En 1995 la Asociación Europea de Evaluación Psicológica (EAPA) se propuso elaborar una Guía del Proceso de Evaluación (GAP). El esfuerzo realizado por esa comisión se ha centrado en detallar los pasos que el evaluador debe realizar en cada una de las 4 fases en las que han desglosado el proceso de evaluación psicológica:
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análisis del caso,
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organización e información de los resultados,
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planificación de la intervención y
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valoración y seguimiento.
Estas cuatro fases se dividen en subfases, con la especificación de 96 guías, tareas o acciones que el evaluador deberá realizar durante el proceso de evaluación psicológica.
Por guía se entiende una sugerencia sobre procedimientos que ayuden a los valoradores y a sus clientes a cumplir los requisitos. Es decir, se trata de aportar una base para tener una garantía y control de calidad del proceso de evaluación psicológica con una guía que ofrece las siguientes ventajas:
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ayudar a vencer la frecuente disociación entre conocimiento básico y actividad profesional,
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desde un punto de vista aplicado, también puede ayudar a optimizar la práctica profesional, mejorando la valoración y el control de las actividades profesionales y facilitando la formación en evaluación.