
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La retirada de un tratamiento efectivo puede ser poco ética. ¿Quitamos la medicación a la persona depre?
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Pueden requerir muchas sesiones y períodos de tiempo muy largos.