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La emoción de asco, aversión o repugnancia ha sido reconocida como una emoción básica desde el pionero trabajo de Darwin. Se considera básica al tener:

  • Un sustrato neural innato
  • Una expresión universal innata
  • Un único estado motivacional-afectivo
  • Un patrón de respuesta asociado que es relativamente estable a lo largo de distintas situaciones, culturas e incluso especies

La emoción de asco se caracteriza por:

  • Una expresión facial concreta
  • Una acción inapropiada (distanciamiento del objeto o situación)
  • Una distintiva manifestación fisiológica (la náusea)
  • Una sensación característica (la repulsión)

3.1. Definición de asco

Darwin, en su libro “La Expresión de las Emociones en los Animales y en el Hombre”, señala que el asco es una sensación que se refiere, en primer lugar, a algo que repugna al sentido del gusto, algo percibido en ese momento o imaginado con viveza, y, en segundo lugar, a algo que produce una sensación parecida en el sentido del olfato, del tacto, o incluso de la vista.

Angyal ⇒ Revulsión o evitación de una incorporación oral de una sustancia. Reacción específica hacia los productos de desecho del cuerpo humano y animal.

Rozin y Fallon ⇒ Revulsión frente a la posibilidad de ingerir una sustancia ofensiva. Objetos o sustancias ofensivas son aquellos que tienen propiedades contaminantes.

En términos generales ⇒ Marcada aversión producida por algo fuertemente desagradable o repugnante. Es una emoción compleja, que implica una respuesta de rechazo.

3.2. Características

3.2.1. Antecedentes

Angyal ⇒ el principal estímulo elicitador del asco son los desechos (basuras) del cuerpo. Las heces es el elictador más poderoso.

Rozin, Haidt y McCauley ⇒ encuentran siete elicitadores:

  1. Ciertos alimentos (comida putrefacta, maloliente)
  2. Las secreciones corporales (heces, saliva, flemas)
  3. Ciertos animales (cucarachas, ratas, gusanos)
  4. Ciertas conductas sexuales inapropiadas (incesto, sexo con animales)
  5. El contacto con cuerpos muertos
  6. Trozos corporales (miembros seccionados, heridas, sangre, deformidades)
  7. La falta de higiene y los contactos potenciales con objetos que producen repugnancia (ropas usadas, manchas, restos de alimentos)

Rozin y Fallon señalan que también el rechazo en el asco muestra el seguimiento de dos principios:

  • CONTAGIO (“una vez en contacto, siempre en contacto”): Se refiere a la tendencia a creer que un breve contacto causa una permanente transferencia de propiedades de un objeto a otro (por ejemplo, hay personas que dicen que nunca podrían beber de un vaso en el que una vez ha habido heces de perro, aún cuando el vaso ha sido esterilizado varias veces).
  • SIMILITUD (“semejanzas producen aversiones o predilecciones” o “la imagen igual al objeto”): Por ejemplo, un trozo de chocolate es menos deseable cuando su forma es semejante a las heces de perro.

Rozin, Lowery y Ebert apoyan la teoría de que el origen del asco es una respuesta a los malos sabores y que la evolución la va situando como una emoción moral. Han identificado dos posibles expansiones futuras del asco:

  • La contaminación interpersonal ⇒ asco elicitado por contacto físico, directa o indirectamente con extranjeros o personas indeseables.
  • El dominio moral del asco ⇒ las personas describen frecuentemente acciones asquerosas (abuso de niños, infidelidad, incesto).

3.2.1.1. Aprendizaje de la aversión al sabor en humanos

¿Por qué las personas y los animales desarrollan aversiones a los alimentos que consumen antes del malestar, a pesar de la demora de varias horas entre su consumo y el malestar? Se han propuesto dos teorías:

  • La teoría de la seguridad aprendida (Kalat y Rozin) ⇒ Sugiere que el responsable del aprendizaje de la aversión al sabor es un único proceso al que denominan seguridad aprendida. Este proceso es utilizado por los animales para evitar los alimentos nocivos. Un animal expuesto a un alimento nuevo sólo consume una pequeña porción del mismo; esta escasa toma de alimento nuevo, o neofobia ingestiva, tiene un significado adaptativo: impide un animal consuma una gran cantidad de un alimento potencialmente nocivo, de modo que si el alimento está envenenado el animal se pondrá enfermo. Según Kalat y Rozin, si un animal se pone enfermo varias horas después de tomar un alimento, lo asociará con el malestar interno y desarrollará aversión a ese alimento. Sin embargo, si no se produce la enfermedad, el animal supone que el alimento no está envenenado y puede consumirlo nuevamente con seguridad. La seguridad aprendida hace que el animal supere el rechazo por los alimentos nuevos, lo que le permite comer aquellos alimentos que aumentan su supervivencia.
  • La teoría de la interferencia concurrente (Revusky) ⇒ Supone que después de consumir un alimento, es poco probable que un animal tome otro alimento durante varias horas. Por tanto, se produce el aprendizaje demorado en la aversión al sabor como consecuencia de la ausencia de interferencia concurrente. La aversión puede no desarrollarse si entre el alimento y el malestar intervienen otros alimentos

3.2.2. Procesamiento

Al igual que en la emoción de sorpresa, para que cada antecedente se constituya en precursor de la emoción, es necesaria su evaluación. Este proceso implica la interpretación (evaluación), así como la estimación de la repercusión personal (valoración) que acarrea el estímulo. El resultado del procesamiento es la emoción de asco, una aversión producida por algo, con su componente de activación: subjetivo, fisiológico y de afrontamiento.

