Para que una respuesta sea automática, es necesario que la información se haya procesado de forma repetida.
En los años 70 se empieza a considerar la idea de que los pensamientos y comportamientos racionales del ser humano no siempre son conscientes y controlados.
En un principio se consideró que los procesos automáticos eran opuestos e incompatibles entre sí y que se diferenciaban en 4 aspectos que Bargh (1994) llama “Los cuatro jinetes del apocalipsis”:
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La consciencia
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La intencionalidad
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El control
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La eficacia
Los procesos automáticos:
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Se producen sin que la persona tenga consciencia de ello.
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No son intencionados.
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No están sujetos a un control deliberado, por lo que pueden resultar difícil o imposible evitar ciertos procesos una vez activados.
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Son muy eficaces en término de coste-beneficio, en tanto que requieren pocos recursos cognitivos, no implican ningún esfuerzo, se basan en estructuras de conocimiento que ya están almacenadas en la memoria, y pueden ocurrir simultáneamente con otros procesos.
Los procesos controlados:
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Se producen con consciencia.
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Requieren mayor esfuerzo cognitivo.
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Proceso más lento que el automático.
Procesos preconscientes
Tienen lugar fuera de la consciencia pero afectan a la elaboración de juicios y a la conducta.
Un ejemplo de proceso preconsciente es la percepción subliminal: la que ocurre cuando la formación nos llega por debajo del umbral de la conciencia y, aunque la procesamos, ni siquiera recordamos haberla visto.
Procesos postconscientes
Se tiene consciencia de que se ha percibido y procesado la información, pero no se es consciente de su influencia en juicios y respuestas posteriores.
La vida diaria nos proporciona multitud de ejemplos del funcionamiento de procesos postconscientes. Uno de ellos es la influencia que tiene el estado de ánimo en nuestros juicios y nuestra conducta hacia los demás.
Procesamiento dependiente de metas
Formas evidentes en el pensamiento de este automatismo:
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Las inferencias que hacemos espontáneamente sobre los rasgos de los demás: nos fijamos en los rasgos de personalidad sin darnos cuenta.
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La dificultad para suprimir los pensamientos no deseados: se refiere a los esfuerzos por mantener ciertos pensamientos lejos de nuestra conciencia.
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Las rumiaciones: son pensamientos conscientes que las personas nos dirigimos a un objeto dado.
Procesos controlados
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Son plénamente conscientes e intencionados, por ser susceptibles de control de principio a fin, por parte de la persona y por requerir más tiempo y más esfuerzo cognitivo.
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Son los procesos que ponemos en marcha cuando tenemos que tomar alguna decisión importante o hacer una elección difícil.
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Cuando estudiamos y buscamos una solución algún problema.
Antes de poner en práctica una decisión, son necesarios dos procesos: uno deliberativo, en el que la persona considera las opciones que tiene y sopesa toda la información a favor y en contra de cada una, y otro en la implementación de la decisión tomada.