La neuropsicología es el estudio de las relaciones entre el cerebro y la conducta, que asume una conexión causal entre las dos variables. La neuropsicología ofrece varias ventajas para el estudio infantil, porque:
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Proporciona los medios para analizar las secuelas a largo plazo de las lesiones cerebrales por traumatismo craneoencefálico.
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Presta asistencia a los pacientes pediátricos sometidos a tratamientos contra el cáncer y los tumores cerebrales.
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Facilita a padres, madres y profesionales escolares la comprensión del curso de las dificultades de aprendizaje, sociales y conductuales en los niños.
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Proporciona ayuda en el tratamiento de diversos trastornos psiquiátricos.
Los psicólogos conductistas argumentan que la neuropsicología desvía la atención de técnicas conductuales con validez contrastada para algunos tratamientos; los neuropsicólogos clínicos infantiles aplican intervenciones que consideran la interacción de los aspectos psicosociales, ambientales, neurocognitivos, biogenéticos y neuroquímicos del comportamiento.