Estudio de pacientes con cerebro dividido
La operación consiste en seccionar las fibras del cuerpo calloso, y ocasionalmente otras comisuras, como la comisura anterior. Se realiza en pacientes que sufren epilepsias graves, que no responden a medicación, para evitar que los focos localizados en un hemisferio se propaguen al otro. La comisurotomía impide la transferencia de información entre las cortezas cerebrales de ambos hemisferios, dejándolos aislados.
En los 60 comenzó la investigación en sujetos humanos. La principal estrategia experimental es la del campo visual dividido, al presentar brevemente un estímulo en el campo visual derecho, éste se proyecta exclusivamente al hemisferio izquierdo y viceversa.
El Hemisferio izquierdo está especializado en el lenguaje, pero no solo en el habla, sino también en el procesamiento gramatical. Sus capacidades se pueden valorar mediante respuestas verbales.
El Hemisferio derecho está especializado en el procesamiento visoespacial, en la percepción de caras y otros objetos. Sus limitaciones afectan a todos los procesos del lenguaje, sobre todo en los aspectos expresivos ya que, salvo en raras excepciones, en estos pacientes el hemisferio derecho es mudo (cuando a estos pacientes se les presenta un estímulo en el campo visual izquierdo, no pueden dar una respuesta verbal, diciendo que no han visto nada). Identifica los aspectos prosódicos en el tono del lenguaje hablado que transmite información emocional, donde su competencia es superior al hemisferio izquierdo. Tiene una cierta capacidad para comprender el lenguaje, pero bastante limitada (frases gramaticalmente sencillas). No pueden identificar objetos verbalmente pero si seleccionándolo con la mano izquierda.
Se puede crear una situación de conflicto entre los dos hemisferios divididos presentando simultáneamente objetos distintos en cada campo visual y pidiéndole que seleccione con cada mano el objeto que ha visto. En ocasiones, este conflicto intermanual se da de forma espontánea en pacientes con cerebro dividido, dando lugar al síndrome de mano ajena.
Estudio de pacientes con lesiones unilaterales
Confirman los resultados obtenidos en pacientes con cerebro dividido. Han propuesto que cada hemisferio procesa la información de un modo distinto.
El hemisferio izquierdo está implicado en procesamiento lingüístico, el habla, en la aritmética y en el control motor voluntario fino.
El hemisferio derecho está implicado en el procesamiento espacial y visoespacial, en el reconocimiento de caras y objetos y en la comprensión emocional de las expresiones faciales.
Procesamiento global/local: En pacientes con lesiones unilaterales se ha observado disociación en la capacidad para procesar los aspectos globales y locales de los estímulos. En la tarea de Navon (letras grandes escritas con letras más pequeñas) los pacientes con lesiones en el hemisferio izquierdo perciben la forma global e ignoran la local, mientras que en el hemisferio derecho ocurre al contrario, siendo acordes estos resultados con la interpretación tradicional, en la que cada hemisferio tiene un estilo de procesamiento distinto y complementario, estando especializado el izquierdo en un procesamiento de tipo analítico y secuencial, centrado en los detalles; y el derecho en un procesamiento configuracional, holístico y global.
Procesamiento emocional: Las lesiones en el hemisferio derecho producen dificultades para discriminar las características emocionales de los estímulos visuales y auditivos, presentando en general una menor reactividad emocional, así como problemas para comprender la entonación, mostrando una manera de hablar sin inflexiones en el tono y es aprosódica. Las lesiones en el hemisferio izquierdo, en cambio, ligado a sus capacidades lingüísticas, tienen dificultades para comprender el contenido emocional de las frases.
Estudio de sujetos normales
En la mayoría de los sistemas sensoriales, la información que procede de un lado del espacio se proyecta en las áreas sensoriales de la corteza del hemisferio contralateral. La estrategia de estudio consiste en presentar estímulos de forma lateralizada y ver si se producen diferencias en la eficacia con que se realiza la tarea en función del tipo de estímulos que se utilicen y el hemisferio que recibe en primer lugar la información. Principalmente se ha estudiado en las modalidades visual y auditiva.
Modalidad visual: Se utiliza la técnica de campo visual dividido: garantiza que la información presentada en el campo visual derecho se proyecte sobre el hemisferio izquierdo, y la del izquierdo sobre el hemisferio derecho. La respuesta es más rápida y precisa cuando el hemisferio que recibe el estímulo está especializado en el procesamiento de ese tipo de información: ventaja en la identificación de palabras si se presentan los estímulos en el campo visual derecho y ventaja en la identificación de caras si se presentan en el izquierdo.
Modalidad auditiva: La estrategia experimental es más complicada, ya que la información que recibe cada oído se proyecta tanto a la corteza ipsilateral como a la contralateral, aunque prevalecen las contralaterales en caso de conflicto interaural. Este conflicto se consigue usando la técnica de escucha dicótica, que consiste en la presentación simultánea de estímulos distintos en cada oído, observando una ventaja del oído derecho en la identificación de palabras y del izquierdo en la identificación de tonos musicales y emocionales.
No hay acuerdo sobre los mecanismos que pueden dar cuenta de las diferencias funcionales interhemisféricas, una de las explicaciones propuestas es el modelo del relevo calloso de Zaibel, el cual dice que cuando el hemisferio que recibe primero la información es el más capacitado para su procesamiento, ese hemisferio se encarga directamente de su procesamiento, mientras que si es el hemisferio menos capacitado el que la recibe primero, la transfiere al otro para que la procese él. Esta transferencia degradaría de algún modo la información, haciendo que la eficacia en la ejecución de la tarea disminuya.