Hay que subrayar la importancia de distinguir entre el plano ideológico (o filosófico) y el científico a la hora de discernir sobre las causas últimas de la diversidad humana. En este sentido, se distinguen 3 etapas:
- Caracterizada por el predominio de explicaciones que atribuían un gran peso a la herencia, y en la que la mayoría de los estudios realizados se encontraban guiados por convicciones ideológicas de carácter eugenésico.
- Influido por el auge de la psicología conductista, en el que se atribuía al ambiente tanto las causas próximas como las causas últimas.
- A partir de una base empírica, se concede a la genética un peso importante en la determinación de las diferencias individuales, sin menospreciar por ello a las causas ambientales, es decir, no se puede negar la importancia tanto de la herencia como del ambiente en la explicación de la conducta humana.