A partir de los años sesenta se aplicó la "aproximación de sistemas" al estudio de las organizaciones.
Un sistema es un conjunto de unidades o elementos que interaccionan entre sí y realizan alguna actividad en común.
La peculiaridad de las organizaciones es que además de sistemas abiertos son sistemas sociales. Como sistemas sociales se caracterizan más por poseer una estructura de acontecimientos, actividades, roles y sucesos que por tener un sustento físico.
El mérito principal del modelo de sistemas es que pone de manifiesto la unión entre los cambios, entre las relaciones, entre los individuos y la organización, y entre la organización y su ambiente, y además el criterio de eficacia debe considerarse simultáneamente. El ambiente sólo ofrece un input favorable a la organización en la medida en que ofrece servicios a un coste aceptable. De este modo la imagen de una organización como una entidad pasiva es reemplazada por una perspectiva de interacción en la cual el significado dado a esos procesos por los actores humanos juega un papel central.
Cada tipo de organización será más eficaz en un determinado entorno. Las organizaciones de características más orgánicas se adaptan mejor en entornos más inestables mientras que las mecánicas lo hacen mejor en ambientes más estables.