Actualmente, para poder interpretar las puntuaciones de los tests la validez de contenido de los mismos es condición necesaria (Kane, 2009). Por otra parte, este tipo de validez hace referencia no sólo a los ítems que componen el instrumento de medida, sino a las instrucciones para su administración, corrección y puntuación (Abad, Olea, Ponsoda y García, 2011).
El objetivo que se persigue con la validación de contenido es analizar hasta qué punto los elementos o ítems que componen el test son una muestra relevante y representativa del constructo sobre el que se van a realizar las inferencias.
La relevancia implica la necesidad de una clara y exhaustiva especificación de todasa las posibles conductas observables que son representativas del constucto a medir. La representatividad hace referencia a la necesidad de que todas esas conductas estén representadas en el test (representatividad del dominio).