El procesamiento cognitivo del asco se produce ante desencadenantes de baja predictibilidad y baja familiaridad. En la valoración del afrontamiento de este evento se valora las consecuencias del mismo con un grado medio de urgencia para afrontarlo, se estima que no es posible adaptarse a las consecuencias del evento y por lo tanto se buscará el rechazo del mismo.

Scherer crea un sistema experto de control o examen de valoración de estímulos para determinar el número y tipos de criterios de valoración necesarios para explicar la diferenciación de las emociones. Según Scherer ocurren una serie de comprobaciones secuenciales de estímulos (SECs), que representan un conjunto mínimo de todas las dimensiones o criterios de evaluación que se consideran necesarios para poder explicar la diferenciación de las grandes familias de estados emocionales.

Las SECs se organizan en términos de cuatro objetivos de evaluación:

  1. Análisis de la relevancia del estímulo o situación
  2. Evaluación de la implicación del individuo en el estímulo o situación, análisis de las consecuencias inmediatas y a largo plazo
  3. Potencial de afrontamiento que posee el individuo para afrontar esa situación o, lo que es lo mismo, análisis de los recursos disponibles para realizar la tarea exigida por la situación
  4. Significación normativa con respecto al auto-concepto de la persona y en función de las normas sociales y culturales en las que se inserta ese individuo

Rozan, Haidt y McCauley señalan que el asco muestra un alto grado de constancia y conservacionismo en la forma de su salida o producción, pero ha sufrido una extraordinaria transformación y expansión en el aspecto de la valoración. Esta expansión varía con la historia y la cultura.

Por otra parte, dentro del procesamiento, también habría que considerar las disposiciones relativamente estables de una persona en el tono emocional y que explicarían parte de las diferencias individuales. Actualmente, se consideran los rasgos de personalidad como variables mediadoras o moderadoras del procesamiento emocional.

No obstante, una excepción a estos hechos viene marcada por los estilos emocionales de represión y sensibilización, y su efecto sobre el procesamiento de la información emocional; así, las personas represoras son las que intentan evitar o retirar la atención de los estímulos amenazantes, mientras que las personas sensibles son las que continuamente supervisan el entorno para detectar la presencia de tales estímulos.

Existen importantes diferencias individuales en cuanto a la sensibilidad para la emoción de asco. La sensibilidad o susceptibilidad al asco está asociada a varios trastornos (se comentarán más adelante).

3.2.3. Funciones del asco

1) Función adaptativa:

  • Es la más significativa, ya que prepara al organismo para que ejecute eficazmente un rechazo de las condiciones ambientales potencialmente dañinas, movilizando la energía necesaria para ello y dirigiendo la conducta al alejamiento del estímulo desencadenante
  • El asco tiene como finalidad funcional potenciar los hábitos saludables, higiénicos y adaptativos
  • El asco protege a las personas del daño de las sustancias dañinas y, en otros casos, de las consecuencias psicológicas de violar las normas culturales

2) Función social:

  • El asco facilita la aparición de las conductas apropiadas. La expresión de asco permite a los demás predecir el comportamiento asociado con esta emoción, lo cual tiene un indudable valor en los procesos de relación interpersonal
  • El asco facilita la interacción social controlando la conducta de los demás, permitiendo la comunicación de estados afectivos asociados y promoviendo conductas prosociales
  • La represión del asco también tiene una función social, ya que es socialmente necesaria la inhibición de ciertas reacciones emocionales que podrían alterar las relaciones sociales y afectar incluso a la propia estructura y funcionamiento de grupos, así como de cualquier otro sistema de organización social

3) Función motivacional

3.3. Activación

3.3.1. Efectos subjetivos

La repulsión es la experiencia subjetiva de la emoción de asco. Puede ir acompañada de sensaciones de vómito o arcadas. También hay un sentido de “ofensa” asociado al asco, relacionado a una percepción de desviación o imperfección, a una percepción de que algo “no es como debería ser”.

El asco tiende a ser más corto en duración y relativamente bajo en la intensidad de la experiencia subjetiva.

3.3.2. Actividad fisiológica

3.3.2.1. Sistema nervioso central

La exposición a estímulos aversivos de varias modalidades sensoriales induce activación de la amígdala. Dentro de los estímulos olfativos, la amígdala responde preferentemente a olores altamente aversivos, comparados con olores neutros o placenteros. El córtex prefrontal y la amígdala serían estructuras clave dentro del sistema que genera la emoción de asco.

En cuanto a las respuestas fisiológicas centrales, el asco produce una asimetría en la activación cerebral, que se asocia con incrementos en la activación del lado derecho de las regiones frontal y temporal anterior.

Se ha comprobado que existe un déficit en el reconocimiento de expresiones faciales y vocales del asco en pacientes con la enfermedad de Huntington sin deterioro intelectual general, resultado del daño en los ganglios basales.

Resultados de estudios realizados en activación neural de la emoción señalan que la inducción de la emoción de asco activa los ganglios basales.

3.3.2.2. Sistema nervioso autónomo

Si el estímulo es oloroso o gustativo, aparecen sensaciones gastrointestinales desagradables, como las náuseas, que pueden ir acompañadas de vómitos o arcadas.

El asco se caracteriza por una moderada elevación de la frecuencia cardíaca así como del nivel de la conductancia de la piel. No obstante, aunque las sensaciones fisiológicas del asco están muy patentes, no están aún muy claros sus efectos fisiológicos.

3.3.2.3. Sistema nervioso somático

El asco produce elevaciones en la tensión muscular general de manera específica en determinados músculos faciales, así como en la frecuencia respiratoria, con especial prolongación de las pausas entre inspiraciones, y un aumento de la reactividad gastrointestinal.

3.3.3 Expresión corporal

La cara de asco es familiar y reconocida en todas las culturas. El componente más estudiado de la emoción de asco ha sido la expresión facial.

La constelación facial que caracteriza a una expresión de asco está configurada por un descenso y unión de cejas, elevación de las mejillas, nariz fruncida, elevación de la barbilla y reducción acentuada de la apertura de los párpados. Alternativamente, pueden aparecer otras manifestaciones: elevación del labio superior, descenso de la comisura de los labios, descenso del labio inferior, separación de los labios o descenso del mentón. Los principales músculos implicados en la expresión de asco son: el elevador del ala nasal y labio superior, triangular de los labios, masetero, temporal y pterigoideo interno.

En el Sistema de Codificación de la Acción Facial (FACS) las unidades de acción que conforman la expresión fácil de la emoción de asco son:

  • UA-4: Descenso y unión de las cejas
  • UA-6: Elevación de las mejillas y reducción de la apertura palpebral
  • UA-9: Nariz fruncida
  • UA-17: Elevación de la barbilla
  • UA-44: Reducción acentuada de la apertura de los párpados

Otras unidades de acción que también podemos encontrar:

  • UA-10: Elevación del labio superior
  • UA-15: Descenso de la comisura de los labios
  • UA-16: Descenso del labio inferior
  • UA-25: Separación de los labios
  • UA-26: Descenso del mentón

3.3.4. Afrontamiento

El afrontamiento del asco es un rechazo del objeto o situación desencadenante  de la misma. Para ello, se movilizan conductas de distanciamiento, escape o evitación de las situaciones desagradables o potencialmente dañinas para la salud.

3.3.5. Medida del asco

La medida de la expresión facial de la emoción de asco (y de todas las emociones primarias), se realiza a través de dos sistemas de codificación estandarizados (vistos también en la emoción de sorpresa):

  • El Sistema de Codificación de la Acción Facial (FACS), de Ekman y Friesen
  • El Sistema de Codificación de Máxima Discriminación del Movimiento Facial (MAX), de Izard

3.4. Consecuencias del asco

Como ya se indicó anteriormente, el asco es una emoción cuya función principal es promover y mantener la salud, y como consecuencia de ello hace que se potencien los hábitos saludables, higiénicos y adaptativos.

Pero a pesar de que algunos autores restringen la emoción de asco a estímulos relacionados con alimentos en mal estado o potencialmente peligrosos para la salud, lo cierto es que esta reacción emocional también se produce ante cualquier otro tipo de estimulación. Incluso puede producirse reacción de asco ante alimentos nutritivos y en buen estado.

El asco también es utilizado como un mecanismo de control social. Se ha llegado a sugerir que el asco interpersonal se encuentra en la base del trato discriminatorio a otras personas, por “razones” de su apariencia física, abuso de sustancias, crímenes, “desviación” sexual, clases sociales más bajas o extranjería. Así, el asco juega un papel importante en los juicios morales y en la violencia étnica.

3.4.1. Consecuencias de la sensibilidad a la emoción de asco

Existen diferencias individuales en cuanto a la sensibilidad para la emoción de asco. Así, las mujeres tienen más sensibilidad a los elicitadores del asco que los hombres.

La sensibilidad o susceptibilidad al asco está asociada a varios trastornos: trastornos de la conducta alimentaria (anorexia y bulimia nerviosas), fobias específicas (a pequeños animales) y fobia social, y otros trastornos con síntomas de ansiedad y obsesivo-compulsivos.

3.4.2. Asco y miedo

El asco y el miedo tienen mucho en común. Ambas emociones tienen valencia negativa, alta activación y conductas de retirada.

Se ha sugerido que la reacción a los objetos fóbicos, así como las conductas de evitación desplegadas por los individuos que tienen trastornos de ansiedad y fobia, podrían estar basadas en las reacciones aprendidas de asco más que en las reacciones de miedo.

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