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El error es algo inherente de la acción.

Gran parte de nuestra conducta está bajo control consciente y se adapta a los cambios ambientales en función de la retroalimentación recibida, son muchas las acciones que se ejecutan siguiendo programas motores.

Un programa motor consiste, esencialmente, en un conjunto de órdenes musculares que se activan antes de realizar una acción, consiguiendo que nuestra conducta transcurra ajena al control. Los comportamientos originados por la activación de un programa motor se ejecutan a modo de "bucle abierto", es decir, sin estar sometidos a una retroalimentación que los controle o mocee. Estas conductas contrastan con aquellas otras emitidas bajo control consciente, que se ejecutan a modo de "bucle cerrado", debido a que el control atencional cierra el bucle percepción-acción del procesamiento.

Un programa motor es una disposición a ejecutar una acción concreta.

Los deslices de la acción suelen ocurrir durante la ejecución de comportamientos rutinarios, muy practicados, que operan bajo control de bucle abierto. Estos lapsus son debidos a fallos atenciones, bien porque mantenemos el plan de acción equivocado, o bien porque concentramos en exceso nuestra atención en elementos equivocados de un plan o del ambiente.

Inicio y mantenimiento de un plan de acción

Norman, elaboró una teoría para explicar las acciones a partir de la activación de esquemas.

Un esquema es un procedimiento generalizado para realizar una acción, que abarca programas motores y reglas de selección de dichos programas (desencadenantes). La acciones complejas están gobernadas por un esquema. Nuestra intención de ejecutar una conducta equivale a activar un esquema de alto nivel, aunque el control atencional sólo va a ser necesario en determinados momentos críticos.

Pueden ser varios los esquemas que se activen en un momento determinado, por eso se hace necesaria la presencia de algún mecanismo atencional que decida cual es el esquema más adecuado para la tarea en curso.

Una vez que se ha activado un esquema, la atención ya no es necesaria para ejecutar la acción. De hecho la atención ni siquiera es capaz de controlar la acción a partir de ese punto, ya que el control atencional consciente es mucho más lento que lo que ocupa disparar los programas motores de una acción o destreza ya aprendida.

El dirimidor y el sistema atencional supervisor (SAS)

 Norman y Shallice, describieron un modelo para explicar cómo se activan los esquemas. Esta activación depende de la participación de dos sistemas diferentes:

  • El dirimidor de conflictos.

  • Sistema atencional supervisor(SAS).

El dirimidor de conflictos

Es el primer mecanismo básico de control. Es un proceso relativamente pasivo, cuya finalidad es ordenar los esquemas almacenados en la memoria según su nivel de activación. Su operativa se fundamenta en las conexiones excitatorias e inhibitorias que tienen los esquemas entre sí.

La activación de un esquema requiere superar un umbral, así como la presencia de unas condiciones desencadenantes. Son estos desencadenantes, los que, a veces explican algunos lapsus de acción descritos antes: cuando las intenciones no son mantenidas activamente, nos despistamos, un esquema equivocado ,puede activarse por el mero hecho de que las condiciones desencadenantes están presentes en el ambiente.

Sistema atencional supervisor (SAS)

Opera modulando la influencia del dirimidor de conflictos en situaciones en las que se debe realizar una acción más atípica, en lugar de otra más familiar.

El ordenamiento de los esquemas corresponde siempre al dirimido, siendo la misión del SAS la de sesgarlos, inhibiendo algunos y activando otros.

Norman y Shallice contemplan que el SAS como  un sistema de control cuyo resultado le denominan atención. La activación ejercida por el SAS consiste en dirigir la atención hacia aquellos esquemas relevantes. Si la activación atencional impuesta por el SAS se elimina, la activación de un esquema vuelve a su valor previo.

El control de la acción descrito por Norman y Shallice guarda estrecha correspondencia con la distinción entre procesamiento controlado y automático. La ejecución automática de una acción puede considerarse como su modo de operación por defecto, pues la mayor parte del comportamiento sucede demasiado rápidamente como para ser producto de la deliberación consciente.

Si el SAS no funciona adecuadamente , como sucede en personas con daño en el cortes frontal, se puede manifestar dos tipos de alteraciones:

  • Perseveración: incapacidad para cambiar la acción o meta actual por otra más apropiada.

  • Conductas distraidas o desorganizadas

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