En su adaptación a occidente, Mindfulness no se identifica sólo con la meditación, sino que se concibe también como un estado de conciencia abierta y receptiva a la experiencia y los acontecimientos que están ocurriendo ahora y aquí. Se han señalada a los terapeutas que aplican alguno de sus componentes como de tercera generación, dado que se adscriben a un marco teórico distinto del de las terapias de primera o segunda generación, en las de tercera generación la aceptación es un componente nuclear, y parten de un acercamiento mas amplio a las experiencias emocionales promoviendo una sensación de bienestar, aun a pesar de lo negativo y doloroso de algunas sensaciones.
De hecho la reticencia a entrar en contacto con lo aversivo de este tipo de sentimientos, aplicándoles un juicio rígido y peyorativo se han propuesto como factores mantenedores de los problema emocionales.
El afrontamiento de las situaciones conlleva numerosas respuestas emocionales, todas ellas con una explicación, pero no siempre aceptadas por su carga negativa, la psicopatología aparecería entonces, cuando los sujetos no admiten dichos sentimientos negativos como la interacción con el contexto e incrementan los problemas intento evitar el dolor.
Estos nuevos planteamientos suponen además un acercamiento novedoso en TCC a la respuesta emocional. Las emociones no se conciben como inadecuadas por el simple hecho de ser molestas, muy al contrario, las TTG se basan en los hallazgos de la psicologia básica (Ekman) en cuanto las emociones como programas o expresiones legitimas de comportamiento con alto sentido adaptativo, de esta forma es como el Mindfulness entronca con las TTG al proporcionar un medio que no pretende controlar sino facilitar la aceptación radical de las experiencias tanto internas como externas, y promover el contacto con el momento presente.