El lenguaje es un producto del cerebro. No obstante, no siempre estuvo tan claro.
Aristóteles consideraba más lógico atribuir al corazón el centro de la vida emocional y mental.
La neuropsicología del lenguaje o neurolingüística intenta encontrar relaciones entre las actividades lingüísticas y las áreas cerebrales.
A la hora de localizar partes del cerebro que pudieran estar asociadas a funciones específicas, es fundamental el descubrimiento de las disociaciones dobles, es decir, las disfunciones opuestas en individuos con lesiones distintas.
No obstante, una disfunción o trastorno podría aparecer como consecuencia no tanto del deterioro de una estructura local, sino de la desconexión entre áreas distantes entre sí.