Algunas claves sobre el prejuicio desde la perspectiva psicosocial:
Hay varios aspectos definitorios del estudio del prejuicio. El primero de ellos es su orientación social: se trata de un fenómeno que se origina en los procesos grupales y que está inevitablemente unido al contexto de las relaciones entre grupos, ya que:
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Va dirigido a grupos.
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Tiene una orientación socialmente compartida.
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Al dirigirse de unos grupos hacia otros, tiene una naturaleza claramente intergrupal. El tipo de relaciones intergrupales que se establecen influye claramente en la dirección, nivel e intensidad del prejuicio.
El segundo aspecto definitorio del estudio del prejuicio es que suele centrarse en los juicios previos negativos o desfavorables.
Por otra parte, el estudio psicosocial permite abordarlo desde el punto de vista de las cogniciones, las emociones y la conducta.
Allport, define el prejuicio desde las definiciones psicosociales como una antipatía u hostilidad basada en una generalización defectuosa o inflexible, y Ashmore lo define como una actitud negativa hacia un grupo definido socialmente y hacia cualquier persona percibida como miembro de ese grupo.
El prejuicio puede adoptar diversas formas y manifestaciones, así como tener orígenes diferentes, en función del grupo con el que se interactúa. Es necesario tener en cuenta las características concretas de los grupos implicados, así como la naturaleza del contexto social, político y cultural en el que tienen lugar las relaciones intergrupales.
Eagly y Diekman, igual que Allport, definen el prejuicio, como una actitud hacia un grupo social o sus miembros, pero entendida ésta en un contexto social determinado. Estas autoras señalan que el mejor modo de entender la naturaleza del prejuicio es tomar en consideración, la estructura del ambiente social y la estructura psicológica del perceptor, y que la devaluación no produce necesariamente una actitud negativa hacia todo el grupo, ni el contexto general hacia el grupo objeto de prejuicio es necesariamente negativo.
El prejuicio se convierte en un problema social cuando un número sustancial de miembros de un grupo aspiran a ocupar roles sociales incongruentes con el estereotipo que se mantiene sobre ellos.
Otra perspectiva alternativa, también han puesto de manifiesto que el prejuicio no está caracterizado por la existencia de actitudes negativas. En la actualidad encontramos formas más sutiles y modernas de prejuicio hacia minorías étnias o hacia las mujeres, en las que se demuestra que el prejuicio no conduce siempre a la discriminación o violencia, sino que existen otras formas más sutiles de control y explotación, con efectos indeseables.
No existe una única teoría psicosocial que pueda darnos una explicación completa del prejuicio.