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La pregunta acerca de qué determina que las personas emitan un voto concreto ha sido recurrente en el ámbito de los estudios en psicología política. En este sentido, es conocido el error de predicción de muchos de los sondeos de opinión a la hora de pronosticar unos resultados electorales concretos. De hecho, los sondeos más fiables se hacen a pie de urna, es decir, se recogen poco antes de que la conducta de voto se lleve a cabo.

La investigación ha señalado distintas variables a la hora de explicar esta discrepancia entre sondeos y resultados electorales, discrepancia que al parecer refleja que ideología política y conducta de voto no tienen por qué ser perfectamente parejas. Esta cuestión ha sido una de las líneas de investigación más prolíficas en ciencias sociales y, en particular, en psicología política desde la década de 1950.

Estabilidad del voto

Uno de los aspectos destacados en torno a la conducta de voto es su estabilidad temporal, es decir, qué hace que los votantes de determinado partido político mantengan el voto hacia el mismo partido, independientemente de los comicios que se celebren.

Este fue uno de los objetivos de la investigación desarrollada por Bustillos, Silván-Ferrero y Huid (2007). Con este fin, estos autores emplearon las escalas SDO y RWA, con una pregunta relativa a la ideología política que evaluaba en un formato de Likert de 9 puntos de 1 (muy de izquierdas) a 9 (muy de derechas) y finalmente se incluyó en los cuestionarios otra pregunta relativa al partido político que se había votado en las anteriores elecciones nacionales y autonómicas. Asimismo, se les preguntó a qué partido votarían en las siguientes elecciones nacionales. En todos estos casos, los participantes disponían de seis alternativas:

  1. Partido Popular (PP),
  2. Partido Socialista Obrero Español (PSOE),
  3. Izquierda Unida (UI),
  4. otros partidos,
  5. votó en blanco y
  6. no votó.

De forma resumida, se pretendía encontrar si en aquellas personas que mantienen su voto en distintos comicios electorales las relaciones RWA y SDO presentan una influencia distinta en su ideología política que en aquellos otros individuos que votan a distintos partidos en función del momento electoral de que se trate.

Para este fin, se contó con la participación de 176 personas, y de cara al análisis de datos esta muestra se dividió en dos grupos: los que señalaron la misma opción política en los tres momentos electorales (grupo con voto estable, n = 100) y resto de participantes, con variaciones en la opción política seleccionada, al menos, en alguna de las tres opciones consultadas (grupo de voto inestable, n = 67).

Los resultados indican que, en el grupo con tendencia de voto estable, la ideología política de los participantes se relacionaba con el autoritarismo (r = 0,46, p < 0,0001) y con la SDO (r = 0,31, p < 0,005) mientras que, en el caso del grupo con voto inestable, no había relación entre SDO e ideología política y la relación del autoritarismo con esta última era algo inferior (r = 0,27, p < 0,05) a la que se obtuvo en el grupo con voto estable.

Se puede deducir de este distinto patrón de relaciones que, para el grupo de convencidos, los que al votar no cambian de opción política, independientemente de la tendencia política de la opción, del candidato y del tipo de comicio electoral de que se trate (nacional o autonómico), la relación existente entre su ideología política, por una parte, y las escalas de dominancia social (SDO) y autoritarismo (RWA), por la otra, apuntan hacia la existencia de un proceso de socialización política ya que, como se ha señalado en los apartados anteriores, si atendemos a los procesos a través de los cuales se constituye la personalidad autoritaria y la SDO, se observa precisamente lo que sugieren nuestros resultados: las dimensiones de sumisión y dominancia autoritaria se pueden constituir en el reflejo de una opción política más estable.

En este sentido, y a la inversa, para los que no son fieles a una misma opción política a lo largo del tiempo (en los tres momentos electorales mencionados), es decir, los que conforman el grupo de indecisos, la RWA o sumisión autoritaria muestra menor relación con la ideología política mientras que la SDO no guarda ninguna relación con ella.

Identificación partidista

La identificación partidista se define como una vinculación psicológica entre un individuo y un partido político, que implica un sentimiento de pertenencia al partido como grupo de referencia. Este sentimiento de pertenencia, que operará como un heurístico, debido a su componente marcadamente afectivo, simplificará la realidad para que el individuo exhiba actitudes políticas concretas. El concepto de identificación partidista ha despertado mayor interés dentro de los estudios psicosociales sobre el comportamiento electoral (Sobral y Sabucedo, 1986; Sabucedo y Cramer, 1991).

El estudio desarrollado por Lloret, Lledó, Nieto, Aldeguer (2009) en que participaron 1.773 personas incluyó la siguiente pregunta en torno a la identificación política: ¿con cuál de los siguientes partidos se siente más identificado? Los cuestionarios se recogieron durante la semana anterior y posterior a las elecciones generales del 9 de marzo de 2008 con correos electrónicos remitidos a distintas listas de distribución.

Posteriormente, los participantes indicaban la opción que más se acercaba a sus ideas en diez cuestiones importantes en la agenda política (desempleo, vivienda, terrorismo, inmigración o relación entre Iglesia y Estado, etc.) incluidas en los programas de los tres principales partidos políticos (PSOE, PP e IU). He aquí un ejemplo: «Indique la opción que más se acerque a sus ideas sobre cómo combatir el desempleo:

  1. (PSOE) Crear empleo de calidad mediante economía fuerte y competitiva, capaz de sostener unas relaciones laborales abiertas y cooperativas para ampliar las fronteras de la igualdad y la cohesión social.
  2. (PP) Alcanzar el pleno empleo mediante la flexibilidad del mercado de trabajo.
  3. (IU) Recuperación y potenciación de los servicios públicos de empleo y apostar por un sector público, suficiente, eficiente y transparente. Intervención reguladora del Gobierno en las empresas privatizadas o en aquellos sectores económicos definidos como estratégicos.
  4. Ninguna de las anteriores».

En definitiva, estos autores pretendían comprobar si, desde la perspectiva del posicionamiento programático sobre diferentes cuestiones, existe relación entre la identificación partidista (componente psicológico de la vinculación emocional con un partido) y la ideología política (elemento cognitivo). Los resultados mostraron, en primer lugar, que el grado de coherencia entre ambos componentes de la actitud se situaba por debajo del 50% para todos los grupos políticos, a excepción de IU, donde se alcanzó el 61%. En definitiva, estos resultados ponen de manifiesto la poca consistencia dentro de las actitudes políticas, con escasas variaciones dentro de los partidos políticos analizados.

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