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Cada vez se hace más urgente la intervención en el Alzheimer de manera más precoz, cuando los cambios del cerebro están presentes sin un declive cognitivo abierto, antes de que se establezca la demencia. Dado que casi todos los fármacos candidatos actúan sobre algún aspecto de la cascada de amiloide, los biomarcadores tienen el potencial para trabajar en la realización de un diagnóstico precoz y demostrar si la progresión de la enfermedad se ralentiza, se detiene, o incluso se invierte con los tratamientos. En la práctica clínica, el valor de la información de los biomarcadores tiene que ser contrapuesto con los efectos secundarios de la radioactividad, con la invasividad de la punción lumbar, la disponibilidad de tecnología especializada, y con los costes psicológicos del aprendizaje sobre la patología cerebral del Alzheimer.

Vacunas e inmunoterapia

Los test positivos de vacunas de amiloide en animales produjeron los primeros ensayos clínicos que mostraban evidencia no solo de estabilización de la memoria en pacientes con Alzheimer sino que las placas de amiloide eran eliminadas. Sin embargo, la primera vacuna para el péptido Aβ causó inflamación cerebral en el 6% de casos en fase II, y se tuvo que detener los ensayos.

Otros ensayos de inmunoterapia incluyen una inmunización pasiva con anticuerpos contra el péptido Aβ. Sin embargo, los resultados con el bapineuzumab, el solanezumab, y otros, hasta ahora solo han arrojado decepciones.

Han sido notificados algunos resultados sorprendentemente positivos para detener el declive cognitivo con IVIG, aunque son necesarios más ensayos.

Inhibidores de la γ-secretasa

Otra estrategia para bloquear la formación de placas de amiloide es inhibir la enzima γ-secretasa. Hay varios inhibidores de la γ-secretasa (GSIs) en desarrollo clínico, pero debido a los resultados, el futuro de esta estrategia está en tela de juicio.

Inhibidores de la β-secretasa

Los inhibidores de la enzima β-secretasa han sido difíciles de sintetizar, aunque algunos compuestos como SCH1381252, CTS21666 y otros están avanzando en su desarrollo clínico.

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