La obesidad es un problema muy extendido que puede tener graves consecuencias sobre la salud.
La incidencia de la obesidad se ha doblado en la población general y se ha triplicado en los adolescentes. La obesidad además está aumentando en los países en vías de desarrollo a medida que aumentan los ingresos económicos. Los riesgos para la salud de la obesidad más conocidos incluyen enfermedades cardiovasculares, diabetes, accidentes cerebrovasculares, artritis y algunos tipos de cáncer.
Posibles causas
Las diferencias genéticas y sus efectos en el desarrollo del sistema endrocrino y los mecanismos cerebrales que controlan la ingesta de alimentos y el metabolismo; parecen ser la causa de la obesidad extrema en la inmensa mayoría de las personas con este problema. El problema de la obesidad ha ido aumentando en los últimos años: hemos de considerar las causas ambientales que han inducido cambios en la conducta de las personas. El peso corporal es el resultado de la diferencia entre dos factores: las calorías que se consumen y la energía que se gasta. Si se consumen más calorías de las que se gastan en forma de calor y energía, se gana peso. En las sociedades industrializadas modernas, se dispone de comida barata, accesible, sabrosa y rica en grasas; todo lo cual promueve un aumento de la ingesta.
La tendencia contemporánea que contribuye a la epidemia de la obesidad implica cambios en el gasto de energía de las personas: las personas con ocupaciones sedentarias en las sociedades industrializadas actuales consumen un poco menos que sus antepasados pero queman tan solo unas pocos kilocalorías con actividad física.
Básicamente se consume energía de dos formas: mediante ejercicio físico y mediante producción de calor.
Un factor biológico que puede controlar el nivel de TASE (termogénesis de actividad sin ejercicio) es la orexina, péptido cerebral que favorece la vigilia y la actividad así como la ingesta de alimentos. Las diferencias de peso corporal (que posiblemente reflejen diferencias fisiológicas en el metabolismo, niveles de actividad o apetito) tienen una fuerte base hereditaria. Los estudios con gemelos han encontrado un fuerte efecto genético en la cantidad de peso que las personas ganan o pierden cuando siguen una dieta hipercalórica o hipocalórica. Así pues, la herencia afecta a la eficacia del metabolismo de las personas.
Las que tienen un metabolismo eficaz tienen calorías de sobra para depositarlas en sus depósitos de reservas a largo plazo; así pues, tienen dificultades para evitar que estas reservas crezcan. Los investigadores se refieren a esta condición como fenotipo ahorrativo. Por contra, las personas con un metabolismo poco eficaz (fenotipo derrochador) pueden tomar grandes comidas sin engordar.
Posiblemente las diferencias individuales en cuanto a eficacia metabólica reflejan la naturaleza del medio ambiente que experimentaron nuestros antepasados. Quizá las personas cuyos antepasados vivieron en regiones donde la comida era escasa y soportaban periodos de hambre tengan mayor probabilidad de haber heredado un metabolismo eficaz.
Los genes que favorecen un metabolismo eficaz son beneficiosos para quienes han de trabajar duro para obtener sus calorías, pero que esos mismos genes se vuelvan una desventaja cuando las personas viven en un entorno en el que los requerimientos físicos son escasos y la comida rica en calorías es barata y abundante.
El tratamiento de personas con deficiencia de leptina mediante inyecciones de leptina tiene efectos espectaculares en su peso corporal pero desafortunadamente, la leptina no tiene efectos en las personas que carecen de receptores de leptina.
Las personas obesas ya tienen un elevado nivel en sangre de leptina y que cantidades adicionales de leptina no influyan demuestra que dichas personas son resistentes a la leptina. La inanición disminuye el nivel de leptina en sangre lo que elimina una influencia inhibidora sobre las neuronas NPY/PRAG y una influencia excitadora sobre las neuronas CART/ α-MSH. En otras palabras: un bajo nivel de leptina aumenta la liberación de péptidos orexígenos y disminuye la liberación de péptidos anorexígenos.
Las personas con un metabolismo ahorrativo mostrarían resistencia a un alto nivel de leptina, lo que les permitiría ganar peso en épocas de abundancia. Y las personas con un metabolismo derrochador no mostrarían resistencia a la leptina y comerían menos a medida que aumenta su nivel de leptina.
Muchas personas ganan peso a medida que envejecen, son varias las causas de esta tendencia: un descenso del nivel de actividad física, o cambios en la sensibilidad a la leptina; ya que algunos datos apuntan que pueden darse cambios asociados a la edad en la sensibilidad a la leptina.
Para terminar, nombrar la proteína de desacoplamiento (PDA). Esta proteína puede ser uno de los factores que determinen el ritmo al que un animal quema sus calorías. Existen tres proteínas diferentes: la PDA3 probablemente desempeña la función más importante en la eficacia metabólica. (los indios pima con niveles altos de PDA3 tenían un fenotipo derrochador que contribuía a protegerles de la obesidad).
Tratamiento
Sea cual sea la causa de la obesidad, la verdad sobre el metabolismo es que si el ingreso de calorías supera al gasto de calorías, las grasas corporales aumentan. Ya que es difícil aumentar el factor “gasto de calorías” para hacer que el peso de una persona obesa recupere su valor normal, la mayoría de tratamientos de la obesidad intentan reducir el ingreso de calorías.
Los cirujanos también han llegado a implicarse, los procedimientos que han desarrollado consisten, bien en reducir la cantidad de comida que puede ingerirse o bien en obstaculizar la absorción de calorías por el intestino. Las intervenciones quirúrgicas se han hecho en el estómago, en el intestino delgado o en ambos órganos.
El tipo más eficaz de cirugía es un tipo especial de derivación gástrica llamado “derivación gástrica Rous-en-Y” (DGYR) aquí se corta el yeyuno y el extremo superior se une al fondo de saco del estómago. El resultado es un estómago más pequeño cuyo contenido entra directamente al yeyuno. El procedimiento DGYR parece funcionar bien, aunque a menudo causa deficiencia de hierro y de vitamina B12.
Una razón importante del éxito del procedimiento es que parece que altera la secreción de grelina y también que aumenta el nivel en sangre de PYY. Ambos cambios deben disminuir la ingesta de comida: una disminución de grelina debería reducir el apetito, mientras que un aumento de PYY debería aumentar la saciedad.
Un tipo de terapia menos drástica de la obesidad brinda ventajas significativas: el ejercicio físico.
El ejercicio quema calorías pero también tiene efectos beneficiosos en el índice metabólico.
La última terapia es el tratamiento farmacológico: los fármacos pueden ayudar a la gente a perder peso de tres formas: reduciendo la cantidad de comida que ingieren, impidiendo que se digieran ciertos alimentos ingeridos y aumentando su índice metabólico (es decir, aportando un fenotipo derrochador).