La disciplina “evaluación psicológica” ha evolucionado, progresado y avanzado hasta nuestros días, demostrando ser dinámica, en el sentido de movimiento hacia delante, por lo que ha cambiado su denominación inicial de “psicodiagnóstico” por la actual de “evaluación psicológica”.
El concepto de “Psicodiagnóstico”
El término “psicodiagnóstico” partió del ámbito médico-psiquiátrico, en el que el médico asumía el papel del actual psicólogo. Se utilizó por primera vez en 1921 como título del libro Psychodiagnostik (Rorschach). Se trataba de una monografía sobre la técnica de interpretación de manchas de tinta sin formas determinadas.
Si realizamos una traducción prácticamente literal de la palabra se aproximará a “conocer a fondo el alma”. A lo largo de la historia del psicodiagnóstico, el contenido de la “psykhé” (alma) ha ido variando a medida que ha ido avanzando y evolucionando la psicología como ciencia. En definitiva, del estudio del alma (sustancia) se pasó a la mente (conjunto de fenómenos de la experiencia), de la mente a la conducta, y finalmente a la integración de lo mental con lo comportamental.
Las primeras definiciones de psicodiagnóstico provienen de una tradición médica, e identifican las alteraciones psicológicas como signos de enfermedad o trastorno orgánico que se detectan a través de pruebas cualitativas de interpretación libre.
Estas son sus principales características según Pelechano:
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Término acuñado por Rorschach, de tradición médica y sustancialista, en el que los síntomas no tiene valor en sí mismos, sino que adquieren sentido al formar parte de la enfermedad subyacente.
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Tipo de conocimiento entre doxa y episteme, es decir, entre la opinión y la ciencia, una suerte de “arte” en el que la experiencia personal y el modo de encadenar los conocimientos puede ser aprendido.
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Predomina lo cualitativo y la experiencia personal del psicodiagnosticador, frente a los aspectos cuantitativos.
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Además de dar cuenta del estado actual del individuo, se trata de pronosticar o predecir acerca del futuro.
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Tipo de actuación en el que predomina la observación y registro, no el tratamiento ni la intervención directa.
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Se refiere fundamentalmente a los aspectos negativos y conductas patológicas.
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Se trata de un acercamiento individualizado: los síntomas pueden significar algo distinto para cada persona.
En esa primera concepción del psicodiagnóstico no se tienen en cuenta los aspectos funcionales, ni cuantitativos. Tampoco contempla el estudio de grupos u organizaciones, ni los aspectos positivos de los individuos.
Concepto de “Tests psicológicos”
Frente a la concepción de psicodiagnóstico, de origen médico y sustancialista, encontramos otra orientación funcionalista y psicométrica: “mental testing”, “test mental” o “test psicológicos”. Cattell (1890) acuñó esta expresión, para él, los test mentales eran sistemas normalizados de procedimientos que permitían obtener información objetiva respecto al rendimiento de personas ante la realización de tareas-tipo y estaba influido por el enfoque diferencialista.
Se rechaza la introspección, se propicia la búsqueda de dimensiones tanto positivas como negativas del sujeto; dio lugar a una nueva especialidad de la psicología: la Psicometría, cuya función principal es el desarrollo de métodos cuantitativos para el estudio de problemas psicológicos; se incorporan aspectos más psicológicos que médicos, y se propugna que la aplicación de la prueba sea realizada por psicólogos y no por profesionales de otras áreas.
Principales características según Pelechano:
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Se entiende por “tests piscológicos”, tanto la elaboración de pruebas, como la validación, aplicación e interpretación de las mismas, lo que requiere una adecuada preparación en psicología distinta en función del tipo de test de que se trate.
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El modelo científico básico de construcción y corrección de los test es el asociacionismo: la puntuación de un test se obtiene con la suma de los aciertos. La construcción de pruebas está guiada más empírica que teóricamente.
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En la interpretación de resultados las puntuaciones de las pruebas son interpretadas como “síntomas” o “signos” de algo real tangible.
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Los test son susceptibles de aplicación social inmediata.
Se ha defendido la invariabilidad de las dimensiones diagnosticadas, haciéndose frecuente referencia a las bases biológicas: los factores se entendían como dimensiones permanentes de conducta, estables en sí mismas. Por lo tanto no cabía pensar en su modificación.
Se convirtió en una psicometría aplicada, fuertemente apoyada en modelos estadísticos.
El afán objetivista de la testología produjo un cuantitavismo: necesidad de convertirlo en números para ser aceptado como científico.
Se produjo en ese momento una equiparación de la “evaluación psicológica” con los procedimientos de recogida de información, y más concretamente con los “test”, que forman parte del proceso de evaluación psicológica.
Concepto de “Medición”
Este término hace referencia a todas las operaciones de medida que se llevan a cabo en los test psicológicos y los resultados de los mismos. LA principal característica que diferencia la “medición” del “psicodiagnóstico” es la cuantificación o medida aplicada a la psicología.
“La determinación cuantitativa de la posición relativa de un individuo en relación con una o más características psicológicas dentro de una población” (Michel, 1964).
Carmines y Séller indican que la medición es un proceso que compromete tanto consideraciones empíricas como teóricas: “El proceso de unir abstractos con indicadores empíricos).
Todas las diferentes definiciones tienen un común denominador, al resaltar que existen procedimientos de actuación que pueden ser catalogados como procedimientos de medición y que éstos deben estar reglados.
Pelechano las agrupa en dos grandes bloques según se utilicen como:
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Sustantivo (medida): significa el resultado de la operación de medir y el instrumento con el que se llevaba a cabo el proceso de medir, así como las unidades en que se dividían los instrumentos utilizados.
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Verbo (medir): significa el acto o proceso de determinar la extensión y/o dimensión de una cosa.
En el campo de la psicología, la medición que se realiza es sobre las variables psicológicas, por lo que el proceso no puede ser línea, sino que se trata de un proceso que relaciona dos mundos distintos, el teórico (abstracto) y el real (empírico).
Visión integradora de los conceptos de “psicodiagnóstico”, “tests psicológicos”, y “medición”
Una visión integradora de los enfoques psicodiagnóstico, test psicológicos y medición permite una descripción más amplia de nuestra disciplina.
Pelechano presenta las distintas características pertenecientes al psicodiagnóstico en los años 70/80, que difieren de las de su momento inicial en los años 20/30:
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Un proceso de interacción sujeto-objeto.
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La incorporación en este proceso de aspecto psicométricos, pero también cualitativos.
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La inclusión de los siguientes momentos: evaluación, toma de decisiones, establecimiento de planes de cambio y de responsabilidades y justificación.
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La no adscripción a ninguna escuela de pensamiento psicológico. Se han de utilizar todo tipo de conocimientos válidos.
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La inclusión tanto de aspectos negativos como positivos de la conducta.
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La orientación de los procedimientos hacia la valoración de sujetos individuales.
“Psicodiagnóstico es el proceso por el que utilizando distintos medios alcanzamos un conocimiento del sujeto, que nos permite describir su personalidad” Blanco (1986).
“Subdisciplina de la psicología científica, que tiene asimismo por objeto el estudio científico del comportamiento del sujeto en evaluación en sus distintos niveles de complejidad a través de procedimientos objetivos”, Fernández-Ballesteros (1982).
Fernández-Ballesteros distingue la “psicología” del “psicodiagnóstico”, indicando que la psicología tiene por objeto el estudio de la conducta humana con el fin de estableces principios generales, mientras que el psicodiagnóstico se dirige al estudio de un sujeto específico o “ente individual”.
A parir de los 70/80, tanto los objetivos como los campos de aplicación del psicodiagnóstico han sufrido enormes cambios, y se han ampliado.
Actualmente pretende evaluar tanto la conducta patológica como la normal, en distintos ámbitos y con el objetivo de intervenir e incluso llegar a valorar la intervención. La nueva visión integradora, que es la de evaluación psicológica, incluye la medición mediante test psicológicos, el psicodiagnóstico en el sentido estricto, además de otras técnicas como la entrevista, la observación, los registros psicofisiológicos, etc.
Concepto de “Evaluación psicológica”
Desde un punto de vista semántico, el término “Evaluación psicológica” es la traducción del inglés “assesment”, que podría también traducirse por “valoración”, puesto que ambos términos son sinónimos, aunque en la literatura especializada se les atribuye distinta significación:
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Evaluación: Proceso y herramientas en el análisis psicológico de los sujetos humanos.
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Valoración: Conjunto de actividades por las que se llega a establecer el mérito, valor o eficacia de algo, generalmente referido a programas o intervenciones.
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“Recopilación sistemática, organización e interpretación de la información sobre una persona y sus situaciones” (Sundberg y Tyler, 1962).
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“Cualquier procedimiento para hacer una evaluación significativa con una diferenciación entre los seres humanos, con respecto a sus características o atributos psicológicos” (Kelly, 1967).
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“Combinación de mediciones, usualmente a través del juicio humano, para predecir un criterio” (Fiske y Pearson, 1970).
En la década de los 70 se destacan distintos aspectos de la evaluación psicológica: su momento comprensivo o de conocimiento y su momento predictivo. Matarazzo añade a la evaluación la dimensión social, al tener en cuenta las normas profesionales destinadas a proteger los derechos y prerrogativas, tanto del individuo como de la sociedad. Otro aspecto importante es el proceso que comporta la comprensión y predicción de la conducta.
Aspectos principales según Pelechano:
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Formación de impresiones y emisión de juicios.
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Colección sistemática, organización e interpretación de la información acerca de una persona y su entorno.
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Proceso a lo largo del cual se toman decisión y se construye un modelo de trabajo acerca de la persona que se trata de evaluar y de la situación que a esta persona le toca vivir.
Korchin explica el cambio terminológico de nuestra disciplina en función de distintos fenómenos: la apertura de nuevos ámbitos de trabajo para el psicólogo, la aparición de nuevas teorías que rechazan el “testing”.
Pelechano indica que la razón más importante de la sustitución de psicodiagnóstico por evaluación es que en el primero existen insuficiencias comportamentales.
Evaluación psicológica:
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Es una expresión comprensiva que abarcaría dentro de sí lo que se entiende de disciplinas como el Psicodiagnóstico, el mental o el testing y la evaluación conductual, guardando a la vez estrechas relaciones con la valoración intervenciones o de programas de intervención.
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Da importancia a explorar los recursos o repertorios positivos de la conducta de las personas.
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Se considera como una aproximación “multimétodo” o multiinstrumento, estrategia o técnica.
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En primer plano surge la importancia del proceso de evaluación, y no solo las técnicas empleadas.
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La evaluación psicológica es vista como una disciplina esencialmente aplicada, abocada a la solución de problemas personales, institucionales, sociales y ambientales.
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Al ser una disciplina aplicada implica su necesaria relación, no sólo en momentos de tratamiento y postratamiento, sino también en el momento de pretratamiento, con estimaciones y juicios valorativos y, por ello, con cuestiones éticas que han de ser deontológicamente consideradas.
Godoy y De Bruyn diferencian el concepto de testing descrito en el segundo apartado de este artículo, al considerarlo parte del proceso de evaluación, en concreto, de la parte de la recogida e integración de diferentes tipos de datos sobre una persona o conjunto de personas, generalmente para resolver los problemas específicos sobre dicha/s persona/s. Sus principales características de la evaluación serían:
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El uso de diferentes tipos de datos o fuentes de datos.
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El procesamiento e integración de datos.
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Con un enfoque histórico, integrado y dinámico de la persona.
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Con solución de problemas específicos de la/s persona/s.
Tanto Silva como Pelechano, coinciden en el concepto multidisciplinar de la evaluación, desde un acercamiento multirrasgo, multimétodo y/o multijueces.
Forns, Abad, Amador, Kirchner y Roig concretan que la tarea de evaluación de personas pretende:
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Identificar la conducta central del sujeto.
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Relacionar esta conducta con variables que la desencadenan, mantienen o modulan, sean antecedentes o consecuentes, y expresar la relación por medio del diseño de un modelo hipotético de funcionamiento.
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Diseñar un proceso de análisis psicológico, con finalidades descriptivas, comprensivas, predictivas y/o explicativas del entramado de conductas que intervienen en el modelo, con el fin de validar la consistencia del modelo supuesto.
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Seleccionar las técnicas de medida adecuadas al objeto de análisis, y proceder a su aplicación.
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Establecer el diagnóstico o toma de decisión diagnóstica: fijando el tipo de alteración referido a menudo a los sistemas taxonómicos DSM-IV o CIE-10; y describiendo el funcionamiento de las conductas alteradas en relación con todas las variables intervinientes.
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Determinar el pronóstico.
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Prevenir, predecir, orientar y aconsejar, ayudar a la formación, indicar el tratamiento.
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Analizar la eficacia de las acciones de consejo, prevención, formación y/o tratamiento emprendidas.
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Comunicar la información diagnóstica obtenida, y también la derivada del tratamiento, al paciente, persona o institución que ha solicitado la consulta psicológica.
La evaluación psicológica estudia los principios generales aplicables a la conducta humana, utilizando los mismos métodos que la Psicología científica.
Concepto de “Valoración”
La “evaluación” y “valoración” son sinónimos, presentan cierta relación y puntos coincidentes en psicología, pero a su vez implican conceptos diferentes. Evaluación se refiere al proceso y herramientas en el análisis psicológico de los sujetos humanos. Esta se caracteriza por la recogida de información sobre el caso, selección de las variables relevantes, de las técnicas y procedimiento a aplicar, y de la selección de un determinado tratamiento.Valoración sirve para denominar aquel conjunto de actividades por las que se llega a establecer el mérito, valor o eficacia de algo, generalmente referido a programas o intervenciones. Es la segunda parte del proceso experimental, se aplica y se valora la intervención con el fin de verificar las hipótesis funcionales sobre el caso.
La valoración se define como "la sistemática investigación del mérito, valor o éxito de concretos tratamientos, intervenciones o programas llevados a cabo con el fin de producir cambios comportamentales en el contexto social":
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sirve para denominar aquel conjunto de actividades por las que se llega a establecer el mérito, valor o eficacia de algo, generalmente referido a programas o intervenciones.
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es el proceso de determinar en qué medida los objetivos de un programa están siendo realizados (Tyler, 1950)
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es la sistemática investigación sobre el valor o mérito de algún objeto
El objeto de análisis determinará la realización de una evaluación o una valoración psicológica, que a su vez comportará la aplicación de diferentes métodos y procesos.
En el proceso de evaluación experimental, se distinguen dos partes diferenciales, que podrían identificarse como evaluación y valoración, respectivamente. La primera se caracteriza por la recogida de información sobre el caso, selección de las variables relevantes, de las técnicas y procedimiento a aplicar, y de la selección de un determinado tratamiento. En la segunda parte del proceso experimental, se aplica y se valora la intervención, con el fin de verificar hipótesis funcionales sobre el caso.
Principales condiciones para las valoraciones según Pelechano:
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Deben proporcionar información suficiente como para poder tomar decisiones alternativas, lo que sugiere una pluralidad de enfoques y análisis.
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Los resultados deben permitir mejorar el programa que se está realizando o se haya realizado.
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Debe tener en cuenta los objetivos del programa inmediatos, a medio y largo plazo.
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Deben tenerse en cuenta tanto los objetivos del programa y los efectos estrechamente relacionados con ellos, como los efectos no esperados, ofreciéndose explicación de ambos.
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Los diseños de análisis a utilizar deben ser principalmente multivariados.
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Los procedimientos de obtención de información deben cumplir los requisitos mínimos de objetividad, fiabilidad, validez, viabilidad, utilidad y responsabilidad ética.