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Las actitudes tienen sus raíces en el aprendizaje social: se aprenden, se expresan y se modifican en contextos sociales.

Otras muchas se desarrollan sobre una base biológica.

Influencias biológicas

Existen evidencias de que algunas actitudes pueden estar influenciadas por aspectos genéticos y tener su origen en mecanismos innatos necesarios para que nuestros ancestros sobrevivieran.

Ciertas habilidades, como la capacidad para las matemáticas o la música, pueden tener un componente genético, heredado de nuestros padres, que influye en las actitudes, no de forma directa, sino indirecta, ya que las personas tendemos a formarnos actitudes que tienen que ver con nuestras capacidades y con nuestras características de personalidad (Tesser, 1993).

El impacto de la herencia genética en las actitudes es más significativo que aquellas basadas en aspectos afectivos o emocionales en las que se basan creencias o conductas (Erwin, 2001).

Aunque ciertos genes pueden influir en una actitud o conducta, ello no implica que esa influencia sea irreversible y no modificable (Bohner y Wänke, 2002).

El efecto de mera exposición

Es uno de los procesamientos psicológicos que requieren menos procesamiento cognitivo.

Cuando somos sometidos al aumento de la exposición repetida a un estímulo neutro (que no provoca ninguna actitud), se desarrolla un aumento de la favorabilidad hacia el mismo (Zajonc, 1968).

Condicionamiento de las evaluaciones, aprendizaje e imitación

Cuando una actitud se forma por condicionamiento clásico, se trata de un aprendizaje por contigüidad de estímulos que condicionaría la evaluación de uno de ellos.

El condicionamiento clásico no es exactamente igual que el evaluativo, el cual tiene las siguientes peculiaridades:

  • Es duradero y resistente a la extinción.

  • Puede producirse con una sola asociación.

  • No es necesario que la persona sea consciente de la asociación entre estímulos condicionados e incondicionados (Behner y Wänke, 2002).

Del mismo modo, las actitudes hacia un objeto también se pueden aprender por refuerzo de la conducta.

Las respuestas evaluativas pueden condicionarse por aprendizaje vicario (observación de las respuestas de los otros). Es característico de los grupos. “Una vez que esas actitudes se han formado, la persona tenderá a rodearse de un contexto social con actitudes similares que le proporcione nuevos refuerzos” (Erwin, 2001).

Ignorancia pluralista: tendencia a creer erróneamente, que conocemos lo que pasa por la mente de los demás y cuáles son sus actitudes.

Influencia del contexto en la formación y cambio de actitudes

No evaluamos siempre de la misma manera, depende de la información almacenada en nuestra memoria y la información accesible en cada momento concreto.

La accesibilidad a dicha información dependerá de sus cualidades, de su organización en la memoria, de la frecuencia de actuación y de la “recencia” (lo actuado más recientemente) de dicha actuación.

Bohner y Wänke (2002): proponen los siguientes factores de la situación que pueden afectar a la evaluación:

  1. Las metas que se desean conseguir.

  2. El estado de ánimo.

  3. Estados fisiológicos y corporales.

  4. El estándar usado para la evaluación.

Las actitudes pueden almacenarse en la memoria, recuperarlas y modificarlas según convenga u obligue la situación.

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