Klahr sostiene que a partir de los 5 años no hay ninguna razón para pensar que la estructura básica cambie con la edad y que la diferencia fundamental entre los niños y los adultos consiste en que los niños parecen tener déficits en conocimientos anteriores de hechos, procedimientos y estrategias, en el control de la atención y en el uso de los procesos de memoria.
Klahr niega la existencia de cambios cualitativos en el desarrollo y pone el acento en la importancia de los procesos de memoria y los conocimientos y estrategias que usa el sujeto.
El ser humano se considera como un procesador de información que codifica, almacena y recupera información par dar una determinada respuesta a los estímulos del medio. La información estimular pasa por distintas fases o etapas desde que es captada por los sentidos hasta que es adecuadamente interpretada y almacenada y conduce a una respuesta correcta.
En el estudio del desarrollo de la memoria Siegler sugiere 4 posibles caminos para explicar las diferencias entre los niños y los adultos:
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Las diferencias se deben a las capacidades básicas superiores.
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Considerar un mayor desarrollo de las estrategias de memoria en el adulto, lo cual supone poder usar un mayor número de estrategias, con una mayor flexibilidad y eficacia.
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Los adultos poseen una mayor cantidad de conocimientos que han almacenado previamente a una situación pero que le ayudaran a recordarla.
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Mayor capacidad del adulto para acceder a sus propios procesos mentales, a su metacognición, lo cual lleva consigo una mayor facilidad para autorregular tales procesos.
Metamemoria: se refiere al conocimiento y conciencia que se posee acerca de los procesos y productos de la propia memoria, así como al control que se tiene sobre los mismos a partir de una actuación estratégica en las tareas de recuerdo.