En las últimas décadas, la psicología de la memoria se ha enriquecido con las aportaciones de la neurociencia cognitiva que ha desarrollado técnicas como la electroencefalografía.
Las técnicas de neuroimagen cerebrales tales como la tomografía de emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética funcional (fMRI) se utilizan para estudiar las relaciones entre el cerebro y la memoria.
Este acercamiento memoria/neurociencia nos ha permitido un conocimiento más preciso cobre el funcionamiento normal y patológico de la memoria humana y sus relaciones con el cerebro.