El trastorno de angustia y la agorafobia son problemas psicopatológicos graves y relativamente frecuentes, que suelen ocasionar un elevado nivel de perturbación emocional, así como deterioro ocupacional y social en las personas que los padecen.
Aunque el trastorno de angustia y agorafobia son dos entidades nosológicas diferenciadas, no dejan de estar claramente interrelacionadas. Históricamente se había considerado el problema fóbico (la agorafobia) como el foco principal de atención, siendo las crisis de angustia o ataques de pánico meros indicadores de la gravedad de dicho trastorno, no obstante con el paso de los años esta tendencia se ha invertido. En el momento actual la crisis de angustia se considera el elemento básico y nuclear a través del que se diagnostica el trastorno de angustia, trastorno que puede cursas con o sin agorafobia, aunque no deja de admitirse la ocurrencia de problemas agorafóbicos sin historia de trastorno de angustia.