Independientemente de la técnica elegida, existen una serie de condiciones que son requeridas, tales como ropa y lugar adecuado, instrucciones claras y precisas, tono de voz suave y tranquilo por parte del terapeuta, comprensión por parte del paciente de lo adecuado de la técnica, motivación y garantía de que no existe ningún problema que desaconseje su utilización, en este sentido es importante resaltar que las condiciones que se requieren para su practica pueden constituir un contexto aversivo en pacientes que presentan problemas a la hora de permanecer quietos y observando sus propias sensaciones, caso del Trastorno del Pánico, hipocondría, agorafobia, en estos casos el entrenamiento en relajación supone la propia exposición al temido, por lo que le parapeta deberá evaluar un proceso mas o menos largo de habituación.
Se debe tener en cuenta que durante el ER se pueden producir respuestas físicas molestas tales como, calambres, mareos, espasmos, etc., es importante recordar al paciente que esto es normal, y que las sensaciones irán desapareciendo con forme se vaya trabajando con la técnica, ademas en ocasiones se producirán respuestas emocionales intensas como llantos o risas, el terapeuta debe valorar si es necesario dejar unos segundos al paciente o comentar lo que está sucediendo.
Por otro lado, con niños pequeños o personas mayores con algún deterioro se deberá evaluar la eventual necesidad de adaptar las técnicas a estas poblaciones, por ejemplo en el caso de los niños que no mantengan el contacto ocular, que no puedan estar sentados o que no sean capaces de imitar conductas sencillas, serán candidatos a estas adaptaciones.