Se consigue eligiendo los valores de la variable independiente más adecuados para producir cambios en la dependiente.
Unas veces lo ideal será utilizar valores extremos, otras valores intermedios, algunas veces será mejor utilizar pocos niveles o tratamientos y otras el mayor número posible.
Quizá, el mejor medio para incrementar el efecto de la variable independiente sea elegir los valore extremos de esa variable.
Los valores extremos de la variable independiente sólo se deben utilizar cuando entre las variables hay una relación claramente lineal o monotónica, es decir, a medida que aumentan o disminuyen los valores de la variable independiente aumentan o disminuyen los valores de la medida de la variable dependiente.
Cuando hay una relación curvilínea entre las variables, no se deben seleccionar valores extremos, ya que podríamos concluir erróneamente que la variable independiente no tiene ningún efecto en la variable dependiente. Habría que considerar los valores intermedios.
Puede ocurrir que estemos trabajando con variables poco estudiadas y no sepamos qué tipo de relación existe entre ellas. En este caso, podemos optar por utilizar muchos valores de la variable independiente o por hacer un estudio piloto para seleccionar los valore más adecuados